Con un golazo agónico, Atlanta le ganó a Colegiales y quedó escolta de su zona

Era la única forma que asomaba para romper un cero que se presentaba como inevitable. Sí, un bombazo extraordinario de Previtali fue la causa de la victoria de Atlanta, que, en la noche fría -y por momentos lluviosa- de Villa Crespo, se impuso por la mínima ante Colegiales y quedó escolta en la Zona A de la Primera Nacional.

El encuentro arrancó movido: apenas al minuto, el juez Amiconi cobró un penal polémico de Strasorier a Flores y parecía que el Bohemio encaminaba la noche a su merced. Pero para despejar cualquier posibilidad de ventaja, apareció Di Fulvio, que le contuvo el penal a Bauman y empezó a consolidar su figura. De yapa, el delantero pisó mal tras el tiro desde los doce pasos y pidió el cambio.

Ambos equipos mostraron sus falencias y virtudes en las áreas. Claro, porque tanto Atlanta como Colegiales convirtieron poco en lo que va de torneo (dos y un gol respectivamente), pero a su vez, fueron poco batidos (uno y dos goles). Características de los dos equipos que llevaron a un trámite poco vistoso y efectivo de cara al arco rival.

Salvo la jugada del penal y los primeros dos minutos del segundo tiempo -un tiro en el travesaño y una tapada de Di Fulvio-, el local no logró lastimar. Hasta que, cuando el partido agonizaba, se desencadenó la locura: Previtali la agarró de afuera del área y la puso en un ángulo. Inatajable para un arquero rival que pintaba para figura. Y, fue un gol Previtali para quedar a uno de Tristán Suárez.

Lo sufrió más de la cuenta y pudo sentenciarlo antes, pero a base de actitud y buen fútbol, Gimnasia de Mendoza se llevó puesto a un pobre CADU y comparte la cima de la Zona B con Estudiantes.

Desde el inicio, el trámite fue un monólogo del dueño de casa. El equipo de Medrán inquietó varias veces al arco defendido por el 1 rival, que poco a poco agigantó su figura en la lluviosa noche mendocina.

Y el complemento arrancó con todo. Tal es así que a los 2’ del ST Saavedra aprovechó un error del fondo contrario, centró y Ferreyra la empujó. 1-0 y justicia en el score. De allí en más, comenzó otro partido: la visita rompió el esquema, adelantó líneas, dejó espacios atrás y el Lobo tuvo varias chances para liquidarlo.

Sobre la hora, el árbitro pitó penal por una infracción en una pelota detenida : el Oso Sánchez le atajó a Ferreyra y en el rebote, Jeremías Puch puso el 2-0. Historia terminada, punta asegurada y el sueño de pelear por el ascenso a la Liga, muy latente…