Portada » Las aguas de la Cuenca Matanza-Riachuelo en Argentina siguen contaminadas, pero se acaba de concluir una importante obra que evitará nuevos residuos

Las aguas de la Cuenca Matanza-Riachuelo en Argentina siguen contaminadas, pero se acaba de concluir una importante obra que evitará nuevos residuos

Es posible que la noticia que compartió recientemente el gobierno se preste a confusiones y dudas: se finalizó una megaobra del Sistema Riachuelo, esencial para no acumular nueva contaminación a la existente, que ya ocasiona profundos problemas ambientales, inundaciones periódicas, enfermedades crónicas en la población y falta de planificación y control urbano e industrial. Pero esto no significa que se haya avanzado en el saneamiento, en sí, de estas aguas.

“La obra del Sistema Riachuelo, una de las obras de saneamiento más importantes de la historia argentina, la terminó finalmente este Gobierno”, anunciaba el vocero presidencial Manuel Adorni.

La obra había comenzado en 2015, en cumplimiento con un fallo judicial de la Corte Suprema emitida en 2009, conocida como Causa Mendoza, que obligó al Estado nacional a mejorar la situación de la Cuenca Riachuelo, tras la presión y la demanda interpuesta por vecinos de la zona afectada. En realidad, la causa y el río son más conocidos como Cuenca Matanza-Riachuelo, ya que recorre el partido bonarense de La Matanza en la mayor parte de su tramo. Riachuelo, a secas, se le dice a la parte que cruza la avenida General Paz en el sentido a la Ciudad.

450_1000 Las aguas de la Cuenca Matanza-Riachuelo en Argentina siguen contaminadas, pero se acaba de concluir una importante obra que evitará nuevos residuos Planos de la obra Sistema Riachuelo, que se divide en tres etapas.

Comprende una superficie aproximada de 2.200 km² y es una de las áreas más densamente pobladas de la Argentina,​ con alrededor de 6 millones de personas, que representan el 15% de la población del país. Además, se estima que solo este territorio aporta el 30% del PBI nacional.

La obra finalizada consiste en ampliar el sistema troncal de cloacas para evitar el desborde de líquidos cloacales que históricamente han contaminado el curso del río, uno de los afluentes más afectados por la actividad industrial y urbana en el área metropolitana de Buenos Aires. Esto significa que se solucionará la capacidad de transporte de los desagües cloacales y se limitará la acumulación de nuevos residuos.

Resultarán beneficiados 4,5 millones de argentinos que viven en el conurbano bonaerense y en la Ciudad de Buenos Aires, y, al mismo tiempo, se habilita el inicio de una serie de obras que van a llevar cloacas a 1,5 millón de habitantes de Almirante Brown, Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Presidente Perón y Quilmes.

Palitos entre gestiones, pero nada de cifras concretas

“Esta es una administración que cumple los contratos, incluso, con aquellos fraudulentos heredados de gestiones anteriores”, se jactaba el vocero. Al respecto acusó a la gestión de la extitular de AySA, Malena Galmarini, de que el presupuesto se destinó a que la empresa funcionara “como una plataforma de campaña para los funcionarios de turno”.

Pero ¿cuánto puso el gobierno actual para concluir la obra y de qué se encargó? Bueno, según testimonios de AySA en diálogo con el diario Clarín, lo que quedaba por hacer era la puesta en marcha, “que es un proceso de 6 meses en que la empresa constructora y AySA operaban en conjunto para realizar correcciones, es decir una especie de garantía”.

“Solo hubo un 2% de corrección de obra que deberían haber hecho en el primer semestre de 2024. Sin embargo, se comenzó a realizar a partir de diciembre del 24 por falta de pago. Solo tenían que pagar y nunca lo hicieron en tiempo y forma”, señalaron.

Lo cierto es que, tanto el comunicado oficial como la conferencia, no brindan más detalles del trabajo que se hizo para concluir la obra, ni tampoco cifras ni presupuesto. Lo único que se sabe es que, hasta octubre de 2024, había demoras en los pagos para concluir el lote 2 del megaproyecto.

Más importante aún, queda pendiente el saneamiento de las aguas, que según aseguran los vecinos, están en una situación mucho peor que 15 años atrás, cuando se dio el fallo de la Corte. Si bien es cierto que el caso Matanza-Riachuelo puso en agenda pública una problemática que se debatía puertas adentro, o ni siquiera se abordaba, los niveles de contaminación actuales hablan ya no solo de arsénico o nitratos originarios de fertilizantes y residuos cloacales, sino de metales pesados, microplásticos, restos de medicamentos como los antinflamatorios o benzodiacepinas, drogas ilegales y químicos con una alta persistencia en el ambiente.

450_1000 Las aguas de la Cuenca Matanza-Riachuelo en Argentina siguen contaminadas, pero se acaba de concluir una importante obra que evitará nuevos residuos

Todo esto queda expuesto, ya no solo con los intensos olores y el mal aspecto que presenta el río, sino en enfermedades como la fiebre tifoidea, el cólera, la hepatitis A y envenenamiento por consumir agua con arsénico y otras sustancias altamente perjudiciales.

Fuente: Xataka.com.ar

Share this content:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *