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En menos de 10 años, la tasa de natalidad en Argentina bajó un 40%, y la principal culpable es la inestabilidad económica

Hay menos nacimientos, pero la expectativa de vida aumentó significativamente. En el 57% de las viviendas no hay menores de 18 años y la decisión de tener hijos se pospone debido, principalmente, a una economía volátil y el deterioro salarial. También influyen cambios culturales, como priorizar el acceso a la formación académica. Estos son algunos de los cambios estructurales que se han producido en los últimos años en las familias argentinas.

450_1000 En menos de 10 años, la tasa de natalidad en Argentina bajó un 40%, y la principal culpable es la inestabilidad económica

Muchas veces cuando se habla del descenso de la natalidad a nivel mundial, se pone en el ojo de las acusaciones a la maternidad que no es, pero el informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral propone una mirada más compleja.

Las verdaderas razones tras el descenso de la natalidad

Según los datos del Censo nacional 2022, Argentina descendió la tasa de recambio a 1,4, lo que acumula una caída de más del 40% de la natalidad en menos de una década. Y es que, a partir del 2014, los datos muestran que ha disminuido significativamente y la tendencia no hizo más que profundizarse:

450_1000 En menos de 10 años, la tasa de natalidad en Argentina bajó un 40%, y la principal culpable es la inestabilidad económica Gráfico de natalidad de 1981 a 2023. Fuente: Elaboración del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad en base a los datos del Ministerio de Salud, Dirección de Estadísticas e Información de la Salud.

¿Por qué sucede esto? El informe indica que la caída en la natalidad y el descenso en la cantidad de hijos por hogar tiene múltiples causas, entre las que podemos ubicar:

  • ciclos económicos desfavorables, que a su vez producen;
  • migración de la juventud al exterior;
  • incertidumbre respecto al futuro;
  • y postergación de la maternidad por parte de las mujeres en favor de formarse académicamente y desarrollarse profesionalmente.

Economía desfavorable. Sin lugar a dudas las cuestiones económicas inciden significativamente. Existe una fuerte correlación entre la cantidad de nacimientos y variables clave como el PBI, la población económicamente activa y el número de ocupados.

Así que, sí, los ciclos económicos influyen mucho en las decisiones de procrear. En particular, los datos muestran que, en contextos de inestabilidad económica y deterioro del empleo, las familias tienden a postergar o reducir la decisión de tener hijos.

Desigualdad de género. Por otro lado, en Argentina hay un claro desplazamiento de la edad promedio para tener el primer hijo, que ahora está entre los 30 y los 34 años. A la vez, aparece el crecimiento de los hogares monoparentales, conformados, en 8 de cada 10, a cargo de mujeres. Esto denota que la carga de las tareas de cuidado, tanto de niños como de adultos mayores, sigue recayendo notablemente sobre ellas.

Más ancianos, muchos más mayores de 85 años. Paralelamente, la esperanza de vida de las personas ya alcanzó los 72,8 años a nivel mundial, lo que supone una mejora de unos nueve años con respecto a 1990. En Argentina, la población de adultos mayores creció considerablemente, con los mayores de 85 años que aumentaron del 1,5% al 11,8% de la población total desde 1991.

450_1000 En menos de 10 años, la tasa de natalidad en Argentina bajó un 40%, y la principal culpable es la inestabilidad económica Índice de envejecimiento. Fuente: Elaboración del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad en base a los datos del Ministerio de Salud, Dirección de Estadísticas e Información de la Salud.

Sin embargo, puede ser una oportunidad

Vilda Discacciati, coordinadora del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Salud de la Universidad Hospital Italiano, reflexionó sobre las conclusiones del informe en diálogo con Infobae:

“El descenso en la tasa de natalidad, como transición demográfica, podría verse como un problema desde una perspectiva económica o como un desafío a pensar políticas sociales a futuro para otra composición social”, señaló con optimismo.

“De cualquier manera, no debería pensarse como consecuencia de políticas que permiten decisiones no-reproductivas de la mujer, por el contrario, marca la importancia de diseñar estrategias que den soporte a las necesidades del envejecimiento de la sociedad, apuntó.

Fuente: Xataka.com.ar

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