Después de todo, quizás no sea necesario tener que recurrir a la incómoda introducción de un tubo con cámara en tu recto para poder saber si todo está bien allá abajo o si presentás signos de cáncer colorrectal. En su lugar, los médicos podrían elegir un test de sangre oculta en heces, una estrategia mucho menos invasiva.
Así lo revela la investigación de un equipo del Clínic-IDIBAPS y del Hospital Universitario de Canarias, diez años después desde que comenzaron el seguimiento del proyecto COLONPREV. El estudio se publicó en la revista The Lancet, con el resultado que confirma su capacidad: las dos estrategias de cribado arrojan eficacias muy similares para, en primer lugar, detectar la misma cantidad de tumores en cáncer colorrectal y en su capacidad para reducir la mortalidad en estos cuadros.
Por empezar, el cáncer colorrectal es uno de los más frecuentes a nivel mundial y es, también, una de las principales causas de mortalidad por cáncer. Esto sucede cuando las lesiones precancerosas evolucionan a un tumor maligno y no se tratan a tiempo. Por eso la detección temprana es tan importante.
Lo que el estudio puso en evidencia
Hasta el momento, la colonoscopia era el método que se consideraba más preciso para identificar y tratar el cáncer, pero esta investigación podría cambiar las cosas: el ensayo clínico reunió a 57.000 hombres y mujeres de entre 50 y 69 años de ocho comunidades autónomas españolas (Aragón, Canarias, Cataluña, Galicia, Madrid, Murcia, País Vasco, y Comunitat Valenciana) y luego se dividieron en dos grupos para comparar las estrategias.

De ellos, una parte fue invitada a realizarse una colonoscopia, mientras que el otro se realizaría el test inmunoquímico fecal (FIT) cada dos años (cinco en total). El objetivo principal era comparar la mortalidad por cáncer colorrectal después de diez años. De esta manera, se podía estudiar también la participación teniendo solo una opción de las dos.
Y, claro, el resultado fue que la participación fue más alta en el grupo del test de sangre oculta en heces, con un 40%, en comparación con el grupo de la colonoscopia, que fue de cerca del 32%.
En cuanto a la mortalidad por cáncer, las estadísticas dan similar: 0,22% en el grupo de la colonoscopia y 0,24% en el grupo del test inmunoquímico fecal. También lo fue la incidencia de estos tumores.
“Esto podría aumentar la participación en los programas de cribado, puesto que el test inmunoquímico fecal es más cómodo y menos invasivo para quien quiere participar. Además, implementar esta prueba podría ser más coste-efectivo y accesible para una mayor parte de la población”, concluye el Dr. Enrique Quintero, gastroenterólogo del Hospital Universitario de Canarias y catedrático de la Universidad de la Laguna en Tenerife, que participó en la investigación.
A fin de cuentas, la prueba de sangre no es inferior, es mucho menos invasiva y más fácil de asumir por parte de la población, datos no menores. Y es igual de eficaz que la colonoscopia. Es de esperanzar que en los centros médicos se empiecen a aplicar este tipo de metodologías.
Fuente: Xataka.com.ar
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