Portada » Mario Pergolini: “Yo ya fui picante”

Mario Pergolini: “Yo ya fui picante”

El paréntesis concluirá este lunes cuando, desde las 22.30, se ponga al frente de Otro día perdido, una suerte de late night show que se verá, de lunes a viernes, por la pantalla de eltrece.

“Vengo haciendo otras cosas, me aboqué a la tecnología y a otro tipo de medios”, remarca el creador de la plataforma Vorterix, un espacio precursor de la comunicación streaming en nuestro país. “Estoy sorprendido, como todo el mundo, ya que (hacer televisión) estaba totalmente descartado”.

–¿Estaba descartado?
–Descartado, a pesar que, en estos 15 años, me tentaron permanentemente.

–¿Cómo decidiste el regreso?
–Diego Guebel, de quien fui socio en Cuatro Cabezas hasta que me fui, siempre me preguntaba qué tendría ganas de hacer en caso de volver a la televisión. Fantaseábamos con algunas pavadas, pero no había una idea puntual. Sin embargo, hace poco, empezamos a hablar sobre formatos, y se sumó Alejandro Borensztein, un tipo que me cae bien y me gusta lo que hace. Finalmente, les dije: “Volvería si pudiera hacer esto”.

Fue claro y directo en torno a cómo le interesaba que fuese su regreso al medio. “A los cinco días, Diego Guebel me dijo: ‘Dice (Adrián) Suar que lo hagamos’”. En esa síntesis de sus motivaciones, uno de los históricos cabecillas de la época de oro de la radio Rock & Pop, fundada por Daniel Grinbank, no dudó en poner en blanco sobre negro cómo se concretaría la vuelta.

“La idea es hacer algo de la vieja escuela. La televisión va, lentamente, a perder su audiencia más que a ganarla. No vamos a recuperar gente, no vamos a incorporar jóvenes, los jóvenes están donde están, así que la idea es hablarles a esas personas que, quizás, tienen cierta nostalgia de una televisión que vieron, en un buen estudio, con linda escenografía e inversión para hacer cosas”.

Formato. La vuelta de Pergolini a la televisión contendrá monólogos de actualidad, música en vivo, humor e invitados
Formato. La vuelta de Pergolini a la televisión contendrá monólogos de actualidad, música en vivo, humor e invitados / FOTO: FERNANDO MASSOBRIO, ARCHIVO
El propio Pergolini acompaña a LA NACION a realizar el set visit, donde se puede apreciar una escenografía corpórea de grandes proporciones. La puesta en escena, que incluye un espacio para una banda y un elegante sector de plateas que remite a un café concert parisino, tuvo un costo de alrededor de 200 mil dólares. Cada noche, el programa será tomado por ocho cámaras que buscarán el detalle en un inusual despliegue en la televisión abierta actual.

Mario Daniel Pergolini, quien fuera vicepresidente del club Boca Juniors entre 2019 y 2021, jamás hizo nada en piloto automático. Fue un disruptivo que nunca pasó inadvertido; basta con pensar en clásicos radiofónicos como el histórico ¿Cuál es?, lo más escuchado del medio durante más de una década.

Todo indica que su nuevo proyecto de TV no será la excepción a su ADN, aunque lo encuentra aplomado, pero sin perder la esencia de aquel joven al que expulsaron del colegio La Salle de Florida por sus desavenencias con los docentes. “Cuando mostramos la escenografía, mucha gente joven se sorprende, pero así era la tele y no lo que vemos ahora, con programas replicados, más allá de formatos como ¡Ahora caigo!, Gran hermano o La voz argentina”, explica.

Diego Guebel fue fundamental para la decisión del regreso: “Es un amigo y su empresa BoxFish es una gran compañía y tiene el gen de lo que fue Cuatro Cabezas. Siempre dije que, si volviese a hacer tele, sería con él”.

–A pesar de la competencia de las plataformas de entretenimiento y de los canales de streaming, ¿no existe la posibilidad de recuperar audiencias? ¿Hay que firmar el certificado de defunción de la televisión abierta?
–La televisión no ha logrado ofrecerle a una nueva generación algo que le guste. La ficción ya es de plataforma, es muy difícil que se pueda recuperar a alguien que quiera ver algo con tandas en el medio. Antes, los chicos querían tener una tele en su cuarto, pero hoy no piden eso; hasta la gente de cuarenta se está comportando así. Los programas de streaming, a los que no les importa tanto el vivo, sino el on demand, como les pasa a Luzu, Olga o Vorterix, se ven más luego del vivo; (la audiencia) se puede multiplicar por setenta. La televisión abierta no ha logrado eso. La televisión contribuye a algunos temas de la discusión, la notita a Wanda (Nara), el accidente y las noticias. De hecho, lo más visto en YouTube son las noticias. Quizás se nos sumen tres o cuatro puntos, pero vamos a intentar tener aquello que pasaba con Caiga quien Caiga (CQC) cuando le preguntaban a la gente si miraba televisión y respondía “no, pero veo Caiga…”.

–¿Por qué sucedería lo que describís? ¿Cuál será el valor agregado de Otro día perdido?
–Se acabó el show televisivo donde podías ver a alguien cantar, una nota que pueda ser divertida o seria, algo de humor junto con las noticias. Con el programa veremos cómo tener el pulso del día con algo de Inteligencia Artificial, con comerciales hechos de otra forma. El 9 de julio salió una promoción donde se podía ver a la gente de 1816 caminando por las calles, algo que antes era imposible de hacer.

–Telefe cuenta con un prime time instalado, fuerte. ¿Pensás en el rating?
–No, es algo que no puedo controlar. Yo estoy haciendo lo mejor que puedo hacer. Si no funciona, no pude hacer algo mejor. Son muchas personas trabajando, ojalá nos vaya bien.

–Ganar el rating tampoco implica que se esté haciendo un buen programa.
–Caiga… no era el programa más visto, pero era el que más plata hacía.

Pergolini comenta que el formato, con producción general de Diego Guebel y Alejandro Borensztein, contendrá monólogos de actualidad, música en vivo, humor e invitados. Junto con el conductor estarán Agustín “Rada” Aristarán y la comediante Laila Roth. “No será un big show, es el late night show que a Argentina le ha faltado”.

–Se trata de un formato muy completo, pero que, en términos generales, no ha funcionado bien en nuestro país.
–Me parece que gente como Susana (Giménez) ha reemplazado el late night en Argentina. En los Estados Unidos, desde los sesenta y setenta, con (David) Letterman o (Johnny) Carson, y antes también, la gente se “educó” con ese tipo de show de la noche; en cambio, nuestro show de la noche era otro, era Susana (Giménez) con entrevistas, musicales y juegos.

–La actual clase política, ¿sería permeable a la acidez de CQC?
–Creo que no, ya no necesitan el medio, interactúan desde sus redes sociales y no confrontan con alguien misterioso al que no pueden controlar.

–CQC interpelaba a la “casta” política.
–Un poco, sí. Antes los agarrábamos en las salidas de los lugares, hoy ya ni ves por dónde entra y sale la gente.

–Quizás porque no pueden.
–Tal vez porque no pueden, también está pasando en el mundo. Ese periodismo donde se le podía pegar a uno y a otro, se perdió. La “grieta” es mundial, la gente ve cosas para reafirmar lo que piensa. Si ven determinado programa, es porque hacen pelota a los que ellos también harían pelota.

–El sesgo confirmatorio.
–Sin dudas. CQC volvió a la televisión de España y lo tuvieron que levantar. En un punto, CQC era bastante infantil: les poníamos narices a los entrevistados, pero parecía que había justicia en eso. Hoy, creo que esa justicia la pagás, si te tirás contra uno, te atacan los del otro lado. Sucede en la música, si atacás a Lali (Espósito) o a Tini (Stoessel), cada una tiene su propio ejército. Veremos cómo vamos a navegar en esas aguas, siendo lo más políticamente incorrectos que podamos, pero entendiendo que hay otro humor y otra forma de tratar a la gente. Mis hijos, cuando escuchan algún programa que hice, me preguntan cómo nos podíamos reír de eso. Lo entiendo claramente, los tiempos han cambiado.

–¿Cómo ves al presidente Javier Milei?
–Me llaman la atención varias cosas del presidente. Primero, lo chiquito del grupo. Uno entiende que deciden cuatro o cinco. La poca comunicación me causa un poco de ruido. Me molesta que, aun en la victoria, prenda fuego; que diga “te gané porque…”. Relajate y bajá dos cambios. En la victoria, tranquilízate. Está nervioso, como los gatos a punto de atacar. Ese ambiente no es bueno. Económicamente, venimos de un pasado tremendo, de varias cosas tremendas. En los últimos veinte años hemos perdido mucha educación, estamos haciendo una campaña de alfabetización en un país con universidades públicas, con premios Nobel. Alfabetizar es aprender a leer y sumar, a entender lo que se lee. Quien no entiende lo que lee, no puede llegar a ningún lado. El gobierno tendría que hacer un esfuerzo ahí, en la educación. Además, sigue relegada la Justicia. Hay mucho por arreglar, aunque, sin dudas, son vientos de cambio. Es difícil ver si serán buenos o malos, es poco tiempo. Sacaría un poco el pie del acelerador. Ser picante no es ser vivo o tener huevos, ser picante es ser picante. Yo ya fui picante.

–Para quien adhiere a las ideas de Cristina Kirchner, que esté cumpliendo con una prisión domiciliaria no habla de una buena Justicia. En contraposición, quien no está de acuerdo con el kirchnerismo, le parece bien.
–Al que cree que es injusto, ni con pruebas le vamos a demostrar lo contrario. Y, quien cree que es justo, no se va a fijar si es del todo justo. Estamos en un momento donde los algoritmos y un montón de otras cosas apoyan nuestras ideas constantemente. Siempre tenés demasiado aval, porque te lo confirma el algoritmo. Los que piensan diferente viven en el mismo planeta, pero parecen separados. Sucede en las políticas de todo el mundo, es un problema.

mario-pergolini-yo-ya-fui-picante Mario Pergolini: “Yo ya fui picante”
FOTO: Fabián Marelli

“(Milei) está nervioso, como los gatos a punto de atacar. Ese ambiente no es bueno”

“(Milei) está nervioso, como los gatos a punto de atacar. Ese ambiente no es bueno”
Pensando en celebridades que forman parte del ADN de nuestra televisión y sus enemistades endogámicas, Mario Pergolini siempre mantuvo una suerte de encono con Marcelo Tinelli. Ambos manejaron contenidos y estéticas muy alejadas entre sí y se regodearon en alimentar el “enfrentamiento”.

Paradojas del destino, el estudio desde donde saldrá al aire Otro día perdido fue el que utilizó Tinelli en algunas temporadas del Bailando, y el camarín que hoy ocupa Pergolini es el que utilizaba su “rival”: “Creo que fue él quien lo mandó a construir”. Por cierto, se trata de un espacio muy confortable.

–Marcelo Tinelli, ¿será el primer invitado de tu programa?
–Escuché que se decía eso, pero no será él. Creo que es más un deseo (del medio y del público) que la realidad.

–¿Lo invitarías?
–No es un país con muchas estrellas, vamos de lunes a viernes, y, si bien no siempre será una estrella -ya que podemos llegar a entrevistar al bombero del día o a un político antes de las elecciones- desde ya, en ese mundo, alguien como Marcelo (Tinelli) es interesante. Él me invitó muchas veces a sus programas, incluso a sus aperturas (de ciclo), pero yo decía que faltaba tiempo para eso.

–Quizás llegó el momento.
–Pero él podría decir “no voy”. Sería interesante, tiene cierta cosa macabra y divertida.

–En estos días se habló de algunas presuntas dificultades financieras que Marcelo Tinelli estaría atravesando. Algunos artistas salieron a hablar sobre falta de pagos, deudas recientemente saldadas. Tu empresa no se encuentra ajena a tales vicisitudes.
–A Vorterix le sucedió. Casi todos los medios en Argentina han entrado en convocatoria de acreedores para ordenarse, y muchos siguen andando. Entiendo que lo de Marcelo (Tinelli) es distinto a lo que nos está pasando a nosotros. Vorterix fue armado con el viejo concepto de internet, casi el primero que generó streaming en el mundo, tuvo varios socios y varias formas de organizarse, desde un tamaño que no era el de un streaming. Vorterix ha pasado por diversas cosas en estos trece años, así que hubo que ordenarse, nos propusimos hacer una convocatoria que no es muy grande para una compañía; vamos a ordenar los números para seguir para adelante, depurarla y ponerla bien. No tenemos un problema económico. No es una quiebra, el número no es una locura, lo podemos llevar adelante. Quienes van a seguir con Vorterix, que supongo que serán mis hijos, van a tener una empresa más acorde a lo que es un streaming hoy en día.

–¿Es un deseo o un hecho puntual?
–Tengo tres hijos y los dos varones trabajan en Vorterix. El mayor (Tomás), en programación, y el otro (Matías), que se recibió de psicólogo hace poco, está en la producción general y en recursos humanos. Valentina, que tiene 19 años, es actriz, no está en Vorterix, por el momento.

Sus hijos son fruto de su matrimonio con Dolores Galán, su esposa desde hace 34 años. El chico rebelde de la radio y la televisión, también tiene su contracara más formal y conservadora, apoyado en un paradigma personal tradicional: “No existen 34 años lineales de una relación; se pasan por distintos momentos. Los hijos distraen. Hemos armado el combo completo, con sus mejores y sus peores momentos, y tenido un buen objetivo en lo relacionado con la mirada de familia”.

mario-pergolini-yo-ya-fui-picante Mario Pergolini: “Yo ya fui picante”

–Y con un perfil bajísimo, algo muy difícil de conservar.
–Ella tiene su vida y éxito en su profesión. Fue la que me llevaba a tierra. Cuando me casé, yo tenía veintipico y ella dieciocho; uno cambia. Me he comido el cuento de ser conocido, era difícil que no fuese así. Era bueno tener a alguien que te dijera: “Estrella, pará un poco, vamos a criar a nuestros hijos en un mundo normal”. Mis hijos entendieron rápidamente que, una cosa es lo que se ve y otra lo que tiene que ser. De grandes tomaron sus decisiones y eligieron ser públicos o no, y ocuparon los lugares que les correspondían a cada uno.

–Tu mujer es psicóloga, ¿hiciste o hacés terapia?
–Sí, claro, es sano; se lo recomiendo a todo el mundo. Es bueno tener una visión más clara de uno mismo, sino solo es la referencia de los otros y cada diez que te aplauden, aparece uno que te dice que sos un pelotud…. No podés estar explicando. Nadie nace para que te estén aplaudiendo; la vanidad es complicada. Pienso en los chicos nuevos que están en las redes, con todo el mundo opinando sobre ellos. Cualquiera te tira un piedrazo con palabras o un halago que ni siquiera te merecés. Hay que estar muy enfocado. Cuando veo las exposiciones de familias me pregunto cómo pueden aguantar la presión de vivir así.

–Recientemente, una famosa pareja de actores emitió un comunicado explicando su separación.
–Pareciera como si nos debieran esa explicación. Alguien que publica eso es porque cree que te debe una explicación sobre por qué se separa. Es muy loco. Como no tengo redes ni WhatsApp [Nota de la editora: el conductor tiene un perfil de Instagram], mucha gente me pregunta cómo puedo vivir. Mi respuesta es: “¿Cómo podés vivir vos atado a eso, perdiendo tanto tiempo?”.

Con todo, reconoce que, al pertenecer sus empresas al rubro de tech, hay algo allí que emerge casi contradictorio: “Me gusta la tecnología, pero la tecnología es un empleado fiel y un amo jodido; cuando la tecnología te domina es complicado”.

–Podés trazar alguna línea entre los referentes del streaming actual, que se desarrollan en plataformas como Olga o Luzu, y aquel Mario Pergolini jovencito, insurrecto y vanguardista de la radio Rock & Pop.
–Es una canción distinta. Yo hice lo que había que hacer cuando me tocó ser joven y ellos hacen lo que tienen que hacer ahora, que les toca ser jóvenes.

–Si bien no se puede generalizar, ¿considerás que los referentes del streaming manejan contenidos más banales que los que circulaban por tus programas de radio como Malas compañías o Feedback?
–Veníamos de un tiempo sin nada, con la dictadura rompiendo cabecitas. Fuimos la primera generación democrática; hemos hecho mucho Lalo (Mir), Elizabeth (Vernaci), (Juan Alberto) Badía, (Julio) Lagos, (Fernando) Bravo. Los pibes de hoy tienen que inventar un montón de cosas nuevas, ya lo van a lograr. De hecho, creo que ya lograron una forma distinta de hacer radio; es cierto, bastante banal y contando anécdotas, pero hay algunos que hacen cosas diferentes. Lo que hicimos en Filo News, La Cruda, de Migue (Granados), o (Tomás) Rebord es una forma diferente. Lo que hace Martín Cirio, La Faraona, es el referente de lo que antes podría haber sido un programa de espectáculos. Van a encontrar su forma, algunos se van a destacar y, en el medio, habrá millones que harán lo mismo.

–Pasaste la barrera de los 60 años.
-61 años.

–Podemos ser un poco “apocalípticos” y decir que te faltan nueve años para los 70.
-Estoy a cuatro de jubilarme, si me pisan en la calle pueden decir “sexagenario murió en un accidente”.

–¿Cómo te llevás con el paso del tiempo?
–Me importa tres pitos. No botox, no teñirme, no me preocupa el pelo y mantengo el peso. Es cierto que, al hacer streaming y trabajar en tecnología, estoy rodeado de gente muy joven. Recuerdo que le preguntaron a un millonario cuál era el secreto para mantenerse joven y su respuesta fue “no me junto con viejos”. Quizás sea eso, el otro te mantiene joven. El tiempo llega, está. La vida es un pico. En general, subís y después todo es bajada.

–¿Ves televisión?
–No. Cuando respondo esto y se asombran, pido que me recomienden un programa.

–Siempre buscaste lo nuevo, pivoteaste de la radio a la televisión y de la televisión a los medios anclados en la tecnología. Incluso, te has bajado de formatos en pleno éxito…
–Quedó demostrado que cambiar funciona mejor que perdurarse. Además, siempre fui el generador de mi propio trabajo. No soy melancólico, creo que las cosas tienen un término, incluso la popularidad se acaba. Si algo no funcionó, no hay que enamorarse de las ideas. Siempre intenté hacer lo que quería hacer y comprobar si lo que pensaba se podía llevar adelante. Agradezco que vean mis triunfos, pero hubo miles de fracasos.

–Pensando en tu carrera, ¿de qué te arrepentís?
–Debería haber sido más agradable, incluso en privado, ya que he sido bastante pretoriano en la forma de trabajar. Eso ha dado sus resultados, pero no sé si el precio que se paga es justo.

–Pienso en un programa como Punto.doc, que contó con investigaciones muy valiosas. Sin embargo, ¿te arrepentís del abordaje del “caso Salomón”?
–No tuve mucho que ver ahí, aunque sí era la productora la que hacía el programa; de hecho, jamás estuve involucrado en los juicios. Lo que se estaba demostrando, en ese momento, era lo que hacía un doctor. Todo lo que sucedió con Beatriz (Salomón), claro que lo lamento. Hemos charlado un par de veces de forma muy fuerte; ella ya no está, no tiene sentido hacer más declaraciones al respecto. Lamento tremendamente, sobre todo porque la gente la quería y ella vio que su vida se desmoronó. A lo mejor, fuimos el detonante de que eso pase, lo asumo, pero lo que se mostraba periodísticamente tenía un fundamento. No estoy muy de acuerdo con las cámaras ocultas, ya cuando lo hacía en Hacelo por mí era fuerte, Punto.doc también ha contribuido con otro tipo de cosas. En el derrotero tan largo, a veces, lamentablemente, pasa esto. Nunca hablo demasiado de este tema, la llevaron a ver un programa y la culpa no la tuvo Punto.doc. Tuvimos largas charlas, nunca lo entendió y creo que es lógico.

–Imaginemos que, dentro de 20 años, se escribirá una historia posible sobre los medios de comunicación en la Argentina. Seguramente, varias páginas estarán dedicadas a Mario Pergolini. ¿Cuál considerás que fue tu gran aporte al ecosistema mediático?
–En la radio he aportado cosas, que también tomé de los que vinieron antes, como (Héctor) Larrea, (Juan Carlos) Mesa, (Cacho) Fontana; creo que le llevamos a una generación buenos productos, bien pensados, sin subestimarlos. Y también creo que la televisión que hicimos estaba bien hecha, le aportamos calidad. Somos una generación que aportó mucho. Hice lo mío, me divertí, me gustó, ojalá quede en los libros, pero no hice nada por eso. Y si no aparezco, me chupa un huev…

–Tu nuevo programa resumirá el día, ¿qué es lo último que solés hacer o pensar cuando te acostás por las noches?
–Me digo: “Me voy a dormir, preocuparme es al ped…, a esta altura, no puedo hacer nada más”.

Fuente: La Nación

Share this content:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *