Marchesin y un regreso que terminó en Chenemigo: los motivos

Volvía después de la lesión. Volvía después de un partido en el que Brey, su reemplazante en Rosario, había dejado dudas en el gol olímpico de Di María. Volvía a adueñarse del arco de Boca por peso propio, porque en definitiva es el arquero titular. Sin embargo, no fue ninguna garantía. Lo que hizo Agustín Marchesin ante Central Córdoba es volver a dejar dudas. Porque falló en el primer gol y porque nunca dio garantías de seguridad. Y terminó recibiendo el Premio Chenemigo en el clásico medallero de Olé, con 4 puntos de calificación.

Marche fue un espectador de lujo cuando Boca se floreaba en el primer tiempo, pero después fue el actor principal del empate. Porque en el gol de Florentín pudo hacer mucho más. Por lo menos, intentar romper, saltar, presentar otra resistencia. Todo, menos lo que hizo: quedarse parado mirando a ver si Paredes o Battaglia le podían ganar en el salto al ex Vélez. La cuestión es que ahí, en esa duda del arquero que se pagó cara, empezó la remontada de Central Córdoba.

En el segundo gol, es cierto, no tuvo mucho que hacer. El de Iván Gómez fue un verdadero golazo. Pero tampoco ahí tuvo la estrella para convertirse en el héroe de la noche. Porque en definitiva, tampoco lo salvó a Boca en el momento que más lo necesitaba.

Incluso en el final, en otra salida desesperada, en la última jugada del partido, dejó el arco libre y decí que Verón le pegó desviado, si no… Marche hubiera cargado con más responsabilidades todavía.

Hoy, igualmente, algo está claro: Marchesin es mirado de reojo por el hincha, que no siente el respaldo que esperaba de él cuando llegó con toda su experiencia y hasta sus sueños de jugador-hincha.

Está claro que el quiebre, como el de Boca en este 2025, fue la noche de Alianza Lima, cuando él mismo generó el cambio antes de los penales. Para muchos hinchas, quedó como que Marche se bajó de esa instancia decisiva en lugar de asumir la responsabilidad. Y que terminó exponiendo una situación que, a todas luces, no estaba hablada ni ensayada.

A partir de ahí, sólo tuvo una noche iluminada ante Lanús, en los octavos del Apertura (atajó un penal) y no mucho más. Anoche volvió al aco tras su desgarro. Y se llevó un desaprobado.