La Organización de las Naciones Unidas (ONU) hace 10 años definió al 11 de febrero como el “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia” con el objetivo de fomentar un nuevo campo de estudio y especialización al género femenino. Sin embargo, una década después, la situación en Argentina no parece haber avanzado mucho.
Según el informe “Actitud de la Juventud hacia las profesiones STEM”, realizado por el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES), reveló que, a la hora de elegir una carrera, solo un 22% de mujeres se ve motivada a escoger ciencias, ingeniería o matemáticas.
“Los estereotipos que sostienen las desigualdades en ciencia y tecnología indican que las mujeres sirven para cuidar, que son portadoras de afectos. Mientras que los varones son más aptos para tareas racionales. Y la ciencia y la técnica son vistas como actividades que requieren racionalidad, no sentimiento”, explica la investigadora del CONICET, Elizabeth Jelin para la Agencia Cyta-Leloir.
Un claro ejemplo de que estos números no han mejorado son los Premios Nobel. De 123 ediciones solo en 26 ganaron mujeres, un 3%.
Desde Chicas en tecnología, también responsabilizan otros índices sociales e incluso económicos de estos resultados:
- La familia. Las expectativas de esta para sus hijas siempre son diferentes para con los hombres y su futuro, tanto laboral como social.
- Educación. A pesar de los avances hechos en género, los preconceptos de que cada carrera o disciplina es mejor en mujeres u hombres sigue siendo común.
- Medios de Comunicación. Repiten imágenes masculinizadas sobre espacios donde hay mujeres o lideran mujeres.
- Empresas. La brecha de género encontrada en distintas empresas se ve en los sueldos, tratos y posiciones jerárquicas, entre otras cosas.
“Las desigualdades de género en CyT están en el núcleo de la organización social de las relaciones de dominación de género; algo que ocurre en todos los ámbitos de la vida y no solamente en la ciencia. Las luchas por disminuir estas desigualdades se dan en muchos frentes: la educación y la organización de la ciencia son parte de ellas. Pero son difíciles de erradicar”, sostenía Jelin.
A pesar de ciertos indicadores negativos para el campo de las ciencias e investigación en Argentina, múltiples recortes de proyectos y trabajos, la disparidad ha crecido y se ha empezado a visibilizar aún más, por lo que cada vez hay más iniciativas que buscan modificar toda esta situación.
Imágenes| Agencia Cyta-Leloir
Fuente: Xataka.com.ar
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