
En el marco del Día de Internet, el Instituto Argentino de Inteligencia Artificial (INARIA) reflexiona sobre cómo la Inteligencia Artificial se convirtió en una herramienta democratizadora para los usuarios, a quienes otorga posibilidades de acceso a la información y desarrollo profesional sin precedentes.
“Hace ya 50 años la IA existía, pero estaba reservada para los grandes jugadores informáticos. Cuando se empezó a trabajar con los algoritmos, se pudo estudiar cómo estos reproducen la inteligencia humana”, señala José Olano Melo, especialista en Proyectos Estratégicos de Innovación y Transferencia Tecnológica, y director de Formación Profesional de INARIA.
Según el especialista, hoy en día los usuarios mantienen una comunicación mucho más fluida con la IA generativa gracias al tiempo que las empresas tardaron en entrenarlas. “Así como en su momento se usaba Google u otros buscadores de la web para obtener datos, ahora es muy ameno interactuar con la IA gracias a una infraestructura tecnológica más potente, con placas de video especializadas y mayores capacidades de procesamiento.
A su vez, el director de Formación Profesional de INARIA destaca la importancia crucial de que las PyMEs y los profesionales implementen la IA en sus negocios. Aunque advierte sobre la brecha de habilidades existentes: «El 90% de ejecutivos aún cree que la IA se limita al uso de chatbots. Es fundamental que estas organizaciones y los profesionales independientes comprendan el potencial que tiene y la integren en sus estrategias”. En el mismo sentido, también enfatiza la necesidad de que los técnicos se entrenen en “habilidades blandas”.
Olano Melo también hace un llamado de atención a un cambio de paradigma en el ámbito laboral. “La programación está entre las carreras más impactadas por la inteligencia artificial: lo que antes era escribir líneas de código, hoy puede hacerlo una IA; lo que sigue siendo irremplazable es la capacidad humana de entender, diseñar y liderar soluciones complejas en un nuevo ecosistema donde reconvertirse hacia la ciencia de datos, el machine learning o la ingeniería de prompts no es una opción, sino una evolución natural«.
Asimismo, advierte sobre la gratuidad de las páginas webs y aplicaciones que usan Inteligencia Artificial: “Cuando no pagas con dinero, es porque el producto sos vos y muchas veces estás pagando con tu información”. Por último, reflexiona sobre la falta de control en el funcionamiento interno de esta tecnología. «Ya no hay que preguntarnos qué es la IA, sino quiénes la diseñaron y cómo funciona. Incluso sus creadores se sorprenden por las decisiones que toma y cuyo origen desconocen«, dice.
Hace más de cuarenta años que Internet es una herramienta abierta al dominio público y en la actualidad, junto con la Inteligencia Artificial, están liderando una nueva revolución. Esto invita a pensar la Era Digital que vivimos, donde las problemáticas y los desafíos se siguen sumando, así como el poder de los seres humanos para cambiar sus entornos y sus comunidades de modo que la tecnología no sólo sea útil, sino ética y responsable sobre sus capacidades e incumbencias.
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