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La Ciudad de Buenos Aires finalizó la restauración de esculturas en el Jardín Botánico y el Ecoparque para preservar su valor histórico y artístico

la-ciudad-de-buenos-aires-finalizo-la-restauracion-de-esculturas-en-el-jardin-botanico-y-el-ecoparque-para-preservar-su-valor-historico-y-artistico La Ciudad de Buenos Aires finalizó la restauración de esculturas en el Jardín Botánico y el Ecoparque para preservar su valor histórico y artístico

La Ciudad de Buenos Aires terminó la restauración de valiosas esculturas emplazadas en el Jardín Botánico y el Ecoparque, dos de sus espacios verdes más emblemáticos. Las tareas estuvieron a cargo de Monumentos y Obras de Arte (MOA), el taller especializado en la conservación del patrimonio escultórico porteño.

El Gobierno porteño, a través del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, está ejecutando una importante obra de ampliación y refuncionalización del edificio donde funciona el MOA, que se encuentra ubicado en Plaza Sicilia, en el Parque Tres de Febrero. Es por eso que, en lugar de trasladar las obras al taller, los restauradores del MOA trabajaron “in situ” sobre las esculturas que están ubicadas en el Jardín Botánico y el Ecoparque. 

En el Botánico y el Ecoparque, el equipo de expertos del MOA realizó diversas tareas de restauración que se adaptaron a las necesidades específicas de cada obra. Sobre las esculturas se llevó a cabo una limpieza cuidadosa mediante cepillos blandos y pinceles, y se aplicó un biocida para evitar que organismos puedan dañar los materiales. 

El tratamiento para las figuras de bronce incluyó, además de la limpieza, el decapado de pintura antigua, el relleno de grietas y fisuras, y la aplicación de pintura y pátina que imita el bronce.

Patrimonio escultórico en restauración en el Jardín Botánico

En el Jardín Botánico, el equipo del MOA llevó adelante la restauración de cuatro obras:

  • Canto de la Cosechadora: representa a una doncella que participa de la cosecha y lleva en sus brazos mieses recién segadas. Se trata de una reproducción en mármol, copia de una obra atribuida al italiano Antonio Canovas. Adquirida en 1948 por la entonces Municipalidad, ubicada originalmente en el Parque Tres de Febrero, fue trasladada al Jardín Botánico en 1977 para protegerla del vandalismo.

  • Venus: un desnudo artístico femenino parcialmente cubierto por un tenue velo, que evoca a la diosa de la Belleza. Es una reproducción de la famosa Venus de Medici, documentada por primera vez en 1638 en la Villa Medici de Roma, una de las antigüedades más replicadas en la historia del arte.
  • La Bañista: un delicado desnudo femenino que apoya su mano izquierda sobre un tronco talado mientras con la derecha sostiene un velo. Esta obra fue donada por María M. Pedemonta y, tras varias reubicaciones y una importante restauración en 1965 (cuando su cabeza había sido rota y robada), fue emplazada definitivamente en el Jardín Botánico en septiembre de 1970.
  • Loba Romana: una copia en bronce de la Lupa Capitolina, famosa obra cuyo origen se estima en el siglo XI a XIII, en plena Edad Media. En 1910, Vittorio Emmanuelle III, Rey de Italia (1869-1947), donó una réplica al Embajador de la República Argentina, Dr. Roque Sáenz Peña, con motivo del Centenario de la Revolución de Mayo. La obra donada por Italia fue originalmente ubicada en la intersección de las calles Florida y Diagonal Norte. Posteriormente, fue trasladada al Jardín Botánico. De allí se retiró para hacer otras dos copias, una que quedó para el Jardín y otra para el Parque Lezama, mientras el calco original se ubicó en el hall del Palacio de la Legislatura porteña.

El Ecoparque es un espacio de 16,7 hectáreas ubicado en el predio del antiguo Jardín Zoológico de Buenos Aires, hoy abierto para que los vecinos puedan disfrutar y aprender sobre la conservación de la biodiversidad, a través de experiencias educativas y recreativas. Allí, el MOA restauró tres esculturas: 

  • Clemente Onelli: homenaje al naturalista y explorador italiano que fue director del antiguo Zoológico de Buenos Aires.
  • Juan Manuel de Rosas: homenaje al ex gobernador de la provincia de Buenos Aires. 
  • Fuente del Mono Caí: obra escultórica que representa el ataque de dos serpientes a un mono caí. 

El MOA: un taller en plena transformación

Las tareas de restauración se realizaron mientras el MOA se encuentra en medio de un importante proceso de ampliación y revalorización. El proyecto, llevado adelante por el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, supondrá la refuncionalización del interior y exterior del edificio donde funciona el taller. 

La obra incluye la creación de un pabellón con áreas de trabajo con todo el equipamiento necesario para realizar las restauraciones, así como la creación de un pabellón con espacios a los que podrá acceder el público en general, un área para el archivo que consultan investigadores y un salón de usos múltiples donde se podrán dar charlas o eventuales exposiciones para vecinos y visitantes del taller.

«El MOA es el taller de restauración de esculturas y monumentos más importante de la Ciudad. Vamos a poner en valor el edificio y a mejorar el entorno de trabajo del equipo de artesanos y restauradores que con gran dedicación y detalle recuperan las obras de arte desgastadas por el paso del tiempo, o que fueron vandalizadas. Además, queremos generar un espacio mucho más accesible, para que cada vez más vecinos lo visiten y valoren», expresó Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana.

El guardián del patrimonio porteño 

El MOA, fundado en 1952, es el taller más importante de la Ciudad y se encarga de la restauración, saneamiento, puesta en valor y limpieza de las esculturas y monumentos porteños; obras que en algunos casos son centenarias y sufren daños por el paso del tiempo, el clima o el vandalismo.

Ubicado en Adolfo Berro 3880 dentro de la Plaza Sicilia, en el Parque Tres de Febrero, el taller cuenta con un equipo de restauradores, escultores y otros profesionales que trabajan a diario para conservar un universo de más de 2.400 monumentos que incluyen estatuas, bustos, placas, mástiles, fuentes y monolitos.

Su edificio, que hoy forma parte del patrimonio histórico de la Ciudad, tiene su propia historia: entre 1835 y 1854 estuvo habitado por el personal doméstico de la quinta de Juan Manuel de Rosas.

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