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Francella vs. Darín

La única vez que Ricardo Darín y Guillermo Francella aparecieron juntos en una película, el cine argentino conquistó nada menos que un Oscar. El ejemplo de El secreto de sus ojos no solo dejó una huella profunda y perdurable en la memoria histórica de nuestro cine, sin contar los alcances de su proyección internacional, pero por sobre todo dejó a la vista hace ya una década y media un fenómeno que mantiene una extraordinaria vigencia hasta el día de hoy: no hay quien les gane a los dos en poder de convocatoria.

francella-vs-darin Francella vs. Darín

En agosto de 2009, cuando El secreto de sus ojos se estrenó en los cines argentinos, ya formaba parte de nuestro imaginario una frase que repetimos casi automáticamente cada vez que estas caras reaparecen en los afiches electrónicos y las pantallas promocionales instaladas junto a las boleterías virtuales de los complejos: ¿vamos a ver la última de Darín? ¿vamos a ver la última de Francella? El histórico premio otorgado por la Academia de Hollywood a la película de Juan José Campanella concentró por única vez dentro de un mismo largometraje la invitación que antes y después el público argentino se acostumbró a hacer siempre por separado.

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Dupla imbatible. Francella y Darín son las dos grandes estrellas del cine argentino y suman más de 47 millones de entradas a lo largo de 28 años de estrenos de cine

No es para menos. Nadie está a la altura del imán que ejercen en la taquilla y mucho menos pueden igualarlos. Los dos suman más de 47 millones de entradas a lo largo de 28 años de estrenos de cine con sus nombres en los afiches. Y el último, Homo Argentum, el éxito del momento protagonizado por Francella, acaba de llegar al millón en apenas 10 días. Este dato confirma el otro denominador común que tanto Francella como Darín comparten. Los dos supieron reinventarse en un momento clave de sus respectivas carreras y dejar atrás la imagen que habían dejado impresa en el público. Cuando vivieron la primera ola de popularidad tenían carreras que estaban instaladas en lugares cómodos, seguros y conectados con contenidos por lo general livianos y dirigidos a un público familiar. Que ambos hayan logrado mantener y renovar su popularidad en los últimos años también responde al ejercicio de una madurez artística que impulsó en los dos casos cambios y búsquedas de nuevos caminos.

francella-vs-darin-2 Francella vs. DarínRécord. En apenas 10 días, Homo Argentum ya vendió un millón de entradas

El nuevo éxito de Francella

De la mano de Homo Argentum, la confirmación más reciente de esta tendencia histórica tiene como protagonista a Francella. Detrás de todas las derivaciones de una verdadera película-acontecimiento, de esas que aparecen de tanto en tanto y convocan a un tipo de público que no suele tener el hábito de ir al cine, la atracción de uno de los dos grandes protagonistas de nuestro exiguo star system sigue intacta. Los números asombran, en buena medida porque hace tiempo que el cine argentino no obtiene una repercusión de esta magnitud en la pantalla grande. De la mano de la última creación de Mariano Cohn y Gastón Duprat, Francella convocó desde la atracción de su carisma y un arraigo popular inoxidable, a un público que hacía tiempo no llenaba las salas en donde se exhibe una producción nacional. Casi 100.000 espectadores por día viene llevando al cine desde el momento de su estreno Homo Argentum, traccionados en buena medida por la presencia de su actor protagónico, multiplicada esta vez en 16 personajes distintos bajo un mismo rostro. Si a estos excelentes números de taquilla le sumamos la línea histórica de las películas de Francella estrenadas en los cines estamos ante un escenario de admirable persistencia en cuanto al favor de la gente. La película protagonizada por Francella que más entradas vendió en la Argentina es El clan (2015), de Pablo Trapero: 2.606.760 tickets, según la consultora Ultracine. Detrás, aparecen en el podio El secreto de sus ojos (2009), con 2.464.634, y El robo del siglo (2020), con 2.029.946. Desde 1997 hasta la fecha, las 24 apariciones de Francella en el cine argentino ya superan un acumulado de 23 millones de entradas. Antes de esa fecha, el actor ya había tenido una presencia destacada en estrenos muy exitosos del cine nacional como Brigada Cola y las series de películas de los Bañeros y los Exterminaitors. Pero la industria del cine de la Argentina comenzó a manejarse con estadísticas y datos confiables a partir del 1° de enero de 1997, por lo que el material previo no puede ser considerado dentro de una evaluación histórica de la taquilla local: no hay manera de corroborar la exactitud estadística de las cifras de boletería anteriores a esa fecha. Tres décadas atrás, cuando los números del cine argentino empezaron a ordenarse, Francella era una de las figuras indiscutidas de la comedia familiar. Entre 1998 y 2008 su exitosa presencia en la pantalla grande se explica a partir de títulos de esa única faceta: Un argentino en Nueva York, Papá es un ídolo, Un día en el paraíso, Incorregibles, Papá se volvió loco.

Cantidad de espectadores en las películas de Francella desde 1997

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Cantidad de espectadores en las películas de Darín desde 1997

CINE_francela_Darin_barras_copia_Mesa_de_trabajo_1_copia_7344dfdc20 Francella vs. Darín

El casting que cambió todo

Hasta que un día empezamos a descubrir a un nuevo Francella. “Yo me convertí en alguien muy masivo. Y lo popular generalmente tira hacia la comedia. Ahí surge siempre la misma pregunta: alguien tan popular y tan masivo, ¿querrá hacer otra cosa? Los que me conocen de toda la vida saben que sí. Y ahora todos los días me pasa algo nuevo”, le dijo el actor a LA NACION en diciembre de 2008 mientras contaba por qué decidió presentarse a una audición en la búsqueda de un papel en una película que iba a producirse y filmarse en México. El resultado fue Rudo y cursi (2009), que cambió por completo la carrera y la vida de Francella para siempre. “Yo no sabía muy bien quién era Guillermo hasta que hice el casting. Me sorprendió su disposición, sus ganas de renovarse en plena madurez para hacer algo distinto a lo de siempre. Guillermo quería ser dirigido y se dejaba dirigir”, señaló a LA NACION Carlos Cuarón, el director de esa película. Elegido entre 40 postulantes (algunos de ellos muy famosos), Francella se convirtió allí en Batuta, un argentino vividor que recorre México a la caza de talentos futbolísticos y descubre a dos hermanos (encarnados por Diego Luna y Gael García Bernal) para representarlos. El mundo que se abrió desde ese momento para el actor encontró destinos inesperados y a la vez consagratorios de un modo inimaginable considerando toda su trayectoria previa. De a poco fue dejando de lado la televisión y buscando todo el tiempo cosas nuevas en el cine, su nuevo lugar en el mundo. La primera escala, extraordinaria, fue el Pablo Sandoval de El secreto de sus ojos. Con peluquín, sin bigote y sin barba, con anteojos de marco inmenso, nos resultaba irreconocible a simple vista. Literalmente, como el personaje que le regaló Campanella, empezó a mostrar otra cara. El camino que siguió se llenó de sorpresas. Colaboraciones impensadas con autores cinematográficos como Ana Katz (Los Marziano) y Daniel Burman (El misterio de la felicidad) y una antológica personificación del tenebroso Arquímedes Puccio en El clan. Después, Los que aman odian, Animal (un gran personaje en el borde, de la mano de Armando Bo), Mi obra maestra (primer proyecto junto a Cohn y Duprat), El robo del siglo y La extorsión. “Dios es argentino, pero debajo de él está Guillermo Francella”, vaticinó el mexicano Cuarón antes de esa asombrosa seguidilla que tiene a Homo Argentum como nuevo avatar.

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Carrera. Rudo y Cursi fue el despegue de Francella en el cine, que tuvo grandes éxitos como El secreto de sus ojos, El clan, Corazón de león y Un argentino en Nueva York

Los inicios como galancito

Quedó bastante lejos en la historia, oculto detrás del rostro que nos acostumbramos a ver en los últimos tiempos, pero hubo un tiempo en el que la carrera de Ricardo Darín estaba destinada a conservar en la madurez el perfil de sus primeros éxitos como “galancito”. Por fortuna, Darín nunca quiso encasillarse y su recorrido como intérprete se diversificó rápido. En toda esa larga exploración encontró finalmente al cine como vidriera inmejorable de una popularidad que pasó de las tapas de las revistas del corazón a los espacios dedicados con el mayor rigor al análisis artístico, sobre todo en el mundo de la pantalla grande. Para que Darín, finalmente, llegara a disfrutar al mismo tiempo una popularidad a toda prueba y el reconocimiento internacional como uno de los mejores actores de habla hispana del mundo tuvo que pasar algo decisivo. Fue hace 25 años, en agosto de 2000: el estreno de Nueve reinas, uno de los grandes clásicos modernos del cine nacional. De la mano de Fabián Bielinsky, el extraordinario director argentino que imaginó antes de su prematura muerte (a los 47 años, en 2006) una larga alianza artística con un actor con el que se identificó de inmediato en todos los sentidos, Darín mostró en pantalla por primera vez una oscuridad completamente inesperada. Hasta allí estábamos acostumbrados a verlo interpretando personajes agradables y queridos por el público. “Fabián tenía muy claro que Marcos, mi personaje en Nueve reinas, no debía causar simpatía. Quería que fuera una lacra humana, de la peor calaña”, reconoció Darín en una entrevista de 2016 incluida en el libro El fulgor, ideas sobre Fabián Bielinsky, publicado por el Bafici. Darín acababa de hacer la exitosa telecomedia Mi cuñado y cambiar la imagen de siempre (la del tipo amable que se mete al público en el bolsillo con una sola sonrisa) no resultaría fácil. En Nueve reinas iba a transformarse en un estafador.

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Trayectoria. Con Nueve reinas Darín mostró otra faceta actoral, que también desarrolló en Argentina 1985, El hijo de la novia, Relatos salvajes y el Secreto de sus ojos

El rol que lo relanzó

Nueve reinas fue la primera película con más de un millón de entradas vendidas de las 33 que estrenó Darín en los cines argentinos a partir de 1997. Esa lista continuó con los papeles más diversos, a partir de ahora cada vez más exigentes y ricos en matices. Recuperó desde ese lugar más complejo su rostro más amable en Luna de Avellaneda (otro éxito que superó el millón) y desde allí, junto a Campanella, se encaminó al triunfo de El secreto de sus ojos. El Oscar reforzó la certeza que ya todo el mundo tenía. Darín se había ganado el título de gran actor argentino. Todo era posible para él: del drama social (Carancho, Elefante blanco) al thriller (Séptimo, Tesis sobre un homicidio, Nieve negra), de la comedia (Un cuento chino) al relato político (La cordillera) y la comedia romántica (El amor menos pensado). Relatos salvajes (casi cuatro millones de personas) convirtieron a su personaje de Bombita en icono del “gen argentino” y La odisea de los giles y Argentina, 1985 elevaron todavía más su llegada directa al público con papeles de rápida identificación con nuestra identidad y nuestra memoria. Más de 24 millones de entradas corroboran esa alianza simbólica entre el actor y un público que se siente representado por él. El otro dueño de una pasión de multitudes indiscutida en el cine.

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Francella y Darin actuaron juntos en El secreto de sus ojos y la película ganó un Oscar

Lo que viene

Todos los números del cine de Francella y Darín, insuperables en convocatoria para el universo actoral de nuestro medio, alcanzarían dimensiones todavía más grandes si se midiera la repercusión de las primeras incursiones de ambos intérpretes en el nuevo modelo híbrido de miniseries (hay cine y televisión en ellas) producido para un estreno directo en las plataformas de streaming: las tres temporadas de El encargado (Disney+) y la primera de El eternauta (Netflix). A Francella lo aguarda el estreno local (todavía incierto) de la película que filmó el año pasado en España, Playa de lobos, además de la llegada de la cuarta temporada de El encargado (prevista para comienzos de 2026) y otros proyectos para el cine firmados por Cohn y Duprat, incluyendo la eventualidad de una nueva entrega de Homo Argentum. Darín, mientras tanto, ya tiene listo su próximo proyecto para el cine (Lo dejamos acá, de Hernán Goldfrid, junto a Diego Peretti) mientras se define el momento del comienzo del rodaje de la temporada 2 de El eternauta. Los dos se tomarán sendas pausas del cine para volver al teatro. Darín con el eterno regreso, aquí y en España, de Escenas de la vida conyugal, y Francella con la adaptación de Desde el jardín, la obra de Jerzy Kosinski inmortalizada en el cine gracias a un inolvidable Peter Sellers. Dos caminos con más puntos de contacto de los que podría imaginarse y la coronación unánime de los argentinos como los reyes de la taquilla. ¿Hasta dónde llegaría ese incomparable poder de convocatoria si en algún momento un nuevo proyecto para el cine volviera a unirlos?

Fuente: La Nación

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