Este miércoles se debate en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto presentado por el legislador Julio Cobos, que pone en el centro del debate social una cuestión que nos atraviesa a todos: ¿estamos en el huso horario correcto? ¿Por qué se dejó de hacer el cambio de estaciones? ¿El horario actual es perjudicial para la salud?
Si naciste después del 2000, probablemente no estés enterado de que Argentina varió su huso horario unas cuantas veces desde que se adhirió al Sistema Internacional de Husos Horarios (GMT o UTC). Más bien, unas 55 veces desde 1920. Con tanto cambio cualquiera podría confundirse ¿no creés? Sin embargo, parece que acudir a clases o al trabajo a las 7 am, con el cielo completamente oscuro, no es tan natural como parece…
Las idas y vueltas de Argentina: la hora oficial pasó por 55 cambios ¿cuál es la correcta?
Si bien estamos acostumbrados a que el amanecer ocurra muy tarde durante el invierno, con el sol apareciendo después de las 8 de la mañana en muchas provincias, esto no fue siempre así. La Argentina tiene un desorden de horarios no muy fácil de explicar, pero lo intentaremos.
En 1884, en la Conferencia Internacional de Meridianos en Washington, EE.UU., se estableció el Sistema Internacional de Husos Horarios. Allí se da origen a lo que hoy conocemos como GMT (Greenwich Mean Time). ¿Qué es eso? Para entenderlo de forma sencilla, GMT-3 significa tres horas por detrás del horario de Greenwich. También podés verlo como UTC (Universal Time Coordinated), pero es lo mismo.
A partir de esta convención cada país adoptó su hora oficial estándar, teniendo en cuenta su ubicación geográfica, usos y costumbres, lo que definió también los horarios para el desarrollo de las actividades económicas, enfocándose en aprovechar la luz solar. A la vez, esto organizó el descanso y el tiempo libre.
Argentina adhirió al sistema internacional en 1920, pero 10 años más tarde comenzó a adoptar la hora de verano, para lo que adelanta el horario y luego lo reestablece al original. Así fue hasta 1974, cuando se implementa un cambio de horario en verano, pero partiendo del ya modificado en veranos anteriores que no se había corregido, es decir, del GMT-4 a GMT-3.

Luego de idas y vueltas y horarios equivocados, en 1999 se establece el Huso Horario GMT-4, con cambio a GMT-3 desde octubre hasta marzo de cada año, pero en el 2000 se deja vigente el GMT-3 para todo el país sin incluir cambios estacionales.
El último cambio se hizo en el verano del 2008, pasando al huso -2 en verano. En 2009, se adoptó de forma permanente el huso UTC-3, lo que implica que estamos adelantados una hora respecto del horario solar natural.
¿Y ahora qué quieren hacer?
La iniciativa de Cobos plantea retornar al huso horario original para corregir un desfasaje histórico y alinear el horario real con la luz solar. Entre los argumentos se apunta a ahorrar en consumo de energía artificial, que, para el caso, es lo que siempre se ha tomado en cuenta al momento de cambiar el huso. Tuvo mucho que ver con el contexto de crisis económica y/o energética.
Especialistas advierten de efectos nocitvos en la salud
Está claro que ritmo circadiano es muy importante para regular procesos fisiológicos, como los ciclos de sueño y vigilia, y está probado que el jet lag crónico conduce a cambios en el estado de ánimo y genera mayor probabilidad de desarrollar patologías graves.
Diego Golombek, doctor en Biología por la Universidad de Buenos Aires, investigador del CONICET y autor de libros de divulgación científica, sostiene que el horario que difiere de la hora solar termina se traduce en, también, una diferencia entre la hora biológica y la hora oficial, lo que denomina como jetlag social.
“Esto es en particular grave para las provincias que están más hacia el oeste, las provincias cordilleranas, porque están mucho más desfasadas con respecto a su horario natural”, indicó Golombek en entrevista con la Universidad de San Andrés.
Para el investigador, “sería lógico una discusión racional y con evidencia de cuál es el huso horario que nos corresponde, que de acuerdo a la geografía tendría que ser el -4, o sea, cuatro horas al oeste de Greenwich. Esto implicaría aprovechar mucho mejor la luz solar durante la mañana en todo el año, lo cual beneficia a muchas funciones del cuerpo. Sincroniza el reloj biológico, mejora la alerta y el estado de ánimo”, sostuvo.
En pocas palabras, si reacomodamos el huso horario, ese pequeño movimiento se trasladaría en un mejor descanso para la mayoría (salvo para quienes trabajan en el turno nocturno), acorde al ritmo circadiano. ¿Tendrá futuro este proyecto de ley?
Fuente: Xataka.com.ar
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