Arrancó el año electoral y el cronograma con vistas a los comicios legislativos de octubre aún es una incógnita. El obstáculo a remover son las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), coinciden oficialistas y un amplio abanico opositor, pero difieren en la instrumentación: mientras el Gobierno insiste en su eliminación definitiva, en la oposición predomina la idea de suspenderlas por única vez, estrategia que Pro procurará instrumentar este año en la ciudad de Buenos Aires.
Las negociaciones concretas aún no comenzaron y el Congreso está en receso por decisión del Gobierno, renuente a convocar a sesiones extraordinarias hasta no garantizarse los apoyos para avanzar en la modificación de las reglas electorales. Por ahora los votos no están. El oficialismo se muestra confiado y apuesta a meter una cuña en los bloques opositores, en tándem con gobernadores afines, para alcanzar la mayoría que todavía le es esquiva. El interrogante es si, de no lograr el objetivo de máxima –la eliminación de las PASO–, accedería a una eventual suspensión este año.
En la Casa Rosada y las principales terminales oficialistas en el Congreso y en la Legislatura porteña –donde recalará el proyecto de suspensión de las primarias locales que anunció el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri– la respuesta es tajante a favor de la derogación. “Nosotros no queremos suspender las PASO, queremos eliminarlas para siempre. Suspenderlas solo en 2025 es especulativo. Es decir: ‘Ahora me conviene, dentro de dos años no sé”, repiten en el oficialismo.
El propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sostuvo que sería “fundamental” la derogación definitiva de las primarias “para ahorrarles a los argentinos tiempo, molestia y dinero”. El funcionario calculó que, de celebrarse, las PASO le costarán al fisco unos 150 millones de dólares; este argumento –el económico– es la bandera que enarbolan los libertarios para apurar su eliminación. Como contrarréplica, los promotores de la suspensión alegan que si el oficialismo no cede y finalmente las primarias se realizan por falta de acuerdo, será el responsable del costo fiscal que tanto deplora.
“Si quieren ahorrar plata en serio, hay que suspender las PASO nacionales. Son más de 200.000 millones de pesos. Nosotros estamos para acompañar esa medida”, afirmó Jorge Macri en diálogo con CNN Radio en la víspera del año nuevo. “El Gobierno plantea un proyecto de eliminarlas. Puede ser mejor, pero va a llevar más tiempo de discusión. Para mí, hoy hay que avanzar en suspenderlas. Ese es mi foco hoy”, insistió el jefe de gobierno porteño.
En el bloque de diputados de Pro la cuestión no se discutió aún, pero en la bancada que preside Cristian Ritondo creen, por lo pronto, que es difícil mantener en pie esta herramienta electoral cuando en el bastión macrista se aboga por suspenderlas. Las posiciones allí están divididas; en reductos del interior del país, donde aún sobreviven resabios de Juntos por el Cambio, las PASO son clave para dirimir las candidaturas del espacio. El martes o el miércoles se reunirá de forma virtual la mesa nacional de Pro, que encabeza el expresidente Mauricio Macri: se descuenta que este será uno de los temas de agenda.
“Vamos a discutirlo esta semana. En principio, estamos expectantes y para acompañar lo que proponga el Gobierno. Si hay PASO, nos mata el voto útil. En cambio, si las suprimen, vamos a una sola guerra, no dos”, asegura uno de los integrantes de la cúpula de Pro. Los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut), quienes avanzaron con reformas electorales en sus distritos, aún no fijaron una postura sobre el asunto. “Tampoco el Gobierno los convocó para avanzar en las reformas planteadas en el Pacto de Mayo”, dicen cerca de Frigerio y Torres.
La postura del kirchernismo
Unión por la Patria se inclina por la suspensión, aunque no hay una posición formal. El sector que responde a Sergio Massa ya se anticipó en contra de las primarias y aboga por suspenderlas. La presidenta del PJ, Cristina Kirchner, no se pronunció sobre el tema, aunque deslizó en conversaciones reservadas que, llegado el caso, también se inclina por la suspensión. “No hay nada aún en el ámbito del Congreso. Hasta que no exista un proyecto es imposible expresarse”, respondieron cerca de la expresidenta ante la consulta de LA NACION. Por lo pronto, tres diputados por Chaco –encabezados por Juan Pedrini– presentaron un proyecto en ese sentido.
“Hace 40 días que nadie habla seriamente del tema con el bloque. No sabemos qué quiere hacer el Gobierno”, indican fuentes de la bancada que preside Germán Martínez.
En el radicalismo las posiciones están divididas. Ni bien el Gobierno propuso la derogación, la reacción inmediata de la mayoría del bloque fue el rechazo; empero, en el sector dialoguista comenzó a permear una posición más flexible. El propio jefe de la bancada, Rodrigo De Loredo, admitió que las primarias eran “muy onerosas” y que su mantenimiento era algo que el radicalismo debía discutir. Es decir, del “no” pasó al “hay que analizarlo” y “son muy caras”.
La compleja negociación en la ciudad
Entre tanto, Jorge Macri ya activó una negociación en la Legislatura porteña para armar el colchón de apoyos que le permita suspender las primarias porteñas, previstas para el 27 de abril. Hace diez días, el jefe de gobierno porteño resolvió separar la elección local de la nacional, una jugada destinada a contener la avanzada de La Libertad Avanza en el histórico bastión de Pro.
Hasta ahora, el jefe porteño no firmó el decreto para convocar a sesiones extraordinarias ni envió el proyecto para suspender las PASO. No obstante, fuentes de la Ciudad descuentan que durante la semana se oficializará la decisión con su publicación en el boletín oficial. El tiempo apremia. Es que el macrismo aspira a que la iniciativa reciba el aval de la Legislatura antes del 1° de marzo, por lo que quienes negocian en nombre del Poder Ejecutivo aceleraron los contactos con los aliados y la oposición para ordenar las tratativas. En primer lugar, necesitan saber cuántos diputados estarán en Buenos Aires a finales de febrero –los viajes por vacaciones de verano suelen complicar la aritmética legislativa–, cuando el oficialismo calcula que estarán en condiciones de tratar el proyecto para sacar las PASO en el recinto.
Por estas horas, Jorge Macri luce optimista, pese a que enfrenta un escenario complejo en el parlamento local por la fragmentación del mapa opositor y la carencia de alfiles propios. Para aprobar la suspensión de las primarias, precisa reunir una mayoría agravada de 40 votos. No será una tarea simple. Por caso, el oficialismo quedó a un voto (39) de lograr la sanción de la “ficha limpia” en la última sesión del año pasado. Ese día, los libertarios que responden a Karina Milei se sumaron a la posición de Pro, la UCR, Confianza Pública, la CC y los bloques de Ramiro Marra, el MID o Republicanos Unidos.
Por lo tanto, descuentan en Pro, la bancada de UP, cuyos 18 integrantes cuentan con diversas terminales en el peronismo –desde Cristina Kirchner hasta Juan Manuel Olmos o Víctor Santa María–, tendrá la última palabra. En ese espacio reconocen que están dispuestos a abrir una discusión para sacar por única vez las primarias porteñas. De hecho, ya hubo contactos de emisarios de Pro con Olmos, uno de los socios de Leandro Santoro. Pero los operadores del peronismo dejan entrever que la posición del bloque en la ciudad –suelen votar sin fisuras– dependerá de lo que resuelvan Cristina Kirchner, Sergio Massa y los gobernadores peronistas en el Congreso Nacional durante la eventual discusión por la eliminación de las PASO que impulsa Milei.
Además, los opositores más cooperativos consideran que Jorge Macri debería haber fijado la fecha del comicios locales en abril o mayo para que no se mezcle con el calendario nacional. Una posibilidad que analizan en Uspallata es adelantar aún más la convocatoria en caso de que consigan suspender las PASO porteñas. “Nosotros no tenemos apuro, pero estamos para discutir la suspensión, no la eliminación. Eso sí: somos críticos del proceso. Lo hicieron tarde y sin planificación”, avisan los dialoguistas de UP.
A pesar de las objeciones del peronismo, los armadores de Jorge Macri confían en que tienen atados unos 37 o 38 votos a favor de sacar las primarias y se ilusionan con seducir a un sector de la bancada de UP. El jefe porteño ya tiene el visto bueno de Elisa Carrió (Coalición Cívica), las líneas internas de la UCR conducidas por Emiliano Yacobitti, Martín Lousteau y Daniel Angelici, y Marra. En cambio, Confianza Pública, de Graciela Ocaña, ya anticipó sus críticas al desdoblamiento y planteó reparos respecto de la suspensión de las PASO.
En la cúpula de la Ciudad descuentan que Pilar Ramírez, delegada de Karina Milei, y sus leales no tendrán margen para no apoyar la suspensión. Especulan que caerían en una contradicción con el planteo de la Casa Rosada de sacar las primarias para reducir el gasto público. Sin embargo, los libertarios insisten en que mantendrán su posición de exigir la derogación. “Estamos para la eliminación, es tibio suspender. Además, el gobierno de Jorge Macri sigue sin explicar el costo de desdoblar la elección”, apuntan fuentes de la filial porteña de LLA, que calificó de “ventajeo electoral” la decisión del jefe de gobierno de separar los comicios.
En las últimas horas, los bullrichistas Juan Pablo Arenaza, María Luisa González Estevarena y Silvia Imas, quienes vienen obrando en tándem con los libertarios que lidera Ramírez, también plantearon dudas: “Estamos para eliminar”, anticipan.
Share this content: