
El último gran héroe del cine de acción todavía no abdicó, pero está dispuesto a hacer todo lo posible para dejar libre el camino para la llegada de su heredero. Mientras celebra el poder de convocatoria de la última entrega de Misión Imposible, con proyecciones que superan los números de todas sus predecesoras, Hollywood ya empezó la búsqueda del astro que deberá seguir los pasos de Tom Cruise y ocupar algún día su lugar como campeón de la taquilla cinematográfica luchando con todo y contra todos.
Hace poco nos enteramos de que Cruise quiere seguir haciendo películas hasta los 100 años, pero no parece tan claro que se proponga repetir en el futuro inmediato las arriesgadas proezas que llevó adelante durante las últimas tres décadas como protagonista de las películas de Misión Imposible.
Cruise tiene cuerda para rato (basta con ver su impecable forma física a los 62 años), pero cuesta imaginar la aparición de un nuevo Ethan Hunt en el horizonte más próximo de su carrera. Y aunque la pregunta sobre el futuro de Misión Imposible siga envuelta entre enormes signos de interrogación, el propio Cruise viene compartiendo desde sus redes sociales en los últimos días algunos mensajes que se parecen bastante a una despedida.
Este aparente paso al costado nos habla de una vacante que acaba de producirse. Pero en realidad la búsqueda del nuevo gran héroe de acción es una necesidad que Hollywood se plantea desde hace bastante tiempo. Cruise es el último exponente de una gloriosa raza cinematográfica que todavía no encuentra una renovación adecuada a lo que reclama hoy la industria.
El rejuvenecimiento resulta imperioso. Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger cumplirán en julio próximo 79 y 78 años, respectivamente. Aunque siguen divirtiéndose con los duros (e irónicos) protagonistas de las series Tulsa King (Paramount+) y Fubar (Netflix) y supieron gracias a ellas a adaptarse a los nuevos tiempos, ya no ocupan por cuestiones naturales del paso de los años el lugar de privilegio que supieron tener décadas atrás. Aunque no se privan de lanzar de vez en cuando un buen puñetazo contra el rostro de sus enemigos en esas dos impecables series.
Harrison Ford (82) conserva su ilustre fama de héroe indomable, pero hace un par de años firmó virtualmente su despedida activa con las hazañas de la quinta y última aventura de Indiana Jones. Bruce Willis (70) hace tiempo que quedó fuera de carrera a la fuerza por sus serios problemas de salud. Keanu Reeves (60) y Vin Diesel (57) están más cerca de cerrar el círculo de John Wick y Rápido y furioso, respectivamente, que de asomarse a nuevas perspectivas en el mismo mundo. Jackie Chan (71) y Jet Li (62) hace tiempo que adquirieron el status de leyendas en el mundo de las artes marciales.
Permanecen en el escenario figuras de una generación todavía vigente y dispuesta a seguir dando pelea. Forman parte de ella, por ejemplo, Matt Damon (54) y Mark Wahlberg (53), figuras que ocuparon el lugar estelar en más de una superproducción del género, pero en sus respectivas carreras ese lugar aparece circunstancialmente, subordinado a otro tipo de proyectos.
Los más firmes abanderados de esta causa son tres y ninguno está dispuesto a bajarse del ring por un buen tiempo: Jason Statham (57), Gerard Butler (55) y Dwayne “The Rock” Johnson (53). Los tres son expertos en llevar adelante interminables peleas por causas justas contra los más peligrosos enemigos y les sobra paño para seguir haciéndolo, pero con ellos no alcanza si detrás todavía no aparece una nueva camada dispuesta a ocupar ese mismo lugar.
Además, si observamos con más detenimiento a este trío, vemos solo a Statham, con su eterno malhumor y un infalible talento para el puñetazo certero, dispuesto a dedicarse full time a estas cosas en el futuro más cercano. Tanto Butler como Johnson siguen activos en este terreno, pero ya empezaron a explorar otros espacios para asomarse a nuevos desafíos, algunos de ellos derivados del inexorable paso del tiempo.
¿Quiénes son los nuevos aspirantes a ocupar casilleros de privilegio en el tablero del cine de acción con sello hollywoodense? La búsqueda es amplia y no duda en enfocarse en algunos nombres que a priori podrían considerarse ajenos a semejante escenario. Alcanza con incluir, por ejemplo, al improbable John Krasinski (45) en la flamante aventura clásica de La fuente de la juventud (Apple TV+), muy parecida a la que encumbró hace cuatro décadas a Michael Douglas detrás de una esmeralda perdida y difícil de encontrar.
El próximo gran héroe necesariamente debe ser un poco más joven o al menos acercarse a la generación de la que forma parte Krasinski. Y aquí están los cinco nombres que se acercan con mayor precisión a cumplir con los requisitos que exige Hollywood para llenar ese preocupante vacío. Con una gran novedad. La próxima lista ya no resulta excluyente en términos de género, como viene ocurriendo hasta ahora. El mundo de los héroes de acción deja de ser solamente masculino. Veamos.
A primera vista satisface todas las exigencias en relación lo que se espera de un héroe de acción con cierto perfil tradicional: músculos, arrojo a toda prueba, destreza para usar cualquier tipo de armas (empezando por sus propios puños), carisma, simpatía natural, sentido del humor, apostura. Todavía no se despidió de Thor, el último de los históricos Avengers que se mantiene en actividad, pero desde que se convirtió en Tyler Rake, el héroe de la serie de Misión de rescate (con dos películas disponibles en Netflix y una tercera en marcha), sus posibilidades como gran figura del cine de acción en sentido amplio comenzaron a expandirse. Fue una de las grandes atracciones de CinemaCon 2025, el encuentro que anticipa cada año los próximos grandes estrenos de los estudios de Hollywood como protagonista de Crime 101. Lo veremos allí, en algún momento de 2026, como un escurridizo y experto ladrón de joyas.
Otro nombre que a priori no tendría para nosotros una conexión natural con el mundo del cine de acción, pero cuando fue convocado para ocupar allí un lugar demostró con creces que puede moverse como pez en el agua. Que la magnífica Profesión peligro (disponible en Max) haya resultado un fracaso de taquilla es uno de esos fenómenos imposibles de explicar desde la más pura lógica. Sobre todo por el irresistible dominio que Gosling tiene de la escena como un doble de riesgo perfecto. Con un desparpajo y una vis cómica que potencian todavía más su presencia en escena, transformando a su personaje en un héroe hecho y derecho, temerario a más no poder, el actor canadiense nos demostró a todos que el cine de acción es un lugar ideal para ejercitar su talento. Ya lo había demostrado en la discreta El hombre gris (Netflix) y lo volverá a hacer, sin dudas, como protagonista de Starfigther, la próxima gran aventura del universo Star Wars.
El nombre actual más cercano, por identidad y condiciones naturales, a la estirpe de las grandes estrellas de Hollywood. De hecho, a todos nos quedó la sensación de que Tom Cruise lo ungió como heredero en Top Gun: Maverick, donde se reflejó como nunca, a partir de una pose canchera, cierta arrogancia y una simpatía a toda prueba, en el espejo de su mentor. Powell, que parece haber nacido para encarnar en el cine al galán que se convierte en héroe, está dispuesto a llevar adelante ese camino pero sin privarse de cumplir con algunas exigencias. Acaba, por ejemplo, de terminar el rodaje de la remake de Carrera contra la muerte en el papel que cumplió Schwarzenegger en la película original (The Running Man) de 1987, basada en un libro de Stephen King: en un futuro distópico, un policía encarcelado por error se anota en un cruento reality televisivo en el que deberá escapar de un grupo de sádicos y asesinos cazadores para conseguir la libertad.
El carilindo actor británico vivió su posible entrada por la puerta más grande al mundo del cine de acción de alto perfil cuando a fines de 2024 algunos medios sensacionalistas del Reino Unido anunciaron que iba a ser el próximo James Bond. La noticia se desmintió rápido, pero las acciones de Taylor-Johnson para formar parte de ese mundo empezaron a subir y encontraron eco en Marvel, que lo eligió para transformarse en uno de sus antihéroes, Kraven el cazador (Max). La película no funcionó como se esperaba, pero mantuvo a Taylor-Johnson como una figura de enormes condiciones potenciales para lucirse en películas de alta exigencia física que al mismo tiempo también reclaman dosis adecuadas de corazón y cabeza. Puede rendir como héroe y como villano (sabe usar el lado oscuro que asoma detrás de su pinta) en relatos policiales de rango amplio. Lo veremos en 2026 como uno de los protagonistas de la esperada adaptación de Sangre en la nieve, hito del policial nórdico (o scandinoir) firmado por Jo Nesbo.
“Está trabajando con Tom Cruise en otro proyecto que la llevará a hacer unas cuantas acrobacias locas”, dijo hace unos días un presentador de la TV de los Estados Unidos hablando de la actriz nacida en La Habana, que según innumerables rumores está también muy cerca del corazón del astro hollywoodense. De concretarse esta pareja tendríamos el escenario más propicio para el ingreso con todos los brillos posibles de una nueva figura estelar del cine de acción con rostro femenino. Nadie mejor que Cruise para prepararla en los mecanismos de ataque o de defensa frente a toda clase de peligros. La primera prueba de su conexión directa con este mundo la tendremos muy pronto, en la primera semana de junio, cuando se estrene en todo el mundo (el jueves 5 en los cines argentinos) Bailarina, la película que convirtió en protagonista a Eve, la asesina letal surgida de las películas de John Wick. Será para De Armas todo un bautismo de fuego en la materia, aunque ya se movió con destreza en El hombre gris y en la última película de James Bond, Sin tiempo para morir.
Si los augurios de la prensa del corazón llegaran a cumplirse, el día en que Tom Cruise resigne definitivamente su lugar como rey indiscutido del cine de acción en Hollywood Ana de Armas será la primera en saberlo. Y en ese momento sabremos si el próximo gran héroe de la pantalla resulta ser una heroína.
Fuente: Marcelo Stiletano, La Nación
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