Nada es para siempre en la vida y Gildo Insfrán, que asumió como gobernador de Formosa en 1995, cuando tenía 44 años, lo sabe.
El veterinario de Laguna Blanca cumplirá 76 cuando finalice su octavo mandato, en 2027, para completar 32 años en la cima de un poder hegemónico que atraviesa toda la administración pública de una provincia donde el Estado lo es todo, y que se extiende a los otros dos poderes, el Legislativo y –sobre todo–, el Judicial.
Lo que Insfrán no sospechaba hasta hace poco es que ese final puede llegar por otro lado que no sea su propia voluntad y capacidades físicas para ejercer ese poder, que naturalmente no son las mismas con el paso de los años. El final del “gildismo” puede llegar mucho antes.
Ese es el nuevo escenario en Formosa a partir del ictamen del procurador general interino, Eduardo Casal, que opinó que el artículo 132 de la Constitución Provincial que habilita a la reelección indefinida no es constitucional, remarcando que la permanencia prolongada en el Poder Ejecutivo socava el principio republicano de la división de poderes.
“Yo no conocí en mi vida a otro gobernante que no fuera Gildo Insfrán”, le dice a LA NACION Juan Sebastián Montoya, el abogado de 37 años que patrocinó el recurso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación cuya resolución hoy tiene en vilo a Insfrán.
Representando a la diputada radical Agostina Villaggi, y en nombre del Frente Amplio Formoseño, Montoya pidió el año pasado a la Corte Suprema de Justicia que declarara inconstitucional el artículo 132 de la Constitución provincial que habilita la reelección indefinida del formoseño.
En el día de ayer, el procurador Casal con su dictamen generó que por primera vez los círculos políticos, empresarios y buena parte de la sociedad formoseña piense seriamente en un fallo adverso de la Corte Suprema de Justicia que puede poner punto final al largo mandato de Insfrán.
A finales de los 90, con planteos similares, el máximo tribunal de la Nación se había excusado, argumentando que se trataba de cuestiones que debían resolverse en la Justicia formoseña. Eso cambió.
“Los tiempos políticos de la Corte Suprema cambiaron y se nota por la celeridad de este fallo”, dijo a LA NACION el diputado nacional Fernando Carbajal, exjuez federal y una de las principales figuras opositoras.
“No fue casual que el día elegido sea el 10 de diciembre, el día que se cumplen 41 años de recuperación de la Democracia, también el día que Gildo Insfrán cumple 29 años en el poder y el mismo día que se cumple el primer año de Javier Milei en el Gobierno”, analizó Juan “Coco” Altamirano, editor de Noticias Formosa, uno de los diarios digitales más leídos.
Fueron muchos los diarios digitales que dieron la noticia del dictamen de Casal como título principal, ante el silencio absoluto del oficialismo que hasta este miércoles no había reaccionado públicamente.
Sin embargo, Insfrán hace tiempo que ve venir ese declive y en los últimos días se refirió públicamente a un eventual fallo de la Corte Suprema de Justicia e incluso a una posible intervención de la provincia.
El caudillo formoseño no se pronunció aún específicamente sobre el fallo de Casal, pero ayer, en un acto de colación del Instituto Politécnico de Formosa, afirmó: “¿Saben por qué tuvieron la posibilidad de estudiar y obtener un título? Porque muy por el contrario de lo que piensa el gobierno nacional en Formosa hay un Estado presente”.
El argumento de Insfrán para defenderse ante las críticas por su largo mandato de casi tres décadas siempre es el mismo: “El pueblo formoseño me votó”. Y pide que si lo sacan del poder, sea en las urnas. Donde, como todos saben, mantiene un aceitado aparato basado en la Ley de Lemas y el clientelismo político.
Un punto de inflexión
Para algunas de las principales figuras de la oposición consultadas por LA NACION, Insfrán ya se ve venir un fallo adverso de la Corte Suprema y es por eso que hace un tiempo envió un proyecto de Ley para reformar la Constitución provincial para buscar desestimar el recurso presentado por el Frente Amplio Formoseño.
Ahora, el dictamen de Casal genera muchas expectativas de que la Corte Suprema ratificará esta interpretación y le pondrá un límite a la reelección de Gildo Insfrán, que así se vería obligado a dejar el poder en 2027, tras 32 años ininterrumpidos de dominio.
“Es un antes y un después para Formosa”, dijo el abogado Montoya. “Es el inicio de un fin de ciclo de un gobierno que lleva más de 30 años en el Poder y que ha transformado a Formosa en la provincia más pobre de la Argentina, no solamente en materia económica, sino en educativa y social”, señaló la diputada Villaggi.
“Estamos muy optimistas, el procurador ha tomado los argumentos que hemos planteado y además rebate los argumentos pseudojurídicos que ha planteado el Gobierno. Está claro que hay una decisión política de la Corte Suprema de avanzar porque los tiempos son más cortos de lo que suelen ser”, explicó Carbajal.
Carbajal también presentó otro recurso ante la Corte Suprema de Justicia pidiendo declarar inconstitucional la reelección indefinida de Insfrán, al igual que su adversario como principal figura de la oposición, el senador Ricardo Paoltroni.
Carbajal y Paoltroni iban a unirse para ir juntos contra Insfrán en las elecciones de 2023, pero al final primaron las diferencias entre ellos y la oposición dividió los votos, una vez más, para terminar cayendo ante el aceitado aparato electoral del oficialismo, que se impuso con un holgado 70% a 30%.
Ahora, en la oposición todos huelen el principio de fin del régimen de Insfrán. “Va a habilitar otro juego político sin dudas”, señaló Carbajal.
Provincia peronista
Cuando el polémico exsecretario de Comercio Guillermo Moreno visita Formosa, cuentan que se persigna. “No hay provincia más peronista”, celebra. Desde el regreso de la democracia en 1983, la provincia solamente fue gobernada por mandatarios del Partido Justicialista.
Ayer, cuando se conoció el dictamen del procurador Casal, empezaron a sonar los teléfonos y a cruzarse mensajes de WhatsApp entre dirigentes peronistas que componen el aparato del gildismo. Todos quieren saber cuál será el impacto en el corazón del poder y qué consecuencias tendrá para cada uno. Por primera vez, los dirigentes que sólo pensaban en un esquema de obediencia comienzan a pensar en un escenario sin Insfrán.
“Varios me llamaron, algunos incluso se mostraron contentos con el cambio, aunque jamás lo van a decir públicamente”, dijo Montoya.
Lo cierto es que un fallo en contra de la Corte podría empezar a habilitar otro juego en el peronismo, el partido que domina todas las elecciones y, para muchos, el lugar desde donde surgirá el sucesor de Insfrán.
Intervenir la Justicia
Para Gabriela Neme, diputada provincial y otras de las grandes figuras de la oposición, no alcanzará para terminar con el régimen de Insfrán que la Corte Suprema falle en contra, sino que se necesita también intervenir la Justicia provincial.
“Gildo Insfrán es como Maduro y va a resistir, va a buscar presentarse nuevamente a elecciones a pesar del fallo de la Corte Suprema. Son muchos años de poder y negocios”, razonó Neme, que tiene 41 causas penales en su contra. “Es por eso que también es necesario intervenir la Justicia, porque es ahí donde se maneja todo”, indicó.
Carbajal también coincide con Neme en que Insfrán no se resignará a retirarse y luchará por conservar el poder, dice, de una manera cada vez más autoritaria.
“Este es el inicio de la pérdida de poder de Gildo Insfrán, atrás de él se van muchos intendentes que están hace décadas. También tenemos el pedido de inconstitucionalidad de la Ley de Lemas y es otro motivo más para que Milei se decida a intervenir Formosa y cambiar su agenda”, señaló el senador Paoltroni, otrora legislador del bloque Libertario.
Senado: convocaron a la sesión para discutir la expulsión de Edgardo Kueider
Consultado sobre cómo lo ve a Insfrán, Paoltroni no dudó: “Lo veo anciano, lento y aturdido”. El tiempo pasa para todos, y ahora más que nunca, Insfrán sabe que no es eterno y que nada es para siempre.
Share this content: