Australia: nuestro nuevo pasto para vacas

El jugador más importante y ganador del tenis argentino, Guillermo Vilas, patentó una frase ante la imposibilidad de desarrollar su mejor tenis en Wimbledon: “El pasto es para las vacas”. El Gran Willy se quedó sin ganar ese Grand Slam, único que le faltó, ya que logró ser campeón en Australia (1978 y 1979), Roland Garros (1977) y hasta del US Open (1977). El ganador del Masters (1974) apenas si llegó dos veces a cuartos en la catedral inglesa, 1975 y 1976; resultó la piedra en su zapatillas. La paradoja marca que tanto Australia como el Masters los ganó sobre césped. Evidentemente, había algo especial contra el verde inglés.

Pasó el tiempo y el tenis nacional desarrolló algunas camadas interesantes, con un número importante de jugadores que le apuntaban a los títulos. Incluso con un David Nalbandian que no le escapaba al pasto, tanto que llegó a la final de Wimbledon 2002. Pero pasaría más el tiempo y al torneo con sede en las afueras de Londres le salió una competencia: Australia, el primer Grand Slam de la temporada.

De los ocho varones que encararon este año el Major, que todavía se sigue jugando y este martes tiene un cuartos de final de lujo con Djokovic vs. Alcaraz, solo uno llegó hasta tercera ronda del single, Francisco Cerúndolo. Yendo más lejos hacia atrás, lo mejor en los últimos diez años de la Legión sobre la superficie dura de Melbourne fueron los dos octavos de final de Diego Schwartzman (último Top 10 argento, 8° en el 2020), en el 2018 y dos temporadas después.

La máquina del tiempo nos lleva al 2012 para encontrar al más reciente cuartofinalista, Juan Martín del Potro. Un año antes, en el 2011, lo mejor resultó la segunda ronda de un cuarteto grosso: Delpo, Nalbandian, Juan Mónaco y Eduardo Schwank. ¿El último en semi? Nalba en el 2006. No pidan finalistas más que Vilas.

Australia es nuestro nuevo pasto para las vacas…