El corto y decisivo camino que le espera a Boca para meterse en la Copa y en los playoffs

Cuatro partidos de local, dos como visitante, un superclásico, dos fecha FIFA en las que podría perder a su mejor jugador, la incertidumbre de su entrenador y todos los nervios de las etapas decisivas es el combo que le espera a Boca en las seis fechas que le quedan a la fase regular del Torneo Clausura y que decidirán definitivamente el balance del año xeneize al que sólo le quedan dos objetivos.

La derrota en Florencio Varela ante Defensa y Justicia resultó un duro golpe a las ilusiones y a las matemáticas, eso está claro. Es que con los resultados previos de los partidos que se jugaron el mismo sábado (las victorias de Rosario Central y de Argentinos), el equipo que esta vez dirigió Claudio Úbeda quedó relegado al cuarto lugar de la tabla anual. Por diferencia de gol, es cierto, pero una situación muy diferente de las cinco unidades que le había sacado al Bicho hace no mucho tiempo.

Claro que tampoco quedó cómodo en la otra tabla, la de la Zona A del torneo local. Allí, si bien se mantiene en zona de clasificación, Boca integra el lote de los cuatro equipos que tienen 14 puntos y que incluye a Banfield, hoy en el puesto 9 y fuera de los octavos de final. Una posición que alerta sobre la improbable (en cualquier pronóstico) chance de que luego de esta etapa el Xeneize ya no pelee por nada.

Para evitar ese papelón y seguir incluso soñando con meterse en la próxima Libertadores sin la necesidad de ser campeón (para lo cual debería superar tres escalones de la anual o esperar que se libere algún cupo y no seguir cayendo), los desafíos que le esperan no son menores.

Más allá de que el próximo compromiso puede aparecer como accesible, los antecedentes marcan que nada le ha sido fácil a Boca. Y encima Newell’s (el rival en cuestión, el domingo a las 19 horas) le ganó sin atenuantes en Rosario en el semestre anterior. Luego llegará la visita a Barracas en el estadio Chiqui Tapia, reducto complejo para cualquier rival.

Ese partido se jugará el sábado 11 de octubre a las 14.30, y como se juega en medio de la fecha FIFA seguramente será sin la presencia de Leandro Paredes. Luego llegará Belgrano a la Bombonera, el fin de semana siguiente.

Y ahí se producirá un parate por las elecciones legislativas luego del cual -el fin de semana del 2 de noviembre- el equipo tendrá que ir a La Plata para visitar a Estudiantes, verdugo en varios frentes en los últimos años y rival directo por la clasificación a octavos.

De inmediato (el domingo 9 de noviembre) será el turno de recibir a River en el Templo: ya con la presión a cuestas de estar disputando puntos decisivos en lo que puede ser una lucha mano a mano por una plaza copera, y con el desafió además de ganar un clásico en casa después de tres años. El final de la previa a los playoffs será también en la Bombonera, ante Tigre y probablemente otra vez sin Paredes, ya que en esa fecha habrá otra gira de la Selección.

Un camino duro como cualquiera que hoy puede tener este Boca que no ofrece garantías. Y tal vez la previa de partidos a suerte y verdad que podrían desembocar en un título ansiado y necesario. Que hoy parece muy lejano.