22 automóviles, tamaño real, hechos de hormigón y esculpidos en 3D fueron depositados uno a uno, en el fondo del océano, gracias a una inmensa barcaza de construcción de 48 metros de eslora. Frente a Miami Beach, a la altura de las calles 4 y 5, a 200 metros de la costa y seis metros por debajo de la superficie del océano, quedó emplazada así la más flamante creación del argentino Leandro Erlich, una instalación artística que simula un atasco de tránsito submarino, concebido especialmente para el fondo del mar.
Forman parte de una iniciativa de ReefLine y el artista: han lanzado el proyecto artístico y ecológico ‘Concrete Coral’.
En el fondo del mar puede haber barcos hundidos, pero no es un lugar habitual para ver coches. Sin embargo, estos 22 vehículos han acabado allí. No ha sido consecuencia de diferentes accidentes de tráfico y nadie ha usado el mar como vertedero. Tienen una función muy específica.
Estos 22 coches están en el fondo del mar: concretamente a unos seis metros de profundidad frente a la costa de Miami Beach (Florida, Estados Unidos). Forman parte de una iniciativa de ReefLine, una organización sin ánimo de lucro, que en colaboración con el artista Leandro Erlich, ha lanzado el proyecto artístico y ecológico ‘Concrete Coral’.

Esta nueva obra es una reencarnación sumergida de ‘Order of Importance’ (Orden de importancia), que presentó en 2019. Estaba compuesta por 66 esculturas de tamaño real de coches y camiones hechas de arena, alineadas como si estuvieran en un gran atasco.
Ubicada en el paseo marítimo de Lincoln Road, de Miami Beach, representaba las congestiones del tráfico y su impacto en el cambio climático. Por ello, algunos vehículos parecían enterrados: era una forma de representar el aumento del nivel del mar.
22 coches de hormigón marino
Los coches que integran ‘Concrete Coral’ están hechos de hormigón marino ecológico y se crearon con moldes 3D. Su propósito, además de evocar la paradoja entre el progreso humano y la fragilidad ecológica, es favorecer la regeneración de los corales.
Las esculturas de los vehículos contienen Coral Loks, que son unas pequeñas estructuras donde se colocan corales vivos para que crezcan. Por lo tanto, esta obra pretende, según explica ReefLine, “revertir simbólicamente el impacto de los coches actuales en el medio ambiente”.
Podrá visitarse
En los últimos años, muchos corales han muerto, en gran medida debido al calentamiento global. Por ello, ReefLine intenta reconstruir una parte perdida del tercer sistema de arrecifes de coral más grande del mundo.
La instalación se inaugurará en el último trimestre de 2026 y al estar ubicada a 180 metros de la orilla, la gente podrá visitarla con unas gafas y un tubo de snorkel. No será la única obra de este tipo que habrá. Carlos Betancourt y Alberto Latorre estarán detrás de unas esculturas en forma de estrella y Petroc Sesti firmará una creación que imita el corazón de una ballena azul.
Fuente: El País.
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