A seis meses del fallecimiento de la reconocida escritora y profesora argentina Beatriz Sarlo, la disputa por su legado patrimonial ha cobrado relevancia. El encargado del edificio donde residía, Melanio Alberto Meza López, se presentó ante la Justicia como heredero de su departamento en Caballito, Buenos Aires, tras presentar un testamento ológrafo cuya autenticidad será sometida a pericia caligráfica.
Origen de la Disputa
La muerte de Beatriz Sarlo, ocurrida a los 82 años, dejó en suspenso el futuro de su patrimonio. La autora de “Una modernidad periférica” vivía en un edificio en la calle Hidalgo, Ocupando el último piso. En febrero de 2025, Meza López presentó un testamento manuscrito que supuestamente le otorga el departamento y responsabiliza sobre la gata Nini, mascota de su última pareja, el cineasta Rafael Filippelli. Este documento se encuentra actualmente bajo revisión en el Juzgado Civil 91, dirigido por el juez Carlos Hugo Goggi.
Los escritos, datados el 9 de junio y el 2 de agosto de 2024, indican que Sarlo deseaba que Meza asumiera la responsabilidad de su hogar y mascota. Sin embargo, la relación de Meza con la familia de la escritora complica la situación, especialmente ante los planes del círculo íntimo de Sarlo, que busca establecer un “fideicomiso cultural”.
Implicaciones Legales
Alberto Sato Kotani, exmarido de Sarlo y quien ha iniciado el trámite sucesorio en febrero, busca impugnar la pretensión de Meza López. En el documento presentado por su abogado, Carlos Félix Somaglia, se argumenta que Sarlo no tuvo descendientes y se encontraba separada de Sato desde hacía más de 50 años, habiendo convivido con Filippelli desde 1984 hasta su fallecimiento.
La decisión sobre quién tiene derecho a heredar sigue en proceso judicial, con Sato apelando contra la exclusión de sus derechos hereditarios. En una resolución previa, el juez indicó que es evidente que Sarlo se mantenía separada sin intención de retomar la relación con Sato.
El Legado Cultural en Debate
La controversia se extiende más allá del ámbito legal, involucrando aspectos culturales y comunitarios. Beatriz Sarlo había confiado su biblioteca y archivo personal a la profesora Sylvia Saítta, pero la gestión de estos bienes ha suscitado críticas y rumores de posibles irregularidades, incluyendo acusaciones de robo en redes sociales.
Recientemente, Vanessa Bell, influencer británica, mencionó la posible venta de la colección de discos de Sarlo en una disquería, lo que sumó una nueva capa a la discusión sobre el destino del patrimonio cultural de la escritora. A medida que las decisiones legales avanzan, la sociedad civil y los allegados a Sarlo observan de cerca el desenlace de un legado que es considerado invaluable.
Fuente: InfoZona
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