Del pesimismo de aquel 26 de marzo al milagro de este 9 de abril. De la tensión y el panorama adverso al optimismo y la alegría. Después de dos semanas de estar hospitalizado, Oswaldo Balanta recibió este miércoles el alta médica, abandonó el Sanatorio Finochietto y continuará el proceso de recuperación en su casa, junto a sus seres queridos y a la espera de su sueño de volver a jugar al fútbol.
Qué le pasó
Ya sin riesgo, estabilizado y con muchísima energía para seguir su evolución, el delantero dio un paso más luego del paro cardiorrespiratorio que sufrió durante un entrenamiento de la Reserva de San Lorenzo, donde se encontraba a prueba. “Poco a poco con la recuperación”, había escrito el colombiano hace pocos días en su cuenta de Instagram, en un posteo en el que se lo veía en la habitación del centro asistencial, con una camiseta del Ciclón con la 9, su apellido y junto a su representante. “Gracias a todos”, había señalado.
Balanta, quien tras un largo tiempo sin actividad se había sumado al plantel de Damián Ayude con la esperanza de poder convertirse en incorporación en el próximo mercado de pases, sufrió una descompensación cardíaca durante la práctica del 26 de marzo. Recibió las primeras maniobras médicas por parte de los cuerpos médicos de los planteles de Reserva y Primera para luego ser derivado al Hospital Piñero, donde fue reanimado y los primeros partes no eran para nada favorables. Hoy, la historia es otra, dio el giro deseado y ya está en su casa.
El arribo
Oswaldo llegó a San Lorenzo hace poco más de un mes, casi al mismo tiempo que Andrés Peralta, el jugador que quedó en el ojo de la tormenta por sus actos de indisciplina y cuyo contrato será rescindido por los reiterados hechos que demostraron su escaso compromiso. Zurdo y de 1,90, el pibe de 23 años arribó a prueba para determinar si se le haría un contrato, tal como sucedió con Orlando Gill a comienzos de la temporada pasada.
Hizo su debut en Primera en 2022 en Boca Junior de Cali, club que juega en Segunda División y que, tras ser refundado en 2019, se convirtió en filial del Deportivo Quindío de la misma categoría. En su primer año en Primera, el punta disputó 23 encuentros (siete como titular) y marcó tres goles, pero al año siguiente no consiguió tener tanta continuidad: apenas estuvo en seis partidos y en ninguno de ellos formó parte de la formación inicial ni logró convertir.

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Fuente: Olé.com.ar
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