«Ponete a limpiar las calles de CABA en vez de twittear tanto», es uno de los tantos comentarios que recibió el ministro porteño, Jorge Macri, como respuesta a un tuit cuyo tema no estaba vinculado. Pero los habitantes de las 15 comunas que conforman la Ciudad de Buenos Aires empiezan a impacientarse al ver que la higiene urbana brilla, sí, pero por su ausencia. Tanto así que, con un simple paseo por las calles del centro porteño, podrás confirmar los reclamos.
Pero algo se intentó hacer durante este verano, ya que recientemente se lanzó el Programa intensivo de desodorización de contenedores, con que el gobierno porteño intentó disfrazar el mal aroma que desprende la ciudad: se trata de rociar los contenedores de residuos y sus alrededores con fragancia de limón. No es broma; se anunció que serán 33 mil los contenedores aromatizados a través de cuadrillas con mochilas pulverizadoras. Todas ellas, con capacidad de 16 litros de este «líquido inhibidor de olores, especialmente desarrollado para este tipo de espacios».
La acción se lleva a cabo a través del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana. El producto que utilizan se llama ‘Odormatic’, un inhibidor que neutraliza los malos olores y agrega una fragancia de limón. Touché.
El ministro del área, Ignacio Baistrocchi, explicó la decisión: “Sabemos que durante el verano el olor de la basura puede ser más intenso que durante el resto del año, por eso sumamos esta iniciativa que busca neutralizar e inhibir los potenciales malos olores de los contenedores”. Aunque también culpó a los propios ciudadanos: “Es necesario que los vecinos colaboren”, y recordó los horarios programados para sacar la basura.
Qué hay detrás del abandono de la ciudad
Las condiciones de CABA hoy se ven desmejoradas debido a la acumulación de basura no recolectada en diferentes puntos de las comunas, la inhabilitación de baños públicos que provoca que mucha gente opte por orinar en las veredas, la proliferación de plagas (mosquitos, cucarachas, alacranes, ratas) por la mala o poca higiene y medidas de seguridad, y otras como el abandono de las estaciones de subterráneo, al que se suma el problema de los coches contaminados con asbesto.
Y claro, también tiene que ver el nuevo Código Urbanístico, que favorece el norte de la Ciudad con respecto al sur, y no tiene en cuenta el «diagnóstico del tránsito, de la red de agua potable, cuencas pluviales, consumo energético, espacios verdes, densidad de población, establecimientos educativos, centros de salud…», según señaló Marta Albamonte, presidenta del iCiudad en una mesa de debate del tema.
Además, están las partidas subejecutadas. Según lo revela el informe de ejecución presupuestaria elaborado por Hacienda de la Ciudad, al tercer trimestre de 2024, la Comisión de Preservación del Patrimonio de la Ciudad había ejecutado apenas el 26% de los 103,5 millones de pesos asignados, y la Dirección General de Interpretación Urbanística no utilizó nada de sus 582.383.636 vigentes.
Por otro lado, la Secretaría de Mantenimiento Urbano tenía 411 millones sin ejecutar y Mantenimiento de la Red Pluvial apenas utilizó la mitad de sus 43,5 millones asignados. Por si fuera poco, también se han creado más áreas que tienen a su cargo objetivos similares al de estos sectores.
Fuente: Xataka.com.ar
Share this content: