“En Corrientes se gobierna para una minoría, hay una dinastía y nepotismo, y la gente quiere un cambio”, afirmó Martín “Tincho” Ascúa, intendente de Paso de los Libres y candidato a gobernador por el peronismo, en diálogo con Infobae a días de las elecciones del 31 de agosto.
Enfrenta al oficialista Juan Pablo Valdés, hermano del actual gobernador, en una campaña marcada por denuncias de concentración de poder y reclamos de cambio. Para Ascúa, la sociedad atraviesa “un hartazgo” tras “veinticuatro años del mismo gobierno”, y ve en su espacio la única alternativa real frente a la fragmentación del oficialismo.
También, compiten el ex gobernador Ricardo Colombi, de origen radical, y el diputado Lisandro Almirón, por La Libertad Avanza. Esa fragmentación, cree Ascúa, podría beneficiar al peronismo, que va a las elecciones con un piso alto, que lo podría ubicar en un balotaje.
Panorama electoral en Corrientes
Ascúa explicó que recorre la provincia desde hace más de un año y que la ciudadanía empezó a involucrarse en la campaña de cara al 31 de agosto. “Nosotros venimos caminando y recorriendo la provincia hace mucho tiempo, más de un año; por supuesto que ahora intensificamos mucho más”, contó el jefe comunal. Según el candidato, la actual configuración política se caracteriza por una oferta electoral atomizada y una fuerte tensión interna en el oficialismo: “Hoy hay cuatro frentes. La realidad es que son tres alianzas que se desprenden del mismo gobierno y un frente que somos nosotros”.
El dirigente marcó la diferencia con el resto de los espacios: “Muchos dirigentes que hace unos meses se mataban entre ellos hoy se juntaron solo para la elección. Nosotros, en cambio, permanecimos siempre como oposición a Gustavo Valdés, a Ricardo Colombi y a Milei, dentro del peronismo”. Para Ascúa, esa coherencia y el desgaste del modelo gobernante generan una expectativa de cambio genuina: “Eso tiene un efecto en la calle por la enorme voluntad del 65% de la gente, de un cambio”.
Unidad y propuestas del peronismo
—¿El peronismo está unido en la provincia de Corrientes?
— Tuvimos un proceso interno el 9 de marzo. Hay una unidad plena, aunque unos pocos dirigentes se fueron a otro espacio, porque no encuentran su lugar a nivel personal y buscan otros horizontes. Nuestro espacio se armó para gobernar la provincia de Corrientes, no para sumar bancas. Lo que queremos es administrar la mayor cantidad de municipios que se eligen el treinta y uno de agosto. Por eso, la enorme mayoría del peronismo está con nosotros”.
—¿Por qué cree que el 65% de los correntinos quiere un cambio?
— Hay un hartazgo porque el gobierno actual lleva 23 años y medio gobernando la provincia. La gente la está pasando muy mal y empieza a entender que la mayoría de los problemas se deben a decisiones políticas de un gobierno o a la falta de ellas. Hoy queda mucho más claro con el hecho de que el gobernador puso a su hermano como candidato, sin experiencia ni capacidad, incluso cuestionado dentro del propio oficialismo. Hay una tensión fuerte y eso se transmite a la sociedad”.
— ¿Qué proponen en concreto para la provincia?
—Primero, algo concreto: terminar con la corrupción y los negocios. Hay un nivel de corrupción enorme, la gente lo percibe en los distintos niveles del Estado. Amigos y parientes en funciones clave, obra pública concentrada en empresas amigas y proyectos faraónicos que no sirven a la gente, como museos o plazas carísimas, oficinas de lujo, una pista de karting construida por el Instituto de Vivienda cuando falta vivienda. Lo primero es salud, educación, vivienda, alimentación, trabajo, y después el desarrollo necesario para crear empleo y producción”.
Críticas al oficialismo provincial y situación socioeconómica
— ¿Cómo describe la situación social y económica que vive Corrientes bajo el actual gobierno?
— La gente está muy mal. Hay un hartazgo enorme después de casi veinticuatro años del mismo gobierno. La mayoría de los problemas se deben a decisiones que privilegian a una minoría. El gobernador puso a su hermano como candidato sin experiencia, ni trayectoria, ni capacidad para el cargo, y eso genera una tensión muy fuerte, incluso dentro del propio oficialismo”.
—¿Qué impacto tienen estas decisiones en la economía y en la vida cotidiana?
— Tenemos una provincia que no está desarrollada y depende mucho de las transferencias de Nación, tanto en coparticipación como en transferencias discrecionales. La crisis golpea muy fuerte y se siente en todos los sectores: desde la falta de vivienda hasta la pérdida de poder adquisitivo, la falta de trabajo y el cierre de oportunidades para la producción local”.
— ¿Cómo caracteriza el manejo de la obra pública y los fondos provinciales?
— La obra pública está concentrada en empresas amigas y en proyectos que no le sirven a la gente, como plazas por cuatro mil millones de pesos, oficinas de lujo o una pista de karting construida por el Instituto de Vivienda mientras sigue faltando vivienda. Hay amigos y parientes en funciones clave y negocios que nadie puede justificar. La gente lo ve y lo sufre.
Diferencias con Libertad Avanza y el oficialismo
— Tiene apoyo de La Cámpora y de las figuras principales del peronismo en Corrientes. Y Cristina Kirchner fue a apoyar su candidatura.
— Yo soy del peronismo, no soy de La Cámpora. Milito desde que tengo diez años, en el 88, y siempre en el peronismo. Tengo una excelente relación con todos los compañeros, pero soy peronista ortodoxo, como quieran decirle, peronista de siempre.
— ¿Qué diferencias centrales tiene su propuesta respecto del oficialismo y La Libertad Avanza?
— Lisandro Almirón es el retrato y la copia fiel de Javier Milei, de todo lo que significa Milei. Nosotros somos absolutamente opositores a cada una de sus medidas: al ajuste, al recorte en salud, educación, ciencia y tecnología, a la eliminación de la obra pública, que es fundamental en el norte. Golpean los derechos de jubilados y trabajadores, y la apertura de importaciones está destrozando la poca producción local.
—¿Cuál es el impacto de la política económica nacional en la producción y el comercio provincial?
— La apertura indiscriminada de importaciones hace que los pequeños productores tengan que tirar el tomate porque no les conviene ni empacar ni vender. El precio es tan bajo que ni siquiera cubren sus costos. La citricultura perdió competitividad, empresas que exportaban dejaron de hacerlo porque Argentina se volvió muy cara. Al ser una provincia limítrofe, la gente termina yendo a comprar a Brasil o Uruguay; eso destroza el comercio local.
—¿Cómo valora la figura y el rol de Ricardo Colombi en el armado oficialista?
— Colombi es el creador de este régimen. Gustavo Valdés gobernaba porque lo quiso Colombi, después Valdés lo traiciona y ahora quiere meter a su hermano. Está en otro frente con Gustavo Cantero, ex vicegobernador. Por eso hablamos de desprendimientos del propio gobierno; el único frente opositor que no se movió de sus convicciones es el nuestro.
Relación con el Gobierno nacional y consecuencias para Corrientes
— ¿Cómo ve la relación de la provincia con el Gobierno nacional y el rol de Javier Milei?
— El Gobierno de Milei desprecia el federalismo y las provincias. Javier Milei no conoce la Argentina ni el Estado, y desconoce el peronismo. No entiende que las provincias son originarias y que hay recursos genuinos y directos de las provincias, y mete mano en las cajas provinciales. Pero, ¿qué pasa? El Gobierno provincial, por coyuntura electoral y por total dependencia de las transferencias nacionales, en un 85%, no dice absolutamente nada. En vez de defender los derechos e intereses de los correntinos.
— ¿Por qué cree que el gobierno provincial mantiene esta actitud frente al Gobierno nacional?
— Electoralmente les sirve no pelearse con Javier Milei porque disputan el mismo electorado. Tratan de no diferenciarse tanto y esa situación termina golpeando directamente a los correntinos, a la gente común.
— ¿Qué mensaje le daría a los correntinos frente a este escenario?
— Vamos a seguir recorriendo toda la provincia. Las enormes dificultades se ven en todos los rincones de Corrientes, tanto en el interior como en la capital. Tenemos un gobierno que gobierna para una minoría, que se transformó en una dinastía y en un nepotismo. Pero los correntinos no deben perder la esperanza. Si Dios quiere, después del 31 de agosto empezamos a construir una provincia que abrace a todos, para devolver la dignidad y para que nadie más tenga que irse de Corrientes. Y también para que el millón de correntinos que vive afuera pueda regresar.
Expectativas electorales y mensaje final
—¿Por qué cree que esta vez el peronismo puede ganar en Corrientes, pese a las derrotas históricas?
— Tenemos una enorme posibilidad de ganar las elecciones. La sociedad correntina decide cambios por ciclos: en los 80 fue el Pacto Autonomista Liberal, en los 90, luego el colombismo y ahora el valdecismo. Vemos que hay un ciclo que se está cumpliendo y la gente quiere cambiar. Creemos que eso nos beneficia por la atomización de la oferta electoral y por los desprendimientos internos en el gobierno. Hay cuatro frentes bien marcados y esta es una elección de piso. Como tenemos un piso alto y bien definido, eso nos coloca en una posición de privilegio y con muchas chances de ganar”.
—¿Qué posibilidades hay de que ingresen en el balotaje?
— No tengo la menor duda. Estamos palo a palo con el gobierno, hoy en primera vuelta. Ninguno va a poder alcanzar las mayorías necesarias para ganar en primera. Por eso entendemos que esta elección se define en segunda vuelta. Y si el 65% de la gente quiere un cambio, aquel que vaya a segunda vuelta termina ganando. Nosotros tenemos todo para entrar en segunda vuelta y, por eso, para ganar las elecciones”.
— ¿Qué mensaje final le daría a Milei y a Gustavo Valdés?
— A Milei le diría que respete a la provincia, que la motosierra no la paguen ni los jubilados, ni los trabajadores, ni los humildes ni los estudiantes. La casta y la motosierra se tienen que aplicar a quienes siempre se sirvieron del Estado y al poder hegemónico. Que respete al ser humano y las autonomías provinciales. A Gustavo Valdés, que su ciclo se terminó, que el electorado le va a mostrar dónde tiene que estar a partir del 31 de agosto. Que la provincia no es una empresa, una estancia ni una monarquía. Esto es una democracia, y la gente va a definir que no se puede gobernar Corrientes como una propiedad privada”.
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