Falcón Pérez, un árbitro con sentido común

«Si nosotros seguimos jugando, esto va a seguir pasando y vamos a darle con todo el okey. Tenemos que hacer las cosas como corresponde”. Las explicaciones que Yael Falcón Pérez le daba al entrenador de Godoy Cruz, Ernesto Pedernera, eran de un sentido común abrumador.

Pero llamaron la atención por lo poco “común” que es el sentido común en estos casos. A pocos pasos de Falcón y de Pedernera, los médicos seguían atendiendo al asistente Diego Martín del cañazo que le abrió la frente y que de milagro no le sacó un ojo. Incluso así, pareció haber un intento de que el colaborador siguiera en su función y, si no, lo reemplazara el árbitro suplente.

Muchas cosas tuvo que manejar Falcón en esos pocos y afiebrados minutos. A las organizaciones de los torneos no les gustan los árbitros que suspenden partidos, obligan a procedimientos disciplinarios y reprogramaciones. Los árbitros casi siempre quieren seguir a toda costa. Acá hay uno que dijo que no. Que acaso cree que se pueda sentar un precedente. Que, por lo menos, reflota el tema para que suba a la mesa de la discusión. ¿Hay que seguir jugando de cualquier manera?

Banquemos a Falcón Pérez en esto. Pongamos esa sana intención por delante de las preguntas contrafácticas: 1) ¿es una cuestión de puntería, si no le pegaban el fierrazo seguía todo alegremente aunque se lo hubieran tirado?; 2) era Godoy Cruz-Talleres. Si le pasa lo mismo el sábado en Racing-Boca, ¿también lo suspende? ¿Y si pasa en otra cancha, con otro árbitro? En la AFA, ¿será respaldada la decisión de Falcón?

Y vendrá el debate sobre cuál sanción es justa para casos así: el año pasado, los barras del mismo Godoy Cruz suspendieron el partido con San Lorenzo el 25 de mayo; hubo multa, dos partidos sin hinchas y quita de tres puntos. En agosto, los puntos ya se los habían devuelto…