
El Gobierno anunció la suspensión del tradicional desfile militar del 9 de julio debido a “razones presupuestarias”, lo que ha generado diversas reacciones en el ámbito militar y civil. Hasta el momento, ninguna de las Fuerzas Armadas ha recibido instrucciones para preparar el evento, que suele ser un símbolo de celebración nacional.
Falta de presupuesto y preocupaciones internas
Las Fuerzas Armadas habían exhibido el año pasado un impresionante despliegue con 9.900 efectivos, 62 aviones y 79 vehículos de combate, con la presencia del entonces presidente Javier Milei y su ministra Victoria Villarruel. Sin embargo, las estimaciones para replicar ese despliegue este año apuntan a un costo cercano a $987 millones, una cifra que el Ministerio de Defensa no ha confirmado oficialmente.
En 2024, el presupuesto destinado superó los $720 millones, equivalente a aproximadamente US$720.000. Las tropas enfrentan un clima tenso interno, ya que reclaman mejoras salariales y equiparaciones con fuerzas de seguridad. Además, la obra social IOSFA acumula una deuda cercana a $160.000 millones, lo que ha llevado a la suspensión de diversas prestaciones.
Un evento con historia de suspensiones
No es la primera vez que la parada cívico-militar se cancela. Durante el gobierno de Mauricio Macri, el desfile fue suspendido en 2018, aunque se reanudó en 2019. Alberto Fernández no llevó a cabo el evento durante su mandato, mientras que Milei lo recuperó en 2024 y ahora vuelve a dejarlo de lado.
Esta suspensión plantea un contraste con la postura de otros países, como Estados Unidos, Rusia o España, que continúan realizando grandes desfiles para exhibir su potencia militar. Argentina, en cambio, opta por recortar gastos y evitar someter a las fuerzas armadas a un evento sin resolver sus demandas planteadas.
La reacción de la comunidad militar y civil
La noticia de la suspensión ha calado hondo entre las filas militares, donde la solicitud de mayores salarios y equiparaciones se ha intensificado. Estas demandas se dan en un marco donde los uniformados esperan respuestas concretas ante la situación financiera actual de sus organizaciones.
Las voces dentro y fuera del estamento militar empiezan a manifestar su malestar, sensibilizando a la opinión pública sobre la condición de las Fuerzas Armadas en Argentina. La falta de desfile militar del 9 de julio podría interpretarse como un síntoma de los desafíos que enfrenta el actual Gobierno en la gestión de sus recursos y el compromiso con sus fuerzas.
Fuente: InfoZona
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