Desde que Estudiantes puso sobre la mesa el debate y, posteriormente, aplicó el modelo mixto de aportes privados en las arcas del club la discusión parece no tener fin. A pesar de que todavía no hay un consenso absoluto Comisión Directa y, por ende, no se llevó a cabo la Asamblea que terminaría de aprobar el acuerdo final, Foster Gillett comenzó con su inyección económica en el equipo presidido por Juan Sebastián Verón y fue a por todo: le hizo frente a Boca y River en el mercado de pases, aunque con dos desenlaces distintos.
El primer bombazo: la compra de Cristian Medina
La primera jugada del magnate estadounidense fue un tremendo bombazo para el fútbol argentino, y más a sabiendas de a qué equipo se la hizo: de un instante a otro, activó la cláusula de rescisión y pagó U$S15.000.000 por Cristian Medina, que había sido colgado en Boca tras plantarse por su frustrada venta al Fenerbahce de Turquía.
Esa exorbitante cifra impactó de lleno no solo en el Xeneize, sino que fue un golpe a la mesa de todos. De hecho, rompió con un acuerdo entre voces que había entre los clubes del fútbol argentino de no romper esas cláusulas a nivel local. Es por eso que desde el club de La Ribera le pusieron trabas en el medio.
Entre ellas, denunció que el pago había impactado desde una cuenta vinculada al propio Foster cuando, en realidad, tendría que haber sido ejecutada por Medina. A pesar de los embrollos, eso se resolvió y no impidió que el volante, que ya no iba a jugar en Boca por una decisión conjunta entre el Consejo y Fernando Gago, se desvincule y esté próximo a firmar un contrato a largo plazo con el Pincha.
La segunda jugada: la oferta por Driussi y el cruce entre Verón y Brito
Inmediatamente, Gillett disparó hacia la vereda de enfrente. Cuando ya había salido a la luz el fuerte y concreto interés de River por repatriar a Sebastián Driussi, jugó sus armas y elevó un ofrecimiento formal al Austin de la MLS ofreciéndole más de U$S11.000.000 para comprar al delantero, lo cual cayó muy mal en Nuñez y generó un tengo cruce entre Jorge Brito y JSV.
«Habrá que preguntarle a Austin si llegó la oferta. Es raro… El jugador manifestó su deseo de jugar en River. Yo no hago ofertas sin tener previamente el consentimiento del jugador, pero cada uno está en su derecho de hacer lo que quiera con su plata o con la plata que le prestan«, había expresado el presidente del Millo, defendiendo los intereses de su club.
La respuesta de la Bruja fue casi inmediata y sin pelos en la lengua: «Es una cuestión de inseguridad del presidente de River porque ven un competidor…«. A su vez, enfatizó: «Brito dijo que nos prestan plata. Un préstamo no tiene que molestarle si él maneja un banco, prestó plata toda la vida, no debería molestarle esa parte. Si bien el banco lo heredó del padre, no es de él, hoy lo maneja él».
Lo cierto es que el cachetazo también llegó por parte del jugador, que rápidamente desestimó el ofrecimiento y avisó que “solo juego en River”.
Por su parte, el Gobierno de Javier Milei también juega su papel y mira expectante cada movimiento de Estudiantes en el mercado, aunque también generó cierto disconformismo el hecho de que el máximo mandamás del equipo platense haya desmentido al Presidente de la Nación cuando este expresó que el Pincha iba camino a ser una SAD.
Los ánimos están algo caldeados en una novela que seguramente tendrá incontables capítulos por delante…
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Fuente: Olé.com.ar
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