El periodista y escritor Luis Frontera (1944-2022) -querido amigo y colaborador de Diario de Cultura- había conocido a Gelman en los años 70, por intermedio de otro poeta: Gerardo Pisarello. Los tres se profesaban una honesta amistad.
Hoy, para recordar a Juan Gelman, queremos compartir con nuestros lectores algunos fragmentos de la carta inédita de despedida que le escribió Luis, a la que tenemos acceso gracias a su viuda, Ofelia Perdomo, quien –como muchas veces reconoció Frontera- fue su ángel guardián durante los últimos cuarenta años de su vida.
Después de unas palabras muy sentidas, en las que recuerda episodios de la amistad de los tres, Frontera escribe:
“En primer lugar, quisiera ir a tu poesía, tan parecida a vos. Tu poesía, siempre lírica. Muchos te recuerdan caminando por la redacción de diario La Opinión recitando a Carlos Gardel, imitándolo. Creo que tus versos estaban concebidos a partir de dos poetas (César Vallejo y Raúl González Tuñón) y por un espíritu travieso, retórico y festivo (el de Alfredo Lepera, no el poeta, sino el libretista de las películas del zorzal).
Y hasta te diste el gusto de empezar un libro (“Rostros”, 1983) con una frase de la película “Cuesta abajo”: “Sin ella, los días tardaban en pasar”.
En 1968 Fabril Editora realizó una encuesta entre 120 escritores para saber quiénes eran los ocho poetas jóvenes “más considerados” de la Argentina (no “el mejor”, que sería tonto): ganaste por mucho margen.
Ese libro (Antología consultada sobre la joven poesía argentina), todavía se consigue en las librerías de viejo.
Y aquella encuesta, que debe haberte halagado, te provocó también una crítica feroz que figura en el libro. Escribiste que esas elecciones demostraban que “tampoco para la poesía, sirve la democracia, porque aquí faltan muchos, en particular Miguel Ángel Bustos y Francisco Madariaga”.
Tus primeros poemas estaban llenos de “niño”, “lluvia”, “hijo” (esa palabra nunca te abandonó) “revolución”, “invierno”, “violín”, “ciudad”. Pero después del asesinato de tu hijo y de tu nuera, y del conocimiento de tu nieta, tus poesías se llenaron de “exilio”, “asesinos” y “destierro”.
Pero ni siquiera el dolor y la furia más profunda pudieron borrar tu lirismo esencial: “Te mataré con mi hijo en la mano”, escribiste.
Tenías también tus sectarismos. Rechazaste en la revista Crisis un reportaje a Pablo Neruda (estabas en un mal día, seguro): “Porque es un burócrata del partido comunista”. Pero Neruda se nos pegaba a todos, incluyéndote a vos: a los 18 años Neruda le escribió a una mujer “Te pareces a la palabra melancolía”. Y vos iniciaste Gotán con algo bien tuyo, pero semejante: “Esa mujer se parecía a la palabra nunca” (…)
Lo que ahora verdaderamente lastima es pensar que tus obras ya están completas y que tus ojos dejaron de buscar. Y lo que duele, sobre todo, es que seas otro porteño que muere lejos (como Gardel); otro poeta argentino que deja sus huesos en un país que no es el que lo vio nacer (como Borges); y otro cantor gigantesco que se nos aleja en la pampa infinita (como Martín Fierro).”
Luis Frontera a Juan Gelman. 14 de enero de 2014
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