
Los gobernadores patagónicos acudieron a una estrategia de campaña similar para intentar imponer sus candidatos en la contienda electoral del domingo, basada en la confrontación con el gobierno nacional, pero ninguno de ellos obtuvo resultados para festejar.
Apelaron incluso a avisos proselitistas en conjunto para dar muestras de unidad ante una administración central que, dijeron, prioriza el centralismo y posterga al interior. Varios acudieron a la misma estrategia de 2022, aunque esta vez no pudieron convencer a los electores.
El neuquino Rolando Figueroa se impuso, en la última elección de medio término, y obtuvo su banca en la Cámara baja, a la que renunció para asumir la gobernación.
En aquella ocasión, en tándem con el rionegrino Alberto Weretilneck, propuso una estructura soldada de la norpatagonia para defender los intereses en común y el resultado fue favorable.
Apeló ahora al mismo recurso. La coalición que lidera, La Neuquinidad, se ubicó en el segundo lugar, detrás de los candidatos de La Libertad Avanza. Consiguió dos bancas en el Congreso, una en cada cámara, aunque aspiraba a un resultado mejor.
“Nuestros candidatos sólo responden a la voz de los neuquinos y no a las órdenes de Buenos Aires”, espetó en uno de sus últimos posteos antes de la contienda.
En el tramo para Diputados obtuvo el 31,55% de los votos (120.772 sufragios), lo que le permitió acceder a una banca; por su parte, LLA alcanzó el 33,36% y se quedó con dos escaños.
En Senadores la performance fue algo inferior, con el 29,52% de los sufragios (una banca) contra el 35,63% de LLA, que obtuvo dos bancas.
El oficialismo rionegrino perdió los dos espacios que tenía en el parlamento nacional, ubicándose en tercer lugar, detrás de Fuerza Patria y La Libertad Avanza.

Los primeros candidatos al Senado y a la Cámara de Diputados hicieron foco en la desinversión nacional en obras y a la defensa de los recursos propios. Juntos Defendemos Río Negro, la coalición que se conformó para las legislativas, exhibió imágenes de la inconclusa ruta nacional 23 y del pésimo estado de la 151 en el afán de mostrar a los electores la falta de atención de la Casa Rosada a las inversiones en el territorio. La estrategia, tampoco resultó.
Junto al gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, y con Figueroa, encabezaron actos en conjunto en los que intentaron fortalecer la crítica por el descuido nacional. Con el eslogan “Juntos, los patagónicos hacemos lo que el gobierno nacional no hace”, buscaron sin éxito despegarse del presidente Javier Milei.
Torres tampoco tuvo festejo: Despierta Chubut, la coalición que dirige, quedó sin bancas en la Cámara baja, ubicándose en tercer lugar, a 7 puntos del peronismo representado por Frente Unidos Podemos, que quedó segundo y logró una de las bancas en juego.
El festejo se tiñó de violeta: LLA obtuvo 89.070 votos, superando por algo más de 26 mil votos a la fuerza oficialista.

Otro de los gobernadores patagónicos que perdió representación legislativa es el santacruceño Claudio Vidal, quien también – al igual que Weretilneck y Torres- quedó en tercer lugar, detrás de Fuerza Santacruceña y La Libertad Avanza.
Vidal propuso a su jefe de gabinete como cabeza de lista para la Cámara baja, con quien pretendía retener una de las bancas, en el marco de un plan de proyección nacional. Manos vacías para el santacruceño, que anunció cambios en su gabinete como señal de autocrítica y de necesidad de oxigenación de su espacio.
La Libertad Avanza también se impuso en Tierra del Fuego y dejó caras largas en el oficialismo que conduce Gustavo Melella.
En el análisis de la derrota, el gobernador insistió con críticas al gobierno nacional, que “amenaza puestos de trabajo y la industria provincial”, eje que sostuvo desde el inicio de la campaña.
El oficialismo nacional se quedó con una banca en la cámara baja para Miguel Rodríguez y Fuerza Patria obtuvo la otra que ocupará Agustín Tita.
En el Senado, dos representantes serán libertarios: Agustín Coto y Belén Monte de Oca; mientras que la tercera será de Cristina López, de Fuerza Patria.
El resultado de estas elecciones es un golpe al poder provincial, estructurado en la alianza Fuerza Patria entre el gobernador Gustavo Melella y el intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, que no pudieron retener la mayoría por las bancas en las cámaras nacionales.
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