«El clásico se vive como en ningún otro lado». ¿Héroe de los clásicos? Ignacio Malcorra, sin dudas, lo es. Y si de derbis se trata, su nombre aparece sólo. Nacho sabe cómo amargar a Newell ‘s. En los últimos tres partidos, la mandó a guardar en dos y en el otro metió una asistencia clave. El famoso Malcorrazo ya es parte de la historia de Rosario Central, grabado con su firma y dejando una marca imborrable en el corazón canalla. En exclusiva con Olé, habló de todo.
Es de esos jugadores que vienen del potrero, del barrio. Pasó por River, se bancó seis meses sin jugar, probó suerte en el exterior y llegó a Primera. Viejo es el viento y sigue soplando. Y Malcorra sigue más vigente que nunca. Pero no es sólo su fútbol lo que llama la atención. Ese corte de pelo ya es un ícono. Porque sí, Malcorra tiene estilo adentro y afuera de la cancha.
Malcorra: la pesadilla de Newell’s
-Falta poco para el clásico. ¿Cómo lo están viviendo en el plantel?
-Acá el clásico se vive con mucha pasión. La gente te lo recuerda constantemente. Es un partido difícil, pero lindo para jugar y ojalá nos vaya bien. Para entender lo que significa el clásico rosarino, hay que vivirlo. Todos están hablando del clásico. En la pretemporada, ya te decían “en la sexta fecha hay que ganar” y todavía no había empezado el campeonato. Te lo recuerdan todo el tiempo. Acá se siente de una manera única, diferente a cualquier otra ciudad.
-¿Por qué es tan especial?
-Yo creo que es por el fanatismo que existe. La ciudad está dividida mitad y mitad, y los hinchas de Central viven para el club. Tenés que vivirlo para poder entenderlo.
-En los últimos tres clásicos fuiste el gran protagonista. ¿Cómo te ves para el próximo?
-La gente tiene muchas expectativas, pero cada clásico es diferente. Obviamente, me encantaría seguir con la racha goleadora, pero lo importante es que gane el equipo, sin importar quién haga el gol. Ojalá ganemos y nada más.
-¿Cómo es el día antes y el día después de un clásico?
-Lo vivo con tranquilidad, trato de concentrarme y cometer la menor cantidad de errores posibles. El día del partido uno quiere jugar ya y después, dependiendo del resultado, se vive de forma diferente. Pero siempre trato de mantener la calma y disfrutar el momento.
Un jugador vigente
-A lo largo de tu carrera, te mantuviste en un gran nivel, ¿a qué crees que se debe esta vigencia?
-Creo que se debe a que me entreno todos los días con el objetivo de mejorar y ayudar al equipo. Intento ser constante en ese esfuerzo. No le doy mucha importancia al tema de la edad. Por suerte no tuve problemas físicos importantes. Trato de disfrutarlo y ser útil para el técnico.
-Empezaste el año en un gran nivel, con tres goles en cuatro partidos. ¿Cómo vivís este arranque de temporada?
-Tenemos una idea de juego muy buena y un plantel con jugadores de gran calidad. La propuesta de juego que tenemos es clara y tratamos de llevarla a cabo en cada partido. Hasta ahora las cosas están saliendo bien y eso también ayuda a que el rendimiento personal sea positivo.
-Si tuvieras que hacer un repaso de tu carrera, desde el potrero hasta la primera división, pasando por momentos duros como seis meses sin jugar, el ascenso y el exterior, ¿qué aprendizaje te dejó cada una de esas etapas?
-Me gusta haber pasado por todas esas etapas porque me permitieron aprender y crecer. Estuve en inferiores en River, en la selección Sub-20, luego me quedé sin jugar, después fui al Nacional B, jugué en Primera, me fui a México, volví y seguí en Primera. Cada etapa me dejó enseñanzas y aprendizajes. Me gusta mucho el fútbol y miro partidos de todas las categorías. Todo te deja una enseñanza.
-¿Cómo fue esa etapa en la que soñabas con debutar, pero te quedaste sin jugar y tuviste que apostar por el ascenso para tener una oportunidad?
-Fue una etapa dura. Yo estaba en la selección Sub-20 y necesitaba jugar en Primera para tener chances de ser convocado al Mundial. Decidí irme a River buscando una oportunidad, pero las cosas no salieron como esperaba y terminé seis meses sin jugar. Tuve que arrancar de cero, me fui a mi pueblo y seguí entrenando. Fue difícil, pero siempre estuve convencido de que iba a llegar a Primera. Sabía que tenía que seguir buscando la oportunidad y así lo hice.
El corte Malcorra
-Tu corte de pelo se convirtió en una marca registrada. ¿Pensaste en cambiar el look?
-Sí, la verdad que sí. Ahora, en la pretemporada, estuve a punto de cortármelo. Es como que me agarran épocas y etapas en las que pienso en cambiar, pero al final no. Cuando estaba por cortármelo, dije: «No, no me lo corto. Lo voy a dejar un rato más».
-¿Y qué te dicen del corte?
-De todo. Me da risa, no me molesta, pero tengo como 800 mil apodos. ¿Qué le voy a hacer? En la cancha me dicen de todo, como ciruja o cualquier cosa. Uno que me dicen mucho es Peso Pluma, ahora que él se cortó el pelo.
-¿Cuál fue el mejor insulto que te dijeron por el corte?
-El que más me acuerdo fue en México, jugando el clásico Atlas vs. Chivas. Yo estaba en Atlas y tenía rastas atrás. Una mexicana me gritó: “Pelo de trapeador”. Ese fue el mejor, me quedó grabado.
–¿Alguien en especial se encarga de tu corte?
-Sí, el peluquero que va a la concentración, siempre nos corta. Le digo: “Cortá un poquito más acá, dejame esto así”. La última vez le dije que me quería pelar y él me dijo: “Para mí, aguantalo un poco más”. Y bueno, le hice caso.
-¿Desde chico cambiabas mucho de look?
-Siempre fui inquieto con el tema del pelo. Me gustaba cambiar los cortes seguido. Mi familia se ríe. Me dicen: “¿Qué te hiciste ahora?”. Pero nada, ya se acostumbraron. Ahora me dicen que me quede así y no me haga más nada. Hasta mis hijos me dicen: “No te cortes, quedate así”.
-Hay hinchas con tu corte…
-Sí, acá también vienen los nenitos con el corte y todo. Pobrecitos, los veo y pienso: “No, pobrecito”. Ahora no puedo cortármelo, ja.
Su relación con Russo y el presente de Central
-Pasaste de jugar con Russo a Holan. ¿Qué diferencia notaste en ese cambio de técnicos?
-La salida de Miguel (Russo) fue muy dolorosa para nosotros porque él fue quien armó un plantel nuevo, nos dio mucha confianza y logró formar un grupo muy unido. Con los chicos siempre recordamos a Miguel, a su cuerpo técnico y todo lo que vivimos juntos. Nadie esperaba que se fuera y realmente nos golpeó mucho, fue un momento feo. En lo personal, le estoy muy agradecido porque siempre confió en mí, me ponía en el equipo y yo traté de devolverle esa confianza en la cancha. Ariel (Holan) es un gran técnico y estamos aprendiendo su idea de juego, que es muy buena tanto en lo futbolístico como en lo grupal. Nos sentimos cómodos con su estilo y estamos logrando buenos resultados.
-Fueron campeones en 2023, en 2024 tuvieron algunos altibajos y en 2025 arrancaron con todo. ¿Cómo fue ese cambio? ¿Qué hicieron para cambiar la cabeza?
-Arrancamos bien, aunque recién empieza la temporada. Estamos contentos y el equipo está funcionando. Ariel es muy detallista y nos mantiene concentrados. El fútbol argentino es muy parejo, no podés relajarte ni un segundo. Estamos enfocados en mantener la regularidad y competir al máximo.
-La base del plantel se mantuvo desde el campeonato en 2023. ¿Qué diferencias ves entre ese equipo y el de ahora?
-Aunque la base sigue, hubo varios cambios en el plantel. Tenemos nuevos compañeros y eso cambia la dinámica. Ahora contamos con un equipo muy bueno y con un técnico excelente. La idea de este año es ser un equipo competitivo, pelear siempre arriba, ganar y brindar un buen partido de fútbol. Nos hemos trazado objetivos a corto plazo, partido a partido y ojalá podamos salir campeones otra vez.
Un final lejano
-Hablando de futuro, ¿te queda algún sueño por cumplir en tu carrera?
-De chico quería jugar en el fútbol argentino y salir campeón, y ya lo cumplí. Ahora trato de disfrutar el día a día. Me encantaría volver a salir campeón, pero no pienso tanto a largo plazo.
-¿Y pensaste en el retiro o ni se te cruza por la cabeza?
-No, para nada. Me siento bien físicamente y solo pienso en el corto plazo. Ni siquiera sé las fechas de los otros partidos, voy viviendo el día a día.
-¿Te ves como técnico en el futuro?
-Hice el curso de técnico y lo terminé, pero no sé. El día de mañana, mi idea es irme a mi pueblo, estar con mi familia y amigos. Me fui muy chico, a los 12 años, y quiero disfrutar de eso. Después veré si me animo a dirigir.
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Fuente: Olé.com.ar
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