La telenovela que Estados Unidos financió en Honduras para concientizar sobre la violencia contra la mujer
(Washington, Estados Unidos) Carmen, de unos 50 años, debe reconstruir su vida luego que un video de su esposo siéndole infiel circulara en todos sus grupos de contacto. Mariluz, una veinteañera que vive en un pueblo, siente que su vida se viene abajo luego que su novio publicara fotos íntimas de ella, motivo por el que siente el rechazo de su familia y se va a vivir a la capital.
Esas son dos de las cuatro historias de mujeres retratadas por la telenovela mexicana “Vencer al pasado”, que cuentan cómo episodios que quedaron registrados en el mundo digital las puede condenar a un cambio total de vida. El gobierno de Estados Unidos financió esa telenovela producida en Honduras como forma de fomentar el debate sobre la violencia hacia las mujeres. Lo hizo a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), quien generó también una serie de subproductos en diversos formatos para ir discutiendo y profundizando en los asuntos que abordaba la telenovela.
“En todo el mundo, Usaid ha utilizado los medios sociales y de masas para involucrar al público en temas clave”, explicó a Infobae Mileydi Guilarte, administradora adjunta de Usaid para América Latina y el Caribe.
El acuerdo en este caso fue con Televicentro, el conglomerado de medios más grande de Honduras, lo que permitió emitir la telenovela mexicana y a la vez realizar un conjunto de subproductos mediáticos que facilitara la discusión en diferentes medios del grupo.
Según explicó Guilarte, fue Televicentro quien “se acercó a Usaid porque quería desarrollar una telenovela sobre mujeres que sobrevivieron a la violencia de género y cómo habían superado sus dificultades” y la agencia de EEUU lo vio como una oportunidad para impulsar el trabajo de prevención de la violencia de género.
A medida que la telenovela de 85 capítulos avanzaba en el horario central, Televicentro y Usaid fueron generando otras piezas de comunicación en diferentes plataformas, dado que el grupo tiene cuatro canales de televisión, 12 estaciones de radio y un medio digital.
Para ello se realizaron entrevistas tanto en radio como en televisión con expertos de Usaid sobre violencia de género, unos nueve anuncios en el marco de una campaña de servicio público en formato educativo y nueve podcast con historias reales de sobrevivientes de violencia de género que compartieron sus testimonios.
También hubo “tres entrevistas en programas de televisión con expertos de Usaid sobre violencia de género, seis segmentos de TV con sobrevivientes de violencia de género, tres informes de investigación y tres documentales cortos, de unos 10 minutos. Todos ellos alcanzaron audiencias a nivel nacional”, dijo Guilarte.
Por ejemplo, una de las entrevistas fue con una abogada especializada en temas familia, que dio consejos legales. Un humorista muy popular de Honduras contó su testimonio sobre cómo fue “linchado” en redes y también realizaron un podcast conducido por un conocido DJ local sobre la “línea estrecha entre el placer y el peligro” que hay en las redes sociales.
Según las cifras publicadas por Usaid, la campaña alcanzó al 86% del público objetivo, unas 3,9 millones de mujeres. “Creó una oportunidad importante para crear conciencia sobre el problema entre la comunidad en su conjunto y capacitó a los sobrevivientes para que reconocieran que no tienen la culpa del daño que sufrieron”, agregó la funcionaria estadounidense.
Según Guilarte, el principal aprendizaje de este proyecto fue que “es importante transmitir mensajes claros, simples y concisos” y salirse del “lenguaje típico del desarrollo internacional”. Además, destacó como otra lección aprendida la importancia de conocer a la audiencia a la que va dirigida la campaña. “Escucharla y aprender de ellos. Saben lo que es importante para ellos y lo que les gusta y no les gusta”, agregó.
“No se trata de que EEUU imponga su opinión”
Usaid no detectó ningún tipo de polémica en Honduras en que Estados Unidos financie productos mediáticos para influir en la conversación de temas sensibles. Por el contrario, según Guilarte, “la campaña recibió comentarios positivos de organizaciones que apoyan a los sobrevivientes de violencia de género y del público en general”.
De todas formas, según Estados Unidos este tipo de campañas no tienen el objetivo de imponer una visión en particular, sino de ayudar con recursos a los hondureños que quieren que este asunto se discuta.

“En Honduras, se ha visto como un enfoque innovador a un problema de siglos de antigüedad. Estados Unidos comparte la preocupación de los hondureños por los altos índices de violencia de género y está comprometido a apoyar a las organizaciones que están trabajando para superar este desafío. No se trata de que Estados Unidos imponga su opinión, sino de apoyar a organizaciones hondureñas que lideran una importante labor que preocupa a muchos ciudadanos”, dijo Guilarte.
No es la primera vez que Usaid utiliza productos culturales o mediáticos para abordar cuestiones sociales. En 2017, en Colombia, apoyó una telenovela sobre el conflicto armado, las víctimas y la reconciliación, que se llamaba “No olvidarás mi nombre” junto al grupo RCN.
En otras partes del mundo también ha hecho asociaciones para reproducir por ejemplo Sesame Street. La última experiencia en ese sentido es con una edición especial para niños ucranianos. También ha realizado asociaciones con Disney y National Geographic para varios proyectos.
Un objetivo: bajar la migración
Este proyecto de Usaid en Honduras también está enfocado en los planes que EEUU tiene en la zona conocida como Triángulo del Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) para intentar bajar las cifras de migración hacia Estados Unidos.
La política diseñada por la Casa Blanca es que la mejor forma de hacerlo es atacando las causas de raíz que provocan que millones de latinoamericanos quieran escapar de su país viajando hacia el norte. En ese sentido, bajo el liderazgo de la vicepresidenta Kamala Harris, la administración desarrolla algunas estrategias para atacar la corrupción, ayudar a generar mejores condiciones de empleo, acrecentar la seguridad y denunciar violaciones a los derechos humanos así como atacar la violencia de género.

En el caso de Honduras en particular detectaron que ese último punto es un factor clave que impulsa a muchas mujeres a irse de su país. Por ello la estrategia que lleva adelante Usaid tiene dos focos, explicó Guilarte: “Prevenir y procesar la violencia sexual, de género y doméstica. Y en segundo lugar apoyar la protección de los sobrevivientes y romper con los estereotipos y las normas culturales que permiten que la violencia de género se desarrolle”.
En total para los tres países la administración Biden tiene previsto invertir US$ 4 mil millones en planes que de cierta manera cambien la realidad de los países y de esa manera se desincentive la migración.
Según dijo Guilarte en un evento organizado por el Diálogo Interamericano el mes pasado, cuando se encuestó a las personas que participaron en programas de Usaid en estos tres países, la intención de migrar baja a una tasa casi un 80% más baja que la de la población en general.
Fuente: InfoBae