10/07/2025 16:27hs.
Desde temprano, la Bombonera empezó a latir diferente. Bastaba con caminar unas cuadras para darse cuenta de que no era un día más. El Templo, de a poco, se fue rodeando de banderas de Boca, camisetas y miles de hinchas que querían ser parte de un momento único. Porque Leandro Paredes volvía a su casa.
A las 18:00 abrieron las puertas, pero desde temprano ya había gente esperando. Hubo emoción. Por eso, incluso horas antes del evento, el movimiento en las inmediaciones ya era incontrolable. Gente con niños, familias enteras, bombos y camisetas. Todo con un mismo objetivo: estar ahí, en el Templo, para un recibimiento que quedará grabado.
El barrio entero acompañó. No quedó un rincón libre. Todo es azul y oro. Las filas se formaron desde antes del mediodía. Socios y no socios se acercaron con la misma ilusión: vivir de cerca la vuelta de un campeón del mundo.
El Templo, de gala
Mientras el plantel de Russo realizaba una práctica en el césped del Templo, las tribunas empezaron a llenarse. El operativo de seguridad se ajustó para ordenar la cantidad de público que se acercó, con los ingresos marcados y custodiados. Pero ni los vallados ni el calor impidieron que el estadio se copara como en las grandes noches.
La Bombonera tuvo clima de partido. De copa. De fiesta. Desde el parque Lezama hasta las vallas del estadio, con filas y filas improvisadas por el hincha. Todo giró en torno a la vuelta de Paredes, al orgullo de tenerlo de nuevo con la camiseta de Boca.
Una vez más, el estadio fue más que cemento y butacas. Fue casa, fue reencuentro. Paredes volvió. Y Boca, como siempre, estuvo ahí para recibirlo.

Mirá también
Qué jugadores del plantel actual de Boca ya fueron compañeros de Paredes

Mirá también
Los jugadores de Boca que no estarán en la práctica en la Bombonera: los motivos

Mirá también
El sentido mensaje de Paredes para despedirse de la Roma

Mirá también
Paredes ya está en la Bombonera: conferencia y reencuentro con los hinchas de Boca
Fuente: Olé.com.ar
Share this content: