Tiene 19 años, el Barcelona lo compró por 60 millones, hizo solo dos goles y lo devuelven a Brasil

Vitor Roque llegó al Barcelona con la etiqueta de ser la próxima gran estrella brasileña, siguiendo la línea de Vinicius, Rodrygo y Endrick. Sin embargo, su historia en Europa tomó un rumbo completamente distinto. Apenas un año después de su fichaje, el delantero dejará el club sin haber tenido oportunidades en el primer equipo y regresará a Brasil para jugar en Palmeiras.

El Barcelona se lo compró a Athletico Paranaense, en 2023, por 30 millones de euros más 31 variables, con la intención de que fuera el 9 del futuro. Pero la crisis económica del club y la falta de confianza en su adaptación aceleraron su salida: apenas hizo dos goles. Primero fue cedido al Betis, donde tampoco logró consolidarse, y ahora su traspaso definitivo se cerrará en 25,5 millones de euros por el 80% de su pase, con la esperanza de que pueda revalorizarse en el Brasileirao.

El paso de Roque por el fútbol español dejó más dudas que certezas. En el Betis disputó 33 partidos y marcó siete goles, pero nunca fue una pieza clave en el esquema de Manuel Pellegrini. Su situación empeoró con la llegada de Cucho Hernández, que lo desplazó en la rotación y redujo su protagonismo. De hecho, su último partido en la Conference League terminó con una expulsión, lo que lo dejó fuera de la próxima fase.

El acuerdo entre Barcelona y Palmeiras no fue sencillo. Para concretar la venta, el club azulgrana tuvo que negociar con el Betis, que tenía su cesión hasta mitad de año. Como compensación por romper el préstamo, el club verdiblanco se quedará con un 30% más del pase de Ez Abde, una de las piezas de ataque más valiosas de su plantilla.

Para el Barsa, la venta de Roque representa un alivio económico. Además de recuperar una parte de la inversión inicial, el club se reserva un 20% de una futura venta, apostando a que el jugador pueda explotar en Brasil y volver al radar de los equipos europeos. Sin embargo, la operación es también una muestra del fracaso del plan para integrarlo en el equipo y aprovechar su talento.

En Palmeiras lo esperan con los brazos abiertos. Su fichaje es visto como una incorporación clave para el Mundial de Clubes de este año, donde formará dupla con Estevao, otro de los grandes talentos emergentes del fútbol brasileño. Abel Ferreira, su nuevo entrenador, confía en recuperar la mejor versión del delantero y ayudarlo a reencontrarse con su mejor nivel.

Mientras Real Madrid ha sabido desarrollar a jóvenes brasileños como Vinicius y Rodrygo, e incluso ya proyecta la consolidación de Endrick, el Barcelona no logró darle continuidad a su propia apuesta. El regreso de Roque a Brasil marca un contraste con esas historias de éxito y deja abierta la incógnita sobre si en el futuro podrá tener otra oportunidad en Europa.