Las perlitas de las leyendas de Boca en la final de Copa reeditada en Brasil

El paso del tiempo se hace inconfundible en las canas del Pato Abbondanzieri, como un solo ejemplo de tantos cambios en los 13 años que pasaron desde la final que Boca perdió ante Corinthians en el Pacaembú en el año 2012. Un partido que este sábado fue evocado a partir de un homenaje que el club paulista organizó para celebrar el aniversario de la única Copa Libertadores de su historia. Y que tuvo a las leyendas xeneizes como invitados de honor.

Como es costumbre en este tipo de partidos, la curiosidad sobre reconocer viejos héroes, notar los cambios y las semejanzas y advertir la vigencia puede ser el gran atractivo, al menos para los espectadores. Porque, claro, los protagonistas están reviviendo sus grandes momentos…

Así, el arquero histórico de Boca (que nada tuvo que ver con ese partido, ya que entonces llevaba dos años desde su despedida del club), se sacó las ganas de vivirlo como lo hacía en sus tiempos célebres: con mucha presencia en su puesto -fue gran responsable de que el local no se llevara la victoria- y con su habitual buen humor en las situaciones de fricción, como la que derivó en el penal con el que los brasileños igualaron el partido.

También la habitual buena onda de Pepe Basualdo en los minutos que jugó y en el saludo final con Tité, el creador de aquel equipo paulista y presente en el evento. O las caras de todos los hombres de Boca en cuanto Ariel Carreño le tuvo que dejar su lugar a Diego Rivero y salir con una contractura.

Aunque -sin dudas- el momento cumbre de la tarde xeneize fue cuando Fabián Vargas le filtró un buen pase a Pablo Mouche (titular en el partido de 2012) para que defina perfecto ante la salida de Julio César (suplente de Cassio aquella noche) y ponga el 1 a 0.

Y tuvo tal seriedad la organización del partido que en el epílogo, mientras todos los protagonistas recibían sus medallas luego del 1 a 1 definitivo, el Flaco Schiavi (otro de los que estuvo en el encuentro evocado, con un protagonismo indeseado por haber cometido un error en el 0-2), habló frente a las cámaras que transmitieron el evento. Y fue como volver a verlo en acción post partido de sus tiempos como jugador.

«Agradecer porque fue una organización increíble. Es lindo venir, reencontrarse con ex compañeros. Sabíamos que veníamos a la celebración de Corinthians, pero teníamos que hacerlo. El juego estuvo lindo, picante… con jugadores muy jóvenes. Estuvo muy lindo«, dijo el Flaco, y volvió a disfrutar con sus compañeros.

Pese a lo poco que tuvo que ver la formación que llevó Boca (de regreso al que ahora se lo conoce como Arena Mercado Libre Pacaembú) con la que presentó la noche de la que pudo ser su séptima Copa Libertadores, la mayor parte del grupo tiene lazos bien arraigados con el club.

Además de Mouche, Schiavi y Rivero (suplente aquella noche), de aquel equipo de Julio César Falcioni jugó también Walter Erviti. Y entre los históricos que ganaron títulos importantes con Boca dijeron presente (al margen del Pato, Pepe y del colombiano Vargas), Aníbal Matellán, el Pampa Calvo y César La Paglia.

También estuvieron Carreño, Facundo Imboden, Ariel Rosada, Pablo Álvarez y Daniel Tilger, uno que jugó muy poco con la azul y oro pero que es uno de los habituales integrantes de equipos senior del club. El entrenador, como de costumbre en la categoría, fue Enrique Hrabina.

Por el lado del Timao, fueron 10 los protagonistas (además del entrenador Tité) de aquella noche presentes en la tarde paulista del lejano 2025: siete de ellos habían arrancado como titulares (Alessandro, Leandro Castán, Fabio Santos, Danilo, Paulinho, Jorge Henrique y Emerson Sheik), uno se había colado a dos minutos del festejo (Liedson), además de Julio César, suplente esa noche de Cassio, recurrente verdugo de Boca y aún en actividad en Cruzeiro.