La feria de La Salada, uno de los polos comerciales más grandes y controversiales del país, enfrenta una nueva etapa tras la decisión del juez federal Luis Armella de autorizar su reapertura. Sin embargo, este retorno a la actividad no será bajo las mismas condiciones que rigieron durante años. Las nuevas disposiciones judiciales modifican profundamente el modelo de negocio que sostenían los feriantes, introduciendo reglas estrictas que impactan tanto en la operatoria diaria como en la rentabilidad.
Nuevas exigencias para operar: bancarización, control y fin del efectivo
A partir de ahora, todos los puesteros y trabajadores deberán estar formalmente registrados, según lo dispuso el magistrado. Esta medida implica una transformación estructural del funcionamiento interno de las ferias Ocean, Urkupiña y Punta Mogotes, ubicadas en el predio de Ingeniero Budge.
Entre los principales cambios establecidos se destacan:
- Obligatoriedad de bancarización: los feriantes deberán operar exclusivamente mediante medios electrónicos, como transferencias, tarjetas de débito o crédito. El uso de dinero en efectivo queda restringido.
- Control institucional permanente: habrá presencia de veedores designados por la Municipalidad de Lomas de Zamora y por la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARCA) en cada predio.
- Registro laboral: todos los trabajadores deberán estar inscriptos en los registros oficiales.
- Prohibición de comercializar productos falsificados: los puestos ya no podrán vender mercadería con marcas apócrifas o imitaciones, una práctica común en el predio hasta su clausura.
Estas medidas buscan, según la Justicia, reducir la evasión fiscal y combatir el lavado de dinero, dos de los delitos por los cuales el lugar fue intervenido.
Impacto económico para los feriantes y el sistema financiero
Uno de los aspectos que más preocupa a los comerciantes es el costo adicional que implicará trabajar dentro del circuito bancarizado. La utilización de sistemas electrónicos de cobro conlleva el pago de comisiones al sistema financiero, lo cual incidirá directamente en los márgenes de ganancia de los vendedores.
Si bien muchos aseguran estar inscriptos como monotributistas, se espera que:
- Aumenten los precios de los productos para compensar los nuevos costos operativos.
- Se reduzca la informalidad laboral.
- Disminuya el volumen de ventas por la pérdida del atractivo del “precio efectivo”.
Se estima que antes del cierre, alrededor de 48.000 puesteros comercializaban mercadería en el predio, en su mayoría con un modelo sustentado en el efectivo, sin emisión de facturas ni trazabilidad financiera.
Contexto judicial y estado actual del predio
El predio ferial de La Salada fue clausurado el pasado 22 de mayo en el marco de una megacausa por lavado de activos, evasión impositiva y asociación ilícita. La investigación derivó en cerca de 60 allanamientos, donde se incautaron:
- 26 vehículos
- 2 embarcaciones
- 13 propiedades
En el marco de esta causa, Jorge Castillo, conocido como “el rey de La Salada”, permanece detenido, mientras que Enrique Antequera, otro de los principales acusados, continúa prófugo.
Además, el predio figura en el informe de la Secretaría de Comercio de Estados Unidos como uno de los mercados con mayor volumen de piratería y falsificación del mundo, en el cual incluso se detectó la organización de tours de compras desde Brasil y Uruguay.
Reacciones del sindicato y la incertidumbre sobre la reapertura
La decisión del juez Armella de levantar la clausura fue celebrada por el Sindicato de Trabajadores de Ferias, que había solicitado su reapertura para proteger los cerca de 150.000 empleos directos e indirectos asociados al predio. No obstante, la fiscal Cecilia Incardona aún no determinó la fecha exacta en que volverán a abrir las puertas al público.
Fuente: InfoZona
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