Mañana, sábado 25 de enero, se cumplen 28 años del brutal asesinato de José Luis Cabezas, un hecho que marcó un antes y un después en la lucha por la libertad de prensa en Argentina. El reportero gráfico de Noticias fue secuestrado, torturado y ejecutado en Pinamar en 1997, un crimen que reveló los oscuros vínculos entre el poder y la corrupción.
En este contexto, Gladys Cabezas, hermana del periodista, compartió una experiencia reciente que revive el dolor y la indignación por la falta de justicia plena. En una entrevista radial con La Red, narró el encuentro casual y perturbador que tuvo uno de sus hijos con Gustavo Braga, uno de los condenados por el crimen, ahora en libertad.
UN ENCUENTRO CASUAL, UNA INDIGNACIÓN ETERNA
Gladys relató que, hace unas semanas, su hijo asistió a un recital en Baradero. Mientras compraba un choripán, el hombre que lo atendió, tras una breve charla, reveló con total naturalidad:
— Yo estuve detenido, fui uno de los que mató a Cabezas.
El sobrino del reportero quedó impactado al escuchar esas palabras y respondió:
— Jodeme. Era mi tío, Cabezas.
Según Gladys, su hijo no pudo disfrutar del recital. “Se puso a pensar: ‘este tipo fue el que mató a mi tío, fue el que destruyó a mi familia’”, contó la mujer, agregando que su hijo decidió filmar al hombre para evidenciar su identidad. La respuesta de Braga fue tan despreocupada como perturbadora:
— Bueno, loco, yo te lo dije y no me dijiste nada, y ahora me venís a filmar.
LA IMPUNIDAD QUE LASTIMA
Braga, uno de los integrantes de la banda conocida como “Los Horneros”, fue quien confesó el crimen mientras estaba ebrio, lo que permitió su detención. Hoy, años después, está libre y, según Gladys, se jacta de su participación en el asesinato.
“Mi hijo quedó perplejo, como todos nosotros. Este país necesita condenas ejemplares. Si matar tuviera consecuencias reales, nadie se atrevería a hacerlo. Pero acá, matar es gratis, y encima lo cuentan como si fuera una anécdota”, expresó con dolor.
UN CRIMEN QUE NO SE OLVIDA
El asesinato de José Luis Cabezas sigue siendo un símbolo de la lucha contra la impunidad. A pesar de que los responsables fueron condenados, la mayoría de ellos está en libertad tras cumplir solo una parte de sus penas, un hecho que reabre constantemente las heridas de la familia y de la sociedad.
“Recordar a mi hermano es mantener viva la lucha por la justicia y por la libertad de expresión. No vamos a olvidar, no vamos a perdonar”, concluyó Gladys, reafirmando que la memoria sigue siendo el arma más poderosa contra la injusticia.
José Luis Cabezas: presente, ahora y siempre.
Fuente: InfoZona
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