Con un Congreso blindado por una nueva protesta de los jubilados, la Cámara de Diputados comenzó el debate del decreto de necesidad y urgencia (DNU) que habilita al Gobierno a sellar un acuerdo de refinanciamiento de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El oficialismo logró abrir el recinto con el apoyo de Pro, la UCR, la Coalición Cívica, Innovación Federal, parte de Encuentro Federal, un puñado de los radicales de Democracia y el apoyo de los diputados aliados los gobernadores. La sesión se desarrolla con fuertes cruces entre la oposición y el presidente de la Cámara, Martín Menem, a quien varios legisladores lo incomodaron por la filtración de unos supuestos audios en los que pide a la bancada oficialista “hacer quilombo”.
La sesión especial comenzó a las 10.24, con 130 legisladores. Transcurrirá a la par de una nueva movilización que fuerzas opositoras y de izquierda convocaron frente al Congreso en defensa de los jubilados. En la sesión los libertarios esperan validar el DNU con el apoyo de los bloques aliados y dialoguistas; con esta aprobación buscarán garantizar su vigencia, neutralizando al kirchnerismo y la posibilidad de voltearlo en el Senado. La izquierda pidió un cuarto intermedio hasta que se levante el operativo policial. El pedido fue rechazado.
El oficialismo apunta a una sesión exprés. Pretende interrumpir el debate a las 15 con una moción para apurar la votación. Lo anticipó Martín Menem en labor parlamentaria y el kirchnerismo adelantó su disconformidad. También lo hizo Miguel Ángel Pichetto, quien abandonó la cumbre antes de que termine. “Esté esquema de ninguneo es permanente y tiene que cambiar”, dictaminó el jefe de Encuentro Federal.
“No queremos achicar el debate de un tema tan sensible”, dijo Germán Martínez en el recinto. “La última sesión terminó en un escándalo, con diputados trompeando y llevando por la fuerza a otro diputado fuera del recinto. Hoy se sientan acá fingiendo demencia”, sumó. Y anticipó: “Queremos plantear los temas que usted no dejó tratar porque levantó la sesión: el emplazamiento de las comisiones para debatir la derogación de las facultades delegadas al Presidente, la moratoria previsional y la ratificación autoridades de la Comisión de Juicio Político”. Cecilia Moreau, al lado de Martínez, le dijo a Menem, a los gritos: “No me pelotudees”.
La última sesión, en la que la oposición logró impulsar la investigación del caso $LIBRA, el bloque de La Libertad Avanza quedó cercado por su propio caos. Diputadas oficialistas y libertarios disidentes quedaron envueltos en una trifulca en pleno recinto: hubo piñas, forcejeos y gritos. Esta mañana, esas fisuras volvieron a aparecer.
Rocío Bonacci y Marcela Pagano, las díscolas de la bancada oficial, se rehusaron a dar quorum. Aparecieron después de iniciada la sesión y saludaron a parte de sus compañeros. Minutos antes de que se abriera el recinto, el presidente de la Cámara hizo una arenga a través del grupo de whatsApp que comparte con su tropa. Fue un mensaje que buscó anticiparse a cualquier imprevisto y evitar un revés. “Es la sesión más importante de los últimos 20 años. Dientes apretados en todo momento. No bajemos la guardia”, exigió. En el audio difundido por radio 10 en el programa Argenzuela, Menem pide a sus Diputados que griten, interrumpan y hagan “quilombo”.
Cerca del titular de Diputados no desmintieron esta conversación. En diálogo con LA NACION, señalaron que se trató de ordenar al bloque para evitar un traspié como el que protagonizaron en la sesión pasada. “Tienen que estar todos sentados”, indicaron. “Fue una arenga futbolera”, sumaron.
Pagano no se quedó callada. Desde abril pasado reclama para sí la presidencia de la Comisión de Juicio Político, pero Menem la desconoce. Con el escándalo cripto en el centro de la escena, es un órgano clave que el kirchnerismo pretende activar para impulsar su propio proyecto contra el Presidente. Fue el núcleo de la discordia hace siete días.
“Usted no tiene facultades para desconocer comisiones”, le dijo Pagano a Menem. “A mi me reconocieron en un acta y yo no voy a ir contra las instituciones. Ese acta tiene validez y si usted considera que no, sométalo al pleno. Usted esta haciendo un exceso en el uso de sus facultades”, señaló la diputada libertaria mientras Menem trataba de frenar su intervención con un “Gracias”. “No me interrumpa porque interrumpir al orador es de fascista”, concluyó la experiodista. Inmediatamente después, sacó un megáfono. “No les tengo miedo, no me van a callar”, gritó. Lilia Lemoine, la fuerza de choque de Javier Milei en el Congreso, la filmaba con su celular.
Gritos y contrapuntos
La sesión tuvo un comienzo torcido. La mayoría de las cuestiones de privilegio del kirchnerismo y la izquierda recordaron el accionar de las fuerzas policiales la semana pasada así como el papel de los diputados libertarios adentro del recinto. El oficialismo replicó con dureza y acusó la oposición del endeudamiento del país.
Fue llamativa la intervención del diputado Alberto Benegas Lynch, quien hizo un llamado “a la gente de bien de esta Cámara” a no responder a los agravios. Solicitó a sus colegas de bloque “estar calmos como agua de río”. “Queremos tener una sesión en paz, pero tenemos que asumir que no la vamos a tener. Tenemos que estar calmos como agua de río. Les van a decir cosas que nunca le han dicho en estas sesiones, pero es parte del deber histórico. No contestemos a los artífices de la deuda de la política cuando queremos reconstruir los equilibrios financiero y monetarios”, pidió.
Pichetto exigió al presidente de la Cámara controlar el tiempo de las intervenciones y recordó que en labor parlamentaria el oficialismo se comprometió a tener “mesura”. “Quedamos en que se llevaban la ley y no los discursos y pusieron un incendiario para provocar, traten de ubicarse, ser profesionales e inteligentes”, solicitó. Previamente, el libertario Lisandro Almirón, quien en la sesión pasada fue el que increpó a Oscar Zago por dar quorum al kirchnerismo, le pidió disculpas a su colega y terminó con un desafío a la oposición. “¿A quién más quieren que pida disculpas, caraduras? Pidan disculpas ustedes a los argentinos. Que la presidenta Cristina Kirchner venga y pida perdón de rodillas por lo que hizo. ¡Que venga Boudou, que venga Kicillof!”.
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