«Tenés que tener jugadores adecuados para presionar y hoy no los tengo como en sus mejores momentos. No tengo esos elementos, un acompañamiento a las características del jugador. Y después de que presionaste y recuperaste, tenés que tener buenos jugadores para jugar en espacios reducidos, con impronta individual. Si no, nos basamos en una presión que no termina en nada”.
¿Por qué Marcelo Gallardo insistió tanto por Maxi Salas? ¿Qué lo lleva a quererlo sí o sí y cuanto antes, incluso con la predisposición de romper ese famoso pacto de caballeros y ejecutar la cláusula de rescisión en caso de no llegar a un acuerdo con Racing?
Una de las respuestas se encuentra hace una semana y media, un día antes del empate de River con sabor a eliminación contra Monterrey por el Mundial de Clubes, en la palabra del propio Muñeco: sabe que a lo largo de este tiempo, su equipo perdió esa voracidad por intentar recuperar la pelota en el último tercio del campo producto de que no cuenta con esos ofensivos que alguna vez tuvo a disposición
Después de un Mora, apareció un Borré. Después de Borré, Julián Álvarez. Después de Julián, Beltrán. Después de Beltrán… Nadie. Algo de esa chispa en la presión había recuperado el tridente Mastantuono-Driussi-Colidio, aunque ahora, sin uno definitivamente y otro provisionalmente (ese esguince severo en el ligamento del tobillo izquierdo podría marginarlo de los octavos de la Libertadores), la necesidad de sumar a un delantero incansable, con la constante predisposición para asfixiar la salida rival y esa energía que contagia a sus compañeros se volvió la principal prioridad de Gallardo para este mercado de pases.
A la espera de que se acredite el pago de la cláusula de rescisión de 8 millones de euros netos, MG quiere que el zurdo de 27 años pueda estar entrenándose en el Camp cuanto antes porque sabe que tenerlo la mayor cantidad de entrenamientos posibles antes del estreno en el Clausura (13/7 vs. Platense) le será clave para ir moldeando la que sería nueva delantera.
Un ataque que, de cara al cruce contra Libertad por los octavos de la Libertadores (14 y 21 de agosto), podría llegar a perder 18 de los 45 goles que hizo River en el 2025: Mastantuono metió siete y asistió en tres, mientras que Driussi, la misma cantidad de tantos y un pase clave.
En ese sentido, el aporte del delantero que se siente más cómodo por la izquierda o como acompañante del 9 en lo que va del año también es algo que llamó la atención del entrenador: hasta acá, acumula tres goles y cinco asistencias en 1.685’ distribuidos en 25 encuentros, lo que le da un promedio de una participación directa en el resultado cada 210’. Incluso mejor que en sus números generales desde su llegada a Racing, a principios del año pasado, los que le dan una influencia cada 235’ (13 tantos y nueve asistencias).
Un catálogo de cualidades que, para el Muñe, son indispensables para que este River sea, definitivamente, su River…
Racing de despide de Maxi Salas
Fuente: Olé.com.ar
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