Como le sucede al Colibrí durante el otoño y el invierno, cuando las hojas caen y prevalece el frío, Miguel Borja no vuela. De los 31 goles en River en 2024 pasó a convertir sólo siete en lo que va del año y en sus últimos dos partidos como titular por las lesiones de Maxi Salas y Sebastián Driussi (este martes recibió el alta médica) continuó con la pólvora mojada. Candidato a jugar otra vez en el 11 inicial frente a Libertad, en Asunción, viene siendo respaldado por Marcelo Gallardo, pero un histórico de Núñez como lo es Antonio Alzamendi le apuntó al colombiano es un aspecto clave.
«La gente de River en sus jugadores quiere ver ese empuje, esa sangre y el es un jugador muy frío para jugar, ¿no? Es goleador, pero me da la sensación que es muy frío. En el juego, parece que no le importara el partido», expresó el ex delantero charrúa, autor del histórico e inolvidable gol al Steaua Bucarest en 1986, que le dio a River su única Copa Intercontinental hasta la fecha.
Sus grandes partidos en compañía de cracks de la talla del Beto Alonso, Enzo Francescoli, el Búfalo Funes, Tolo Gallego y otros tantos futbolistas de aquellos años gloriosos lo convierten en palabra autorizada en Núñez, y más si se trata de la ofensiva. Entonces, aunque destacó que Borja «lleva cantidad de goles en River y tiene un mérito», destacó que a los delanteros se los juzga por su contundencia.
«Hoy por hoy no la está metiendo y en River hay que hacer goles. Sino, la gente no te espera. Hay que ganar siempre», agregó en charla con Súper Deportivo Radio, por Radio Villa Trinidad. ¿Su consejo para que Borja se destape? «Le diría que tenga tranquilidad en la definición, que no se apure y que le ponga un poquito más de ganas para la tribuna. En tono de broma, que mire videos míos y aprenda a definir».
Además, más allá de los partidos que observa por TV, análizo a Borja desde su óptica en el Monumental: «La sensación que tuve el día que lo fui a ver es que por momentos era un tipo ido del partido y eso el público lo ve. La vibración del hincha es jodida, quiere que te mates, que corras, que la metas, que no erres goles, pero también hay que contar los que hizo. A un goleador a veces le viene la seca mala y quizá le sirva meterse más en el partido».
Y por último, hizo otro análisis, enfocado en la personalidad del #9 y la posición en la cancha; «La gente ve si en un partido duro entra como si nada. Para mí es típico del estilo colombiano… Pero no se tiene que alejar tanto del arco rival. Para mí, el #9 tiene que estar a 10 metros del área, no más que eso. A los delanteros de ese estilo les tiene que quedar la pelota. (Martín) Demichelis con él hacía eso».
Fuente: Olé.com.ar
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