Corría el mes de junio de 1968 y una noticia increíble sacudía los grandes medios de Buenos Aires. Se trataba de la “teletransportación” de la familia Vidal desde la ciudad Bonaerense de Chascomús hasta la capital de México (DF). El “Caso Vidal” estremecía al mundo de la ufología.
El 5 de junio de 1968, el diario La Razón, informaba en su edición vespertina bajo el título “Que es esto” de un extraño acontecimiento ocurrido en la Provincia de Buenos Aires.
Un conocido abogado de Buenos Aires, el doctor Gerardo Vidal, decidió asistir, en compañía de su esposa, la señora Raffo de Vidal, a una reunión familiar que debía celebrarse en la ciudad de Chascomús. Luego de la misma, poco antes de la medianoche decidieron ir en su automóvil hasta Maipú, localidad que se encuentra a unos 150 km al sur de Chascomús, pues tenían allí amigos y parientes.
Tomaron la actual Autovía 2. Delante de ellos, en otro coche, iba otro matrimonio que también tenía familiares en Maipú. Esta otra pareja, cuyos nombres no se conocen, llegó a Maipú sin el menor incidente, pero no ocurrió así con los Vidal, cuyo retraso empezó a preocupar a quienes los esperaban. Entonces el otro matrimonio decidió regresar por la misma ruta para ver de encontrarlos, pero tuvo que volverse a Maipú sin haber conseguido y sin haber hallado la menor traza del coche o de sus ocupantes.
Cuarenta y ocho horas después de la desaparición de los Vidal, en la residencia de la familia Rapallini, en Maipú, (cuyo propietario era el padre del Intendente en uso de licencia de ese distrito) se recibió una llamada telefónica procedente del consulado argentino en Ciudad de México.
Mediante esta llamada, el doctor Gerardo Vidal informaba a sus amigos que estaban bien, dándoles la hora exacta de su llegada al Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
A su debido tiempo, el matrimonio Vidal llego a Ezeiza, donde ya lo esperaban amigos y familiares. La señora Vidal fue llevada directamente del aeropuerto a una clínica privada, pues se hallaba bajo un shock nervioso, y a continuación el doctor Vidal contó a sus familiares el extrañísimo suceso del que habían sido protagonistas.
Contó entonces el doctor Vidal que cuando se hallaban ya en las afueras de Chascomús, la noche de su desaparición, una «densa niebla» se materializó de pronto frente a ellos, y a partir de aquel instante ambos son incapaces de explicar lo que ocurrió durante las 48 horas siguientes. Cuando volvieron a ser conscientes de lo que ocurría a su alrededor, vieron que ya era de dia, y que su coche, con ellos en su interior, se hallaba aparcado en un camino desconocido. Ellos no tenian ningun rasguño, pero a los dos le dolía la nuca y tenían la sensación de haber dormido muchas horas.
Estupefactos, salieron del coche y observaron que la pintura de la carrocería parecía haber sufrido los efectos de un soplete. El motor, sin embargo, funcionaba perfectamente. Pusieron el automóvil en marcha y avanzaron por la carretera desconocida, que atravesaba un paisaje que no les resultaba en absoluto familiar. Preguntaron a diversas personas que encontraron por el camino y todos respondieron lo mismo: en ¡¡¡ Mexico !!!!
A su debido tiempo llegaron a la Ciudad de México, donde preguntaron por el consulado argentino. Allí refirieron su increíble aventura, y el Cónsul les permitió llamar por teléfono al escribano (notario) Martín Rapallini, de Maipú. A continuación el cónsul argentino, don Rafael López Pellegrini, les pidió que guardasen total mutismo sobre el caso, para dar tiempo a que las autoridades efectuaran una investigación.
El automóvil del doctor Vidal, un Peugeot 403, fue enviado a Estados Unidos para su estudio, conviniendo la entrega de un vehículo nuevo de la misma marca y modelo pagado por las autoridades norteamericanas.
Hasta aquí los hechos que tomaron trascendencia a nivel internacional y que en nuestro país eran difundidos a través de los principales medios periodísticos de esa época.
Este extraño caso se mantuvo en silencio hasta el año 1996 cuando el periodista e investigador argentino, Alejandro C. Agostinelli, investigó estos hechos y confirmó que todo fue armado para promocionar la película argentina de ciencia ficción “Che Ovni” próxima a estrenarse y que narraba la historia de un cantante de tangos que haciendo dedo sobre una ruta era levantado por una rubia a bordo de… un Peugeot 403.
Sin embargo el Licenciado Ángel Díaz, oriundo de la ciudad cordobesa de Río Ceballos realizó un minucioso estudio del caso mediante el cuál postula una versión inversa donde asegura que el film se basó en este caso verídico para montar su ficción.
Asimismo se llegó a afirmar que el Director General del Servicio de Inteligencia del Ejército Argentino, en aquel momento, el General Señorans, habría sostenido que “el caso es real, pero no se llama Vidal ese matrimonio, porque por Seguridad se colocó un nombre supuesto”.
El misterio continúa hasta nuestros días. Cada uno hará su interpretación de este caso del cual se cumplieron 56 años.
Fuente: InfoZona
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