Gallardo, entre las urgencias de la gente y una planificación de tiro largo para su River

«Bienvenido sea el resultado para calmar un poco esas exigencias urgentes y nosotros podamos seguir mejorando partido a partido”. La palabra condensa todo lo que habrá pasado por la cabeza de Marcelo Gallardo desde aquel 5 de agosto en el que asumió el cargo de entrenador y puso inicio a su segundo ciclo en River: urgente. Lo urgente fue, para el Muñeco, el motivo por el que en ese recomienzo nunca pudo sentirse del todo pleno: urgente debió ser el mini mercado que le quedó entonces a MG para reacomodar algunas piezas, pero nueve días después de su conferencia de presentación, un equipo golpeado debía jugarse todo contra Talleres por los octavos de final de la Libertadores. A partir de allí, nunca hubo respiro pero sobre todo tiempo para planificar un River a su medida. Hasta ahora: el comienzo de 2025 también es un comienzo para un técnico que esta vez sí pudo proyectar una temporada completa. Aunque las urgencias, esta vez, están afuera y son las inherentes al escudo. En todo caso, lo bueno es que para Gallardo ahora van en paralelo: él se mantiene tranquilo aunque no desconozca y acepte el contexto de exigencias del CARP.

Sabe el deté que el resultado de la pretemporada en San Martín de los Andes puede llegar con cierto delay. Un delay de alguna manera planificado: la base física que pensó el cuerpo técnico para los días en el Sur se corresponde no solo con el estilo de juego que es ADN de los mejores River de MG (un estilo para el que, consideran en la interna, las piernas no estaban preparadas en 2024) sino con la premisa de que sea una preparación de tiro largo por la cantidad de compromisos de un año que no tendrá parate de medio término para hacer un reacondicionamiento. Por eso, también, un plantel poblado: no será una sorpresa para el entrenador que en muchos pasajes de una temporada minada de partidos tenga que meter mano en jugadores con menos rodaje. Los necesitará a todos.

Así y todo, la camiseta cuyo pecho está cruzado por una banda roja exige cierta inmediatez (y la paciencia del hincha para con muchos jugadores está en low battery después de poco menos de dos años muy flojos) y es por eso que el Muñeco celebró un triunfo con Independiente en el que, de a poco, y de a ratos, el equipo mostró mejoras en esa carrera hacia el ideal que busca el técnico más ganador de la historia. “Entiendo las urgencias de los resultados y del funcionamiento, que se espera demasiado y ya. Y el mensaje que está bueno decir es, sí, está bien, eso lo tomo, porque es así, pero tengo que pensar un poquito más allá: no puedo pensar en lo inmediato, no puedo pensar en los primeros dos o tres partidos del campeonato, vamos a pensar un poquito más a mediano y largo plazo y en esa búsqueda para que el equipo sostenga lo que nosotros queremos, que justamente es estar bien, estar fuertes, estar rápidos para lo que tenemos de competencia en el año”, explicó Gallardo en ese sentido el sábado después de aceptar que tenía “totalmente claro” que al principio iba a costar, que el equipo se va a ir soltando y “sintiendo mejor” a medida que “vaya jugando y agarrando ritmo”.

“Nosotros adaptamos nuestro trabajo de inicio de base intentando tener en cuenta el largo período de competencia que vamos a tener: podríamos haber hecho algo diferente si tuviéramos tiempo a mitad de año para hacer un ajuste, pero bueno… Algunos equipos se preparan para la competencia inmediata, sabíamos que podía suceder, en el fútbol argentino se corre mucho, se fricciona demasiado y cuando eso sucede tenés que estar preparado, y sin embargo la preparación nuestra tenía más que ver con el mediano y largo plazo. ¿Por qué? Y porque tenemos que tener en cuenta que nosotros vamos a tener un año muy cargado y que no podíamos tener una preparación muy liviana para llegar bien a las primeras fechas del torneo”, amplió el deté.

Es así: por eso transmite “calma”. En paralelo, la ansiedad de la gente también tiene su propia lógica después de bancar tanto y acompañar casi ciegamente en las difíciles, que no fueron pocas en este último tiempo. El desafío, para Gallardo, será convivir con el desfasaje entre su propia planificación y las urgencias del afuera. O, más precisamente, que sus jugadores logren convivir en esas dos líneas temporales. Que la urgente crea…