La suspensión para Matías Almeyda después de su bronca contra el Real Madrid

En su último partido por LaLiga, Sevilla cayó 2-0 frente al Real Madrid en un encuentro marcado por las polémicas. Matías Almeyda fue expulsado por doble amarilla y, tras la resolución del Comité de Disciplina de la Federación Española de Fútbol, no podrá estar presente en la próxima disputa ante el Levante.

El técnico del Sevilla vio la primera amonestación por “ realizar observaciones de forma insistente a una de mis decisiones”, según la declaración en el acta del árbitro Muñiz Ruiz. La segunda llegó en el descanso, por el mismo motivo: “R ealizar observaciones de forma insistente en el túnel de vestuarios, habiendo sido advertido previamente en reiteradas ocasiones«.

El Comité del RFEF no entró en las declaraciones del técnico argentino, que explotó de bronca en la conferencia de prensa posterior “ Yo no soy un payaso de circo, tengo mi historia en el fútbol. No va a cambiar nada porque soy el entrenador del Sevilla. Los hombres dialogan. El que calla es un traidor y yo traidor no soy», comentó Almeyda luego del partido.

El argentino Almeyda no fue el único sancionado en Sevilla. Marcao también recibió un castigo pesado y se perderá seis partidos, producto de una triple sanción: un encuentro por doble amonestación y expulsión, cuatro fechas por insultos y ofensas verbales al árbitro y un partido más por conducta contraria al buen orden deportivo. Un combo duro que lo deja afuera por largo rato.

Todo se originó en el cruce con el árbitro, que lo mandó al vestuario por encararse “hacia mi persona a escasa distancia de mi cara de forma intimidante, teniendo que ser retirado por sus compañeros”, según consignó en el acta. Además, al ser separado se dirigió al juez con el insulto “ filho da puta madre” y, ya camino al túnel, “propinó una patada a un balón que había en la zona del cuarto árbitro”.

En su descargo, el equipo español salió a bancar a Marcao y sostuvo que el brasileño no insultó a Muñiz Ruiz, sino que lanzó un “ puta que pariu”, una expresión habitual en portugués que —según el club— no va dirigida a nadie en particular. Igual, el Tribunal de Disciplina fue tajante: las pruebas periciales, documentales y de video no alcanzaron para voltear el acta y favorecieron al juez.