River, de la pesadilla a la ilusión

Este River 2025 es un modelo “cinco puntos”, Gallardo dixit. Con ese puntaje, está primero en la anual, en cuartos de Copa Argentina, cómodo puntero de su grupo. En el ámbito local, no coronó (perdió en casa con Platense en los penales), pero sí su jerarquía le alcanza para cumplir algunos de los objetivos trazados. Pero claro que en Núñez, hace un tiempo, casi que lo único que importa es la Copa Libertadores, la gran obsesión.

Y este River, que no termina de despegar como equipo, mostró dos caras bien distintas en la ida ante Palmeiras. En el primer tiempo ni cerca llegó de los “cinco puntos” que calificó el DT a esta campaña. El Verdao lo pasó por encima: se lo llevó puesto, con el envión anímico del gol inicial, pero más con el juego total de un conjunto paulista que hizo todo bien y ganó 2-0 esa primera parte. En el Monumental se vivía la peor pesadilla, que iba más allá de los dos goles de diferencia.

El reto de Gallardo en el entretiempo, los cambios de nombres y de sistemas, un cierto conformismo del rival que se tiró unos metros atrás, revivieron a un River que se paró más adelante, empezó a jugar por encima de los “cinco puntos” y ahí el partido fue otro. Es verdad que la primera atajada de Weverton fue a los 40’ del segundo tiempo, tanto como que el local había mejorado y merecía al menos un gol. Que llegó con ese toque de fortuna, con un zapatazo de Martínez Quarta que se desvió y que lleva la serie de la angustia a la ilusión. Que casi finaliza en noche heroica, si la última de Borja termina en el 2-2.

Los viejos equipos de Gallardo sabían de gestas en Brasil. Si justamente cimentaron la gloria de 2015 y 2018 en partidos épicos por allá. Habrá que ver de qué está hecho este River, si tiene el coraje y el fútbol para dejar en el camino a Palmeiras, que es un señor equipo pero que anoche pudo haber cometido el gran pecado de no definir la serie.