De Felippe, el prócer de Central Córdoba: «Entramos en la historia de un club muy humilde»

«Laburamos en cambiarles la cabeza, fue asombroso todo. Arrancamos perdiendo con Riestra y empezamos a encontrar el rumbo. Los jugadores metieron huevos todos los partidos y eso se paga, este es el premio, lo vamos a disfrutar mucho tiempo. Entramos en la historia de un club muy humilde y de una provincia humilde. Ojalá podamos disfrutar esto mucho tiempo”.

Omar de Felippe, de Santiago del Estero para todo el país. El entrenador que en 133 días hizo que un club que parecía condenado a un descenso que luego se eliminaría, gritara por primera vez el dale campeón. El que le devolvió las esperanzas futbolísticas de poder pelear ante la adversidad. El que le dio identidad, sello y resultados (12 triunfos, seis empates y cuatro derrotas) al 26° plantel más caro del fútbol argentino (solo supera a Riestra y Sarmiento). El prócer de una provincia que vive las horas más felices a nivel deportivo.

Ahí está la clave del DT de 62 años, quien agarró a Central Córdoba con un punto en ocho fechas del torneo y último en la tabla anual (hoy es 20° y 25°): «Se armó un grupo fuerte de la cabeza», destaca Omar, todavía emocionado por lo conseguido. «Es un premio muy grande, me encanta que festejen. Nos sentimos parte, fue una parte linda que nos tocó, nos sentimos cómodos con ellos en el laburo y en el día a día. Es un grupo espectacular, se lo merecen», repite en su diálogo post partido con TyC Sports.

Es que así como sus dirigidos se sacrificaron, él también lo hizo: «Lo comparto con mi familia, no la tengo acá y hace mucho que no la veo. No pude estar en el recibimiento del secundario de mi hija, espero que me lo perdone, pero no podía faltar acá, no podía dejar a los pibes solos ni un día. El laburo es así, hay que ir al trabajo y el sacrificio lo hace la famila», dice el héroe de Malvinas, mientras se le corta la voz.

Ahora, con su segundo título bajo el brazo (había sido campeón de la liga ecuatoriana 2014 con Emelec), dirigirá también su tercera Libertadores: antes, además de en Ecuador, había estado en Banfield como ayudante de Falcioni. Un gran premio para el prócer de Santiago del Estero…