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Betiana Blum: un casamiento inesperado, el amor más maduro y por qué crió a su hijo sola

betiana-blum-un-casamiento-inesperado-el-amor-mas-maduro-y-por-que-crio-a-su-hijo-sola Betiana Blum: un casamiento inesperado, el amor más maduro y por qué crió a su hijo sola

“No estoy en pareja, pero estoy bien, tranquila. Tengo una casa linda frente al Botánico, cuido de mis plantas y mis animales, malcrío a mi nieto y poseo mi profesión. En mi vida le he dado mucho espacio a mi trabajo y me ha ido bien… Tuve parejas y, por suerte, las separaciones nunca fueron traumáticas. Cuando una pareja termina muy mal, te hacés pelota”, le confesó Betiana Blum hace un año a LA NACION. Tuvo varios amores, un matrimonio, un hijo y un nieto. Pero esquiva hablar de su intimidad.

Su primer amor sucedió cuando vino a Buenos Aires para estudiar Filosofía y Letras, y todavía no soñaba con ser actriz. “Me crié en un pueblo, en el Chaco, y mis padres eran un matrimonio bien, digamos. Cuando era muy chica pensé en casarme, pero después, cuando vine a Buenos Aires a estudiar y a trabajar, no fue la prioridad. Tenía un novio, y mi mamá se empezó a preocupar. Ella necesitaba que yo blanqueara que estaba casada… y me casé”, contó en PH Podemos hablar (Telefe), hace varios años. “Estaba enamorada, pero no tenía ninguna presión para casarme. Salvo mi mamá (risas). Tenía una relación de más de un año, él era actor, divina persona, pero mi madre percibió una libertad mía que era peligrosa. Yo alquilaba una habitación en una casa de familia en Barrio Norte, y en las ciudades chicas, se sabe todo. Mamá quería que vieran en el pueblo que yo me casaba. Y organizó todo en el Chaco, civil e Iglesia”, detalló. Y Betiana cumplió con ese mandato aunque no estaba del todo convencida. “Fui a Chaco a casarme, con vestido blanco y todo. Mi novio aceptó, no tuvo problema. Y yo tampoco puse resistencia, pero el matrimonio duró apenas un año”.

La actriz Betiana Blum fue siempre reservada con su vida privada; tuvo grandes amores, que siempre llevó con discreciónRodrigo Nespolo – Canon digital

Todo cambió en su vida cuando conoció al periodista y escritor Ricardo Parrotta, que también hacía humor bajo el seudónimo de Pepe Muleiro. “Nos separamos con ese primer marido porque me enamoré de otra persona, el padre de mi hijo. Lo conocí en Mar del Plata, en una temporada de teatro. Yo estaba haciendo El rehén, y él había ido con una producción teatral, pero lo habían estafado y consiguió un trabajo de bañero en la playa. Me conquistó. Un año y pico después fui madre de Sebastián y tener un hijo me centró“.

“Hasta ese momento la prioridad era mi vocación, y después venía la pareja. En cambio, el hijo es para toda la vida. Esa experiencia me colocó en otro lugar. Me sacó de ser el eje de mi mundo. Había alguien que dependía de mí, me necesitaba y sus prioridades estaban antes que las mías. Me dio responsabilidad, raíces y una ubicación distinta en el mundo. Fue una iniciación, comprender la continuidad de la vida. Hoy ya es adulto, lo he apoyado en todo pero también supe darle espacio. No lo invado, no estoy todo el tiempo llamándolo, lo dejo hacer su vida. Y él me dio lo más maravilloso que tengo, mi nieto, Renzo. Hoy disfruto del cariño de los dos, pero a mí la presencia de Renzo me completó.”

Ricardo ParrottaPenguin Libros

Estuvieron varios años juntos, pero Parrotta debió exiliarse y durante varios años Betiana crió a su hijo sola. “Tuve que enfocarme en la subsistencia, porque el papá de Sebastián se exilió por cuestiones políticas y lo crié sola”, remarcó en el programa de Telefe.

En una reunión de amigos en común, Betiana Blum conoció al autor Oscar Viale. “Fue un gran amor y un hombre adorable. Fue la relación más madura que tuve fue. Estuvimos juntos cinco años. Bah, nunca duré más de cinco años con un hombre porque yo voy para allá y quiero que el otro me siga. Nadie es perfecto, pero en una relación te tiene que importar el otro. Y siempre me preocupé por mí, por estar bien yo. Entonces mis finales siempre tuvieron que ver con que quería algo que me interesaba y si el otro no podía estar de acuerdo, se tenía que correr… Las parejas se desgastan y después viene la madurez y el profundizar, entender la relación demanda una energía…“, contaba.

El actor y dramaturgo Oscar Viale, un gran amor de Betiana BlumFacebook

“El quinto año para mí siempre fue el del desgaste y la transición hacia separarse. No profundicé en las relaciones, pero profundicé como persona, conmigo, que no es poco… La media naranja es un concepto feroz. Es decir: ¿Qué, somos incompletos?”. Yo le di mucha importancia al psicoanálisis para conocerme. Durante mucho tiempo me dediqué al autoconocimiento, estudié y viajé. Está bien porque fui fiel a mí misma, pero en algún punto no tuve la madurez suficiente para detenerme y explicarle bien al otro por qué era tan importante eso para mí. Ya no puedo corregir el pasado, pero puedo cambiar algunas conductas ahora. Lo importante es que estoy lista para empezar de nuevo y me gustaría mucho volver a enamorarme”, dijo hace algunos años en la revista Hola. “El enamoramiento es una gracia que te da la vida, es una bendición. Yo estuve enamorada, me fue bien y también me fue mal. Cuando miro para atrás, entiendo que me faltó más madurez para saber de qué se trataba el amor… Mis padres formaron una pareja muy linda, nunca los vi discutir y fui testigo de todas las veces que papá le regaló rosas a mamá en cada aniversario. Quizá ese modelo lindo del amor me jugó en contra porque cada vez que discutía con alguien yo sentía que era el fin de todo. Por eso digo que, en algunas situaciones, tuve una inmadurez absoluta. Ahora de grande puedo ver parejas que han permanecido a lo largo de los años con paciencia, sabiendo cómo atravesar las crisis, y entendiendo que el amor se construye día a día”.

Se separaron sin escándalos y siguieron siendo amigos hasta que Viale falleció. “Cada relación fue buena, como las separaciones, sin escándalos. Respeto lo que hace cada uno, pero en mi caso siempre fui hasta donde me sentí bien. Tuve varias separaciones y empecé de cero, pero de todo aprendí. Cuando pasás algunas etapas en la vida, se tiene que agradecer, en vez de pedir más. Si uno se enamoró y fue amado, hay que recordarlo bien. Así fue siempre en mi vida. Hay que pensar lindo y eso te permite sonreír, generar otra energía.”

El actor Edgardo NievaIncaa

Su último gran amor fue el actor Edgardo Nieva. Se conocieron haciendo teatro y se flecharon. Con él estaba en pareja cuando lo llamaron para ser Gatica el mono, y Betiana lo acompañó en ese salto a la fama. Después no se le conocieron otras relaciones. “A mí nunca me gustó el touch and go, sería necesario que ese otro fuera alguien que tuviera completa su vida… Siempre me hablaron y me conquistaron. Una actitud muy cómoda la mía”, explicó.

Fuente: Liliana Podestá, La Nación

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