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Cambiar el apellido paterno en Argentina: cómo es el trámite y en qué casos se aprueba

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Modificar el apellido paterno es una decisión personal que puede estar motivada por razones afectivas, familiares o legales. Sin embargo, en Argentina este tipo de cambios no se realizan de manera automática: requieren justificación, análisis judicial y la intervención de organismos oficiales que garanticen que el proceso respete los derechos de todas las partes involucradas.

Cómo iniciar el trámite para cambiar el apellido paterno

El procedimiento puede comenzar en el Registro Civil o directamente ante un juzgado de familia, dependiendo del motivo del cambio. Cuando se trata de ajustes simples, como corregir errores de escritura o modificar el orden de los apellidos, el trámite puede resolverse de forma administrativa y en menor tiempo.

En cambio, si la persona desea eliminar o reemplazar completamente el apellido paterno, el proceso pasa a ser judicial. En estos casos, un juez debe analizar las razones presentadas y el impacto que la modificación podría tener en la identidad del solicitante.

Durante el proceso judicial, pueden solicitarse:

  • Informes psicológicos o sociales, para evaluar el efecto emocional del apellido.
  • Publicaciones de edictos, que permiten que terceros presenten objeciones si tienen fundamentos legales.

Una vez analizada toda la información, el juez dicta una resolución que autoriza o rechaza la solicitud.

Motivos válidos para modificar el apellido paterno

La ley argentina establece que solo se puede cambiar el apellido por causas justificadas. Entre los motivos más frecuentes se encuentran:

  • Que el apellido cause daño psicológico o afecte la salud emocional.
  • Que esté vinculado a violencia familiar, abandono o delitos graves.
  • Que el menor haya sido criado por una figura parental distinta al padre biológico.
  • Que exista un error registral o de inscripción.
  • Que se desee modificar el orden de los apellidos por razones personales o afectivas.
  • Que la persona busque adecuar su identidad de género para que nombre y apellido reflejen su identidad real.

El juez evalúa cada caso individualmente, considerando los antecedentes y las pruebas. En situaciones donde intervienen menores, se tiene en cuenta su opinión si demuestran madurez suficiente para expresarla.

Qué ocurre cuando el cambio involucra a un menor

Cuando la solicitud de cambio de apellido corresponde a un niño o adolescente, el trámite debe realizarse priorizando su interés superior, tal como lo establece la Convención Internacional de los Derechos del Niño incorporada a la legislación argentina.

En estos casos:

  • El juez analiza cómo el apellido actual afecta el bienestar emocional y social del menor.
  • Se piden informes psicológicos y sociales que examinen su entorno familiar y las causas del pedido.
  • A partir de los 13 años, la opinión del menor tiene un peso importante en la decisión judicial.

El objetivo es que el cambio de apellido refuerce su identidad, dignidad y sentido de pertenencia, sin afectar su desarrollo personal ni sus vínculos familiares.

Cuándo se puede hacer el cambio sin intervención judicial

No todos los casos requieren una resolución judicial. Según el artículo 69 del Código Civil y Comercial de la Nación, existen situaciones en las que el cambio puede solicitarse directamente ante el Registro Civil, siempre que haya “justos motivos” reconocidos por el Renaper.

Entre ellos se incluyen:

  • Procesos de cambio de identidad de género.
  • Ser víctima de apropiación ilegal o terrorismo de Estado.
  • Necesidad de recuperar una identidad suprimida o corregir una inscripción incorrecta.

En la práctica, cuando los motivos están relacionados con violencia, abandono o conflictos familiares, la vía judicial sigue siendo la más habitual, ya que permite una evaluación más profunda del caso y garantiza la protección de los derechos personales y familiares.

Fuente: InfoZona

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