Preocupan las recientes declaraciones del presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Germán Guido Lavalle, quien consideró que el CAREM 25, el minireactor prototipo de 32 MW de potencia eléctrica que lleva unos 10 años construyéndose en el predio de Atucha (partido de Zárate, Buenos Aires), no es un proyecto comercialmente viable.
Argentina es uno de los tres países en el mundo que construyen mini reactores modulares, pero el Plan Nuclear Argentino no lo contempla.
«Seamos honestos intelectualmente, no vamos a vender 50 CAREM, sabemos que no es así, que no es económicamente competitivo ese reactor. Basta pararse en frente de la obra para darse cuenta que eso no es un reactor modular pequeño», dijo el presidente de la CNEA en un discurso para cerrar el año, al que tuvo acceso Econojournal.
Esas palabras tienen eco tras el anuncio del Gobierno nacional acerca del Plan Nuclear Argentino, que se enfocará en respaldar la potencia que se necesita para la implementación de las inteligencias artificiales, que no es poca. Para ello, Javier Milei señaló que se buscará construir reactores modulares pequeños (SMR por sus siglas en inglés) distintos al CAREM, a quien el presidente de la CNEA definió como un mero «reactor de demostración».
Sin embargo, el CAREM fue pensado como una estrategia para ingresar en el mercado de reactores de potencia, y Argentina es, nada menos, que uno de los tres países en el mundo que los construyen. Actualmente se encuentra en alrededor del 77% de su construcción, incluyendo el edificio del reactor, la zona administrativa y demás instalaciones necesarias.
Qué es el CAREM 25
Se trata de un reactor modular de potencia que servirá para la generación eléctrica con cero emisiones de carbono y para la producción de radioisótopos. Al ser pequeño, el costo es menor que en otros reactores, y tiene una vida útil más larga. Está íntegramente diseñado y construido en Argentina: el plan es que el 70% de sus insumos, componentes y servicios vinculados sea provisto por empresas argentinas certificadas.
Es un prototipo multipropósito, ya que puede desarrollarse para distintos rubros, por lo que su uso comercial es flexible. Además, al construirse por módulos, es posible producirlos en serie, es fácil de transportar y también permite que se sumen módulos en la medida que sea necesario incrementar la potencia.
Su diseño es único en el mundo. Está diseñado para abastecer pequeñas ciudades alejadas de los puntos de distribución de energía eléctrica. Con él, los polos industriales podrían generar su propia energía eléctrica. Además, uno de sus potenciales más importantes es la capacidad de alimentar plantas de desalinización de agua de mar; lo que significa que se puede generar agua potable donde antes no la había.
¿El CAREM 25 podría frenarse o… ya está frenado?
El mensaje que sostiene Milei, y al que se acopla Guido Lavalle, es un tanto confuso: se están explorando otros diseños conceptuales de reactores modulares pequeños que generen al menos 100 MW, pero parece no tenerse en cuenta que el CAREM puede ampliar su capacidad. Dejarlo atrás implica, entre otras cosas, ignorar que se ha invertido un presupuesto millonario y un enorme trabajo realizado. Sin embargo, se sabe que ha habido cientos de despidos de la obra en el último año. La incertidumbre ronda el proyecto.
«Nuestra honestidad intelectual es que el CAREM es donde estamos aprendiendo a hacer reactores y el reactor del cual nos habla el presidente tiene que ser la evolución de ese concepto hacia un reactor que sea aceptado en el mundo, que uno pueda desarrollarlo y exportarlo«, manifestó Guido Lavalle.
En tanto, acerca de los avances de la obra, puntualizó que «se ha avanzado mucho en la obra civil y poco en los aspectos de la ingeniería«, por lo que, anticipó, se ha decidido invertir recursos para concluir el recipiente de presión y los generadores de vapor, que tienen distintos grados de avance. Actualmente, IMPSA y CONUAR tienen adjudicados la fabricación de estos dos componentes críticos.
Por otro lado, el CAREM es un reactor presurizado de agua liviana (PWR), el tipo de reactor más utilizado en el mundo, y el Plan Nuclear Argentino se encamina a diseños de estas características. De hecho, recientemente se patentó el SMR ACR-300 que tiene una capacidad de hasta 300 MW.
En línea con el nuevo plan, el presidente de la CNEA encargó la elaboración de un documento de requerimientos para evaluar diseños conceptuales que la Argentina podría adoptar, en función de las capacidades del país y las tendencias del mercado. Al respecto, declaró: «Recibí el primer borrador del documento, un brillante documento analizando las distintas tecnologías, si en la Argentina vamos hacer un reactor de sales fundidas o de sodio líquido. No pusimos ninguna instrucción, dijimos papel en blanco».
No sería la primera vez que la obra se detiene: su avance se vio obstaculizado durante el mandato de Mauricio Macri, cuando se despidió a la totalidad de los trabajadores de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA). Otra posibilidad, es que el proyecto caiga en fondos privados, pero esa es otra historia. Por el momento, no parece haber un buen futuro para el CAREM, sino dilaciones y más dilaciones. Pero eso sí; tarde o temprano, se finalizará y seguramente silencie los discursos en su contra.
Fuente: Xataka.com.ar
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