La puja por el control de la estratégica Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados sigue vigente dentro del bloque libertario y amenaza con volver a detonar en las próximas sesiones. No hubo cambios: Marcela Pagano sostiene su rebeldía y se reconoce como presidenta del órgano en contra de la voluntad de Martín Menem y Karina Milei. El conflicto podría volver a exponer al oficialismo en un tema que le resulta urticante: el caso $LIBRA.
Sin los votos para iniciar un proceso contra el Presidente, el kirchnerismo aprovechará la irregularidad de la Comisión para exigir la normalización de sus autoridades, vociferar la necesidad de investigar la responsabilidad de la cúpula del Gobierno en el criptoescándalo y profundizar la interna oficialista. Un festín que la oposición podría celebrar cuando el recinto de Diputados vuelva a abrirse, posiblemente el próximo martes.
Unión por la Patria, los radicales de Democracia, parte de Encuentro Federal y la Izquierda quieren sesionar con la mira puesta en $LIBRA. Pretenden tratar la interpelación a funcionarios y la creación de una comisión investigadora, iniciativas que ya cuentan con despacho de comisión. Si avanzan con esta idea, la Cámara de Diputados podría abrirse en la antesala del tercer paro general de la CGT a la administración de Milei.
El Gobierno cavó su propia fosa. Desde abril pasado, Menem se benefició de la parálisis: no reconoció a Pagano como titular de la Comisión de Juicio Político, una atribución propia de su rol como presidente de la Cámara, e impidió también que la jefatura la ejerza un opositor duro. Ganó tiempo. Evitó cualquier actividad en el órgano legislativo que tiene la potestad de iniciar un proceso acusatorio contra el binomio presidencial, los ministros y los jueces de la Corte Suprema de Justicia.
Pero la explosión del escándalo que involucró a Javier Milei y su entorno más cercano en la promoción de la meme coin investigada por la Justicia nacional y de los Estados Unidos como una presunta estafa le arrebató la tranquilidad al riojano. El control de esa Comisión es determinante para blindar a la cúpula del Gobierno de una pesquisa parlamentaria que podría estirarse hasta el final del mandato libertario. Con Pagano en el medio, Menem perdió el manejo de los tiempos de la Comisión y se convirtió en presa fácil para la oposición. La diputada libertaria, que permanece en el bloque oficialista, se convirtió en una dirigente inmanejable después de que Karina Milei le bajara el pulgar y la corriera del centro de la escena.
Hermetismo oficial
En el oficialismo aseguran que trabajan para resolver el conflicto y mantienen el supuesto plan de acción bajo un riguroso hermetismo. Buscan dejar atrás los gritos, forcejeos e insultos que protagonizaron los miembros de su bloque en las últimas dos sesiones. Pero en la vereda opuesta, Pagano asegura que nadie la llamó.
El diálogo entre Menem y Pagano está roto. Se quebró definitivamente cuando la diputada acusó al presidente de la Cámara de “fascista” y le recordó que ella solo respondía a Milei. En el bloque le imputan a la experiodista la filtración de chats en los que Menem arengaba a su tropa en la previa de la sesión en la que se aprobó el DNU que habilitó la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Por la proliferación de roces y pases de factura, emergió la opción de un mediador.
Oscar Zago entró en escena. El exoficialista y actual jefe del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) en Diputados mantiene un buen vínculo con Pagano. Los unió el vacío de sus colegas, tras el veto de Karina Milei. Con vaivenes, Zago funciona hoy como un comodín del Gobierno en Diputados, al que acude cuando la situación se complejiza. Como en el caso de Pagano.
Al líder del MID le pidieron que interceda en la puja con la diputada rebelde, pero se negó. Ya transitó por ese terreno cenagoso: la última vez que tomó parte terminó eyectado como jefe del bloque oficialista.
Menem también acudió a otros referentes de la oposición moderada para “componer” el vínculo después de las sesiones que terminaron en escándalo. Recibió la misma respuesta. “El problema está en tu bloque, resolvé tu interna”, le dijeron al riojano, que por ahora no acusó recibo.
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