Zambia sorprendió a Brasil con un golazo olímpico y baile incluido en el Mundial Sub 17

Zambia y Brasil llegaban a la última fecha del Mundial Sub 17 con la clasificación bajo el brazo. Gracias a los seis puntos acumulados por ambas selecciones en las primeras dos fechas de la fase de grupos, este tercer duelo por la primera fase únicamente definiría cuál de los dos sería el primero en el H. Si bien la Verdeamarela llegaba como principal candidata, la selección africana dio la cara y, con un sorprendente gol, sacó un empate.

La lógica futbolera se rompió a los 25 minutos del primer tiempo. Desde un córner sobre la derecha, Jonathan Kalimina ejecutó un envío bajo, con efecto cerrado, que se coló directo en el arco defendido por Joao Pedro, el arquero brasileño. Gol olímpico. Inesperado. El festejo fue puro desahogo y alegría. Baile, sonrisas y una postal inolvidable.

El tanto fue un golpe anímico tremendo para Brasil, que hasta ese momento había tenido la pelota aunque con una agresividad nula en ataque. Zambia, en cambio, aprovechó el envión para agrandarse, replegarse con orden y salir rápido de contra. Su línea media, sólida y combativa, se encargó de cortar los circuitos de juego de los brasileños, aunque esto no bastó para contener un empate de la Verdeamarela que llegó a los 36′ del complemento.

El resultado final no sólo encendió la sorpresa en el estadio sino que también revalorizó el trabajo que Zambia viene haciendo en divisiones formativas. Un equipo que, sin la presión del favoritismo, mostró disciplina táctica, intensidad y una convicción admirable frente a uno de los gigantes del continente sudamericano.

Así, el gol de Kalimina ya quedó grabado como uno de los grandes momentos del torneo. Un tanto que combina picardía, precisión y coraje: el resumen perfecto del espíritu de Zambia, el equipo que se anima a desafiar a los poderosos y soñar con hacer historia.

Con una actuación arrolladora y varias caras nuevas en el once titular, la Selección Argentina Sub 17 aplastó 7-0 a Fiyi y terminó como líder de su grupo en el Mundial. Más allá de haber asegurado la clasificación en la fecha anterior, el equipo de Diego Placente mostró carácter, hambre y una identidad de juego que se mantiene firme, sin importar los nombres.

El DT decidió rotar y darle minutos a quienes no venían teniendo tanto rodaje, pero el nivel no se resintió. Todo lo contrario: la frescura de los pibes le dio un aire renovado al equipo, que resolvió el partido desde temprano y manejó los tiempos con autoridad.

«Me pone contento que cada uno ponga su granito de arena. Es importante que todos crean que son importantes», destacó Placente tras el 7 a 0 frente a Fiyi, visiblemente satisfecho con la respuesta del plantel.

Con puntaje ideal y el ánimo por las nubes, la Selección llega a la siguiente ronda con confianza plena. El próximo desafío será entre el 14 y el 15 de noviembre, cuando se jueguen los 16avos de final. Por juego, actitud y contundencia, el equipo de Placente ilusiona.