El gobierno afronta un nuevo revuelo de la prensa, ante la filtración de un importante archivo de la Secretaría de Inteligencia (SIDE) que determinaría las guías para un espionaje interno que, según se interpreta, pone en problemas a periodistas, analistas económicos y políticos, influencers y hasta usuarios de redes sociales. Muchas zonas grises, declaraciones preocupantes y los intentos de hackeos que sufrió el periodista que reveló el plan.
Sucede que, apenas horas atrás, La Nación publicó una nota que filtraba los lineamientos del nuevo Plan de Inteligencia Nacional (PIN), que se definió para fines de 2024, y que sirve para definir estrategias nacionales de los intereses del país, la defensa y la seguridad tanto interna como exterior. El problema es que, además de retomar prioridades de gestiones anteriores, también pone el foco en algunas cuestiones que rozan lo antidemocrático.
Se vigilará a quienes busquen «erosionar» la confianza de la opinión pública sobre el gobierno
Este es el punto más preocupante del documento de 170 páginas que obtuvo La Nación, y «cuya autenticidad verificó con dos fuentes independientes entre sí», según mencionan en la nota. Resulta que, una de las prioridades, será recabar información sobre aquellas personas que busquen “erosionar” la confianza de la opinión pública sobre los funcionarios que están a cargo de la seguridad nacional.
Y no solo eso, sino que ese procedimiento también se aplicará a aquellos “actores” que generen o puedan generar una “pérdida de confianza” en las “políticas económicas” que toma el gobierno. Sin detalles de quiénes serían estos actores, se abre entonces una zona gris de interpretación para poder operar.
Otro aspecto novedoso que se suma al esquema es problematizar la desinformación durante procesos electorales como uno de los ejes –como los deepfakes generados con IA que circularon en las últimas elecciones porteñas–, aunque tampoco detalla si la mirada se pone en actores extranjeros o, en el otro extremo, en los ciudadanos.
El PIN, además, también respalda la decisión presidencial de la alineación ideológica total con Estados Unidos e Israel, países a los que se identifica y fija como norte en el archivo. No es sorpresivo, tampoco, que se ponga foco en las migraciones internas que “puedan constituir un riesgo” para el “desarrollo integral” de la nación.
Pero también retoma viejas prioridades. También se mencionan los ejes tradicionales que reafirman los objetivos de gestiones anteriores, como lo son la prevención del terrorismo, la lucha contra el crimen organizado, velar por los intereses argentinos en el Atlántico Sur y el sector antártico y los recursos naturales estratégicos de la Argentina.
El ataque al periodista que difundió el plan
El periodista que reveló las precisiones sobre el plan, Hugo Alconada Mon, denunció en redes sociales que ha sufrido repetidos intentos de hackeos en sus cuentas:
«ALERTA – AHORA: horas después de que revelamos en @LANACION que la SIDE puso en la mira a periodistas y economistas, entre otros, hackers han intentado tomar el control de mis cuentas de WhatsApp (10 intentos) y de X (1 intento). Por ahora no lo han logrado».
El medio en cuestión denunció lo sucedido como un «ataque sistemático y coordinado» para «amedrentar» al periodista luego de revelar el plan de la SIDE.
Por su parte, la Oficina del Presidente respondió al instante con un comunicado a través de su cuenta de X, donde señala: «La Oficina del Presidente desmiente las versiones periodísticas publicadas en medios sobre los supuestos objetivos del Plan de Inteligencia Nacional. Este es el primer gobierno en décadas que ha tomado la decisión política de no utilizar la SIDE para perseguir opositores, periodistas o adversarios políticos».
Fuente: Xataka.com.ar
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