27/10/2025 17:52hs.
Cuando Boca no encontraba caminos ante un Barracas que se defendía con uñas y dientes al estar con diez, Claudio Úbeda miró al banco y apostó por el Chango Zeballos en lugar de Williams Alarcón. En ese instante, sin saberlo, el entrenador eligió el movimiento que le cambiaría la cara a su Boca.
Porque el Chango entró a su mejor nivel posible, con esa energía que rompe los moldes y le devolvió la vida a un equipo que venía chato, sin chispa ni profundidad.
Parado por izquierda, con la libertad que necesita para encarar y explotar su talento, Zeballos volvió a ser ese jugador desequilibrante. Le dio vértigo, rebeldía y profundidad a un Boca que hasta entonces carecía de ideas. Fue el cambio ganador de Úbeda, y el Chango le respondió a su mejor nivel.
Su ingreso no sólo significó una variante táctica, sino también un cambio anímico. Con su gambeta corta y su velocidad, empezó a desarmar el bloque compacto de Barracas y participó en dos goles de Boca.
En la jugada del empate, fue él quien luchó una pelota ante Miloc, la ganó con fiereza y dejó solo a Milton para definir. Y cuando Boca ya buscaba liquidar el partido, volvió a ser protagonista: recibió el pase filtrado de Merentiel, encaró con velocidad, dejó atrás a dos defensores y devolvió la pared perfecta para que la Bestia marcara el 3-1. Una muestra de jerarquía, pero sobre todo de confianza recuperada.
Barracas Central –
Giménez lo empató para Boca
Video: ESPN.
Porque si algo quedó claro, es que el Chango está de regreso. Después de semanas difíciles, con lesiones, falta de continuidad y momentos de incertidumbre, volvió a sentirse importante. Había dejado buenas señales ante Belgrano, con gol incluido pese a la derrota, pero esta vez su actuación fue determinante. Su participación cambió el partido y, quizás, también su presente en Boca.
Barracas Central –
Merentiel para el 3 a 1 de Boca
Video: ESPN.
Zeballos le dio otra energía al equipo: aceleró cuando había que acelerar, encaró cuando nadie se animaba, contagió con su actitud. Boca necesitaba frescura y desequilibrio; el Chango se los regaló. Y así, por segundo partido consecutivo, fue el encargado de cambiarle la cara al Xeneize, confirmando que su talento está y que, cuando juega con confianza, puede ser decisivo.
El hincha lo sabe, y Úbeda también: el Chango volvió a pedir pista.
Fuente: Olé.com.ar
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