En situaciones normales, un triunfo de la Juventus, de local, ante el Hellas Verona, no hubiese generado mucha repercusión. Pero el escenario estaba complicado y había tensión en Turín. El equipo había sido eliminado de la Champions, ante el PSV Eindhoven, y de la Copa Italia frente al Empoli, un equipo que lucha por mantenerse en la categoría.
Y los tifosi se habían manifestado y movilizado hasta la concentración del equipo. Hubo que reforzar la seguridad. Un comunicado de los hinchas fue contundente: «Desgraciadamente, hemos llegado a un punto en el que ya no podemos soportar un proyecto que parece fracasado en el que nada tiene sentido lógico ni desarrollo comprensible. Ahora ya no es tolerable vuestra actitud y vuestro desprecio por una camiseta histórica como la de la Juventus».
Por eso, la presión estaba sobre el equipo de Thiago Motta. Y la respuesta fue 2 a 0 con goles que llegaron sobre el final, por Thuram y Koopmeiners. Fue la quinta victoria al hilo en la Serie A. Ahora, la Vecchia Signora, con 52 unidades, parece tener chances de pelearles el título al líder, Inter (58) y Napoli (57). Además, tiene por encima al Atalanta, con 55. Pero con once fechas por jugar, la disputa no parece imposible, sí difícil, en una pelea en la que hasta hace poco no protagonizaba
El partido ante el Verona mostró la reacción del equipo después de que Motta hablara de «vergüenza» hacia los suyos tras la derrota ante el Empoli. Pudo acabar en goleada, dominador absoluto del encuentro con 27 disparos y generador de hasta cinco ocasiones claras en la primera mitad que, por un momento, suavizaron el enfado de una hinchada harta de partidos insuficientes. Esto, con el argentino Nicolás González, convocado por Lionel Scaloni para la fecha FIFA contra Uruguay y Brasil, de titular.
El aporte de González
Precisamente Nico, junto a Locatelli, Yildiz, Kolo Muani y McKennie, generaron las más claras. Fueron de todos los colores. Desde fuera de área, con un centro lateral, con una jugada colectiva y con una genialidad individual. Ninguna superó al arquero Montipò, pero el Juventus estaba convencida de que ese era el camino ante un equipo de la zona baja de la tabla.
Hasta que, tras un par de intentos previos desde la distancia, el Verona silenció por completo el Juventus Stadium. Fue Suslov con un golazo espectacular desde fuera del área que colocó en la escuadra. Aprovechó ligeramente el bote del balón para aumentar la potencia y dejar impasible a Di Gregorio en el tiempo añadido de la primera mitad. Parecía que se sentenciaba otra jornada crítica, pero el VAR anuló todo por un offside mínimo de Suslov.
Sobrevivió al descanso la Juve pese a su dominio incontestable, porque después de haber perdonado tanto a punto estuvo de irse por debajo. Y volvió de nuevo a la carga en el segundo acto. Le costó de nuevo, pero consiguió derribar el muro del Verona con un zurdazo de Thuram a los 28.
Y ya en el minuto 90, con el partido decidido y tras una mala salida del Hellas, Koopmeiners marcó el 2 a 0.

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Fuente: Olé.com.ar
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