No encontrar trabajo es una situación por la que muchos han pasado y, además de inquietante, no se le desea a nadie. Ahora imaginémonos que, en el esfuerzo de empezar de cero y reacomodar tu situación laboral, vas a una entrevista y el gerente o empleador no te selecciona por algún rasgo físico, de identidad de género o tu edad. Bueno, en Argentina, más de la mitad de las personas pasaron por esto.
Bumeran y Grow llevaron a cabo en cuatro países de América Latina un informe llamado “Búsquedas irreales” donde, de los encuestados, un 86% resaltó haber experimentado algún tipo de marginación y quedarse sin la oportunidad de conseguir el trabajo.
Respecto a nuestro país, un 84% de los entrevistados paso por esto. Las principales razones fueron la edad, la apariencia física y la maternidad. Es decir, el género femenino es el más perjudicado a comparación del masculino. Veamos algunos resultados y ejemplos.
“Me llamaron a una entrevista para un puesto para el que cumplía con cada uno de los requisitos, pero cuando se dieron cuenta de que tenía 56 años, me dijeron que no cumplía con el rango de edad que el cargo necesitaba. La mayoría de las edades rondan entre 25 y 35 o a veces 40”, explicaba una mujer participante del estudio. Del total, un 68% señaló a la edad como condición de discriminación.
Una de cada tres personas que está maternando sostiene que su embarazo impacta negativamente en las posibilidades de ser elegida o elegido. A esto se le suma la apariencia física, que es mayormente percibida como un elemento condicionante a la hora de buscar empleo por mujeres y minorías.
En comparación con los hombres, un 20% percibe elementos discriminatorios o de exclusión durante la búsqueda laboral, mientras que las mujeres lo hacen en mayor medida. Un 46% para ser específicos.
Fuente: Bumeran y Grow. La búsqueda de personas para encuestar se llevó a cabo de una manera ingeniosa. A través de la plataforma Bumeran para encontrar trabajo, similar a LinkedIn, se hizo un posteo de un “estudio jurídico” que buscaba una abogada especializada en familia, sin hijos y que acepte recibir un salario 30% menor al de sus compañeros hombres. Al cliquear sobre ella, redirigía a los usuarios a un sitio que les aclaraba que “la búsqueda no es real, pero las desigualdades sí”.
Esta es una realidad que se presenta en la mayoría de espacios de trabajo, pero es más notable en aquellos donde, por mucho tiempo, se creyó que los hombres son los indicados para ello. Por ejemplo, dentro de la industria del software, las mujeres ganan 20% menos que sus colegas varones y, generalmente, son relegadas a tareas administrativas o funcionales a pesar de contar con las mismas capacidades y conocimientos que sus compañeros.
La presencia de estas encuestas, aunque desalentadoras por el rumbo de la actualidad, concientizan y, de alguna manera, posibilitan que estos escenarios no se repitan.
Fuente: Xataka.com.ar
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